24

219 41 13
                                    

Sana se sentía perdida en la inmensidad de la casa vacía. El silencio era ensordecedor, roto únicamente por el eco de sus pasos o el ocasional sonido de las hojas al chocar con las ventanas. Su esposo se la pasaba trabajando todo el día, sumido en sus negocios, lejos de Sana y de su hogar. Y Dahyun… Dahyun ya no estaba ahí.

Las primeras semanas sin Dahyun fueron un tormento silencioso para Sana. Cada rincón de la casa le recordaba su presencia, desde el suave aroma de su perfume hasta la luz que solía iluminar su habitación. Todo lo que hacía para distraerse se sentía inútil, y el vacío que Dahyun había dejado era insoportable.

Así que, en un intento desesperado por ocupar su mente, Sana decidió retomar su trabajo como modelo. Volver a posar frente a las cámaras, sentir la energía del estudio, el ajetreo del maquillaje y el vestuario, y la tensión de cada sesión la ayudaban a matar el tiempo. Y más que eso, a no pensar en Dahyun. Volvía a ser esa mujer segura y seductora que había sido antes de que su vida se complicara tanto.

Un día, su agencia le notificó acerca del interés por su imagen de una empresa que Sana ya conocía bien, la empresa de autos para la que trabajaba su esposo. Sana no pudo evitar reír sin gracia al saber que evidentemente su esposo tuvo algo que ver con eso. Sin embargo, Sana aceptó, queriendo sentirse poderosa de nuevo, aunque fuera solo a través de la lente de una cámara.

Evidentemente ya había trabajado para ellos en el pasado, pero tras casarse, se había distanciado, concentrándose más en su vida familiar. Ahora, con Dahyun fuera de su vida y la soledad invadiendo cada rincón de la casa, volver a trabajar le parecía la única forma de llenar ese vacío. Y aunque la propuesta no era nueva, esta vez, aceptarla significaba más. No era solo una sesión de fotos cualquiera. Era volver a un lugar que, de alguna manera, había sido su refugio antes de que todo se complicara. La empresa, el entorno, y la familiaridad del trabajo eran una forma de recuperar el control que había perdido en su vida personal.

El día de la sesión, Sana se plantó frente a las cámaras con una determinación que hacía tiempo no sentía. A pesar de que posar para la empresa de su esposo le recordaba la complicada red de emociones que la envolvía, era una distracción bienvenida. El equipo la recibió como siempre, encantados de ver a la icónica modelo de vuelta, y en ese instante, por un breve momento, Sana se permitió olvidar lo que había perdido.

Las fotos capturaron a una Sana radiante, segura de sí misma, con una sensualidad innegable que capturaba la atención de todos. Sin embargo, esas mismas fotos que mostraban a una mujer segura y seductora eran una dolorosa ironía. Su vida personal estaba lejos de ser tan perfecta como la imagen que proyectaba. Porque Sana sabía que detrás de esas poses, el vacío seguía ahí, y el recuerdo de Dahyun permanecía tan fuerte como siempre.

No podía evitar preguntarse si regresar a ese mundo realmente llenaría el hueco que había dejado Dahyun en su vida. Por fuera, todo parecía estar en su lugar. Pero por dentro, el dolor y la añoranza seguían acechando, esperando el momento para volver a hacerse sentir.

Cuando las imágenes salieron al público, la respuesta fue inmediata. Sana lucía impecable, cada pose cuidadosamente estudiada, cada ángulo destacando su sensualidad. Su mirada coqueta y el sutil desliz de su vestido dejaban poco a la imaginación.

Su regreso al mundo del modelaje fue celebrado con entusiasmo. Todo lo que había intentado evitar, el desbordante deseo y las emociones que Dahyun había despertado en ella, parecían capturarse perfectamente en esas imágenes.

Dahyun, por su parte, viviendo en el modesto apartamento de su madre, encontraba consuelo en esa cercanía. El espacio pequeño y sencillo se sentía más cálido que la fría mansión de su padre. Pero el vacío que había dejado Sana no desaparecía, pues esos pensamientos volvían a ella más veces de las que estaba dispuesta a admitir.

Una tarde, mientras navegaba sin rumbo por internet, se topó con algo que la dejó sin aliento: la nueva campaña de la empresa de su padre. Y ahí, en el centro de todo, estaba Sana. Posando junto a los autos de lujo, con una mirada seductora y un cuerpo que parecía esculpido para ser admirado. Se veía sexy, deseable, y tan segura de sí misma que Dahyun sintió un nudo en el estómago.

Verla así, tan expuesta y perfecta, hizo que Dahyun se diera cuenta de cuánto la extrañaba. Sus noches habían sido solitarias, pero había intentado convencerse de que era por el bien de ambas. Sin embargo, ahora, viendo a Sana tan cerca y, a la vez, tan inalcanzable, no pudo evitar sentir que había perdido algo importante.

Los recuerdos comenzaron a arremolinarse en su mente. Las caricias furtivas, los besos robados, las miradas llenas de deseo y esa chispa entre ambas que siempre parecía estar a punto de explotar. Todo eso estaba ahí, latente en su memoria, y ahora, frente a esa imagen de Sana en la pantalla, era imposible ignorarlo.

Dahyun cerró los ojos, apretando los labios con frustración. Se había ido para estar con su madre, para reconstruir esa relación rota que tanto le dolía, pero Sana… Sana seguía invadiendo sus pensamientos. Extrañaba a la mujer que la hacía sentir viva, que desafiaba todo lo que creía saber sobre sí misma.

Mientras observaba la imagen, la nostalgia y el anhelo se mezclaban con la confusión. Dahyun sabía que no podía simplemente volver atrás, que lo que tenía con Sana había sido peligroso y complicado. Pero ahora, más que nunca, se daba cuenta de que no podía apagar lo que aún ardía dentro de ella.

A/N
No tiene nada que ver, pero soy una adicta a "Up" (no la película, el solo de Karina).
Vayan a hacerle stream al solo de la segunda dueña de mi útero. 😍😍😍

[PAUSADO] MI MADRASTRA // SAIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora