Dos días después...
En aquel momento, regresé de nuevo al campus, por tan solo dos días que la doctora me recetó que me quedara en la casa de Marta quieta sin hacer mucho esfuerzo por mi estado de embarazo. Menos mal que estaba haciendo sol y no lloviendo, claro que está haciendo un viento frío.Sin embargo, Marta me acompañó a llevarme al campus y además ella quería hablar un asunto muy privado. Recé para no contar por mi condición, pero la conozco le va a decir la verdad. Cuando salí del carro, estaban los periodistas, ¿qué estaban haciendo ellos aquí? Todos se fijaron en mí, por supuesto que Maximiliano me ayudó a apartar a ellos.
—¡Fuera todos, largo! — Max les gritó a los periodistas—. ¡Largo!
A pocos minutos, por fin llegamos a la oficina del director, Marta me dijo que me esperaría afuera mientras que hablara con él. Max estaba a unos centímetros de mí y hablando con los periodistas. No me voy a acostumbrar de verlo así uniformado como un guardia civil y a la vez como mi escolta. Por un instante, aparté mi vista muy rápido porque él estaba fijándome y con mucho cuidado, disimulando, me volteé y ya no estaba mirándome.
Unos segundos después, quería estirar mis piernas e irme de aquí, así que caminé un buen rato en las afueras del campus, eso me sirve mucho para mi estado, la doctora me lo recomendó. Caminé por un lado y por otro, hasta que sentí una fatiga, me senté en una banca que estaba junto al lado del árbol, me senté y cerré mis ojos, respiré hondo y como sentía que el viento me pegara mi cara y mi cabello.
Enseguida, escuché un aullido, pero no presté atención, de nuevo oí este aullido y fruncí el ceño. Luego algo me fregaba en mis ojos, como una luz, abrí mis ojos y tapé con mi brazo, miré alrededor a ver dónde venía este brillo de luz y me percaté casi a unos metros de mí una figura masculina que estaba detrás de un árbol vigilando.
—¿Quién eres? — le grité a esta persona. Por unos segundos, salió de su escondite—. A ver, dígame quién eres y qué quieres. — De nuevo le grité, él apenas me sonreía con mucha maldad. No decía nada, solo fijándome—. ¿Te conozco o qué... perdiste a una igualita o a tu madre.
Vi que su cuerpo se tensó mucho por lo que le dije, creo que no le gustó. Pero por un instante, fijé al tipo cómo estaba vestido.... tenía puesto una cachucha negra con unos pantalones negros y unos tenis con las zuelas color blanco... Un momento, esta vestimenta me pareció familiar, donde lo he visto... pensé unos segundos, cuando... no puede ser, abrí mis ojos como platos. No puede ser, es el mismo tipo que estaba vigilando cuando estaba la fiesta de la despedida antes de irme a este país. La misma gorra, los mis pantalones...
Empecé a asustarme y todo mi cuerpo empezó a sudar, a poner piel de gallina. Tragué saliva por lo que vi en su cuello colgado algo, creo que era una cámara... corrijo es una cámara. Me sobresalté al instante porque estaba tomando una foto a mí o me parece.
—¿Quién eres, qué quieres de mí? — Repetí a mi pregunta y nada que me respondiera.
Por un momento, vi que empezó a caminar con mucho cuidado. No puede ser, estaba acercando justo a mí; me paré de inmediato, cogí mi bolsito y dije:
—No me acerques, llamaré a la policía — pero él no le importó un carajo, así que el tipo caminó a zancadas más largas y me fijé en sus gafas oscuras y tapando su cabeza con su gorra. Creo que me estaba diciendo: "<<Te voy a atraparte">>.
Mi cuerpo se tensó, no podía mover ningún músculo, pero al instante, mi cuerpo me respondió. Una vez, empecé a caminar muy rápido y después miré hacia atrás y el tipo estaba persiguiéndome. Camino lo más rápido posible hasta que mis pies y mis piernas me respondieron para comenzar a correr y grité:
ESTÁS LEYENDO
Un Amor En El Extranjero Parte 1 (EN BORRADOR)
Romance¿Ustedes creen en el amor a primera vista? Alexa Rodriguez es una chica colombiana que en sus pasatiempos le encanta leer y escribir en su propio blog y publicar en sus redes sociales, hasta que ella ganó una beca universitaria en el extranjero. Cua...