Horas después...
—Hola, preciosa. ¿estáis bien? — Miré al frente de la entrada de la habitación y observé que era Leandro entrando sonriéndome y a la vez un poco preocupada, estaba con su hermana, Sophie. Me relajé que ella estaría muy bien o más bien, eso me fijé. Solo tenía los ojos un poco cansados.
—Hola, Leandro — le sonreí también—. Si, perfectamente muy bien. — Tuve que fingir y mentir un poco porque realmente no estoy bien—. Casi al 100 por ciento.
Todavía estoy en shock por lo que pasó, con Max, con Sophie. Ahora, cómo puedo arreglar este chicharrón que estoy metida por el embarazo. Mis padres me van a matar, al igual que Marta. No es mi culpa de que todos equivocamos, somos seres humanos y no somos tan perfectos ni adivinos.
¿Cómo puedo contar a mis padres? De qué estoy embarazada y cómo terminé en este lío. Pero me toca porque son mi familia y no debo decir mentiras, no me gusta.
Me desperté ya que Leandro me seguía hablando.
—Me alegro que estáis bien, preciosa — me decía Leandro.
—Si, gracias — sonreí con un fingido—. Sophie, estás bien.
Ella se acercó y me abrazó y yo devolví el abrazo.
—Sí, eso creo — sus ojos estaban llorosos—. Mejor dicho, no estoy bien.
—Todo va a salir bien — repuse y me posicioné un poco más cómoda—. Esta pesadilla se acabó, el tipo no volverá a lastimarnos.
—Por qué lo sabe — estaba confundida.
—Porque... él está muerto — me tocó decirle la verdad, aunque no entendía mucho por lo que todavía es pequeña para entender esto—. La policía le dio de baja, lo mataron.
Sophie no entiendo mucho, pero se alegró un poco.
—Vale — se relajó un poco.
—Bien, todo está bien — dijo la doctora. Podéis ir a vuestra casa.
La enfermera empezó a quitar todo lo que tenía. Me puse de pie porque ya me dolía mi espalda y mis piernas y estiré lo más profundo, hasta que me salió una yuca... es decir, me traqueo todos mis huesos.
—Chico, podéis salir por un momento, es que Alexa necesita cambiar — dijo a Leandro.
—Sí necesitáis algo, me dices — me dijo Leandro.
—Oki — le sonreí a Leandro.
Por un momento, empecé a alistarme, me puse mi Jean, mi blusa negra y al último, mis tenis blancos. Entre al baño y miré al espejo, aún me veía como un espanto. Tenía unas ojeras y estaba más blanca aquella pared de la habitación.
Me lave la cara y coloque mis manos a mi vientre masajeando con unos pequeños círculos, acariciándome.
No puedo creerlo que seré mamá, me salieron las lágrimas de felicidad y a la vez nerviosa.
—<<Prometo, hijo o hija que seré una excelente madre del mundo... — dije yo misma—. Serás un gran hijo, te lo prometo>>. Me limpié mis lágrimas y me recompuse al instante.
—<<Todo va salir bien — Me miré a mi reflejo—. Max no sabrá que estoy embarazada, no diré aún... relájate y tú podrás hacerlo sin ayuda de Max. Eres un chica berraca>>. Respiré hondo y salí del baño.
A pocos minutos, vi a Marta parada justo en la puerta de la entrada de la habitación, yo brinque de un susto bien tenaz. Tenía una mirada preocupada y a la vez enojada.
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Un Amor En El Extranjero Parte 1 (EN BORRADOR)
Romance¿Ustedes creen en el amor a primera vista? Alexa Rodriguez es una chica colombiana que en sus pasatiempos le encanta leer y escribir en su propio blog y publicar en sus redes sociales, hasta que ella ganó una beca universitaria en el extranjero. Cua...