☆ Capítulo 7 ¡Sorpresa! ♡

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Horas después...


Al día siguiente, me levanté muy cansada y muy pensativa por lo que pasó esta aquella madrugada, era casi las 1 de la mañana que sucedió esta acción con Maximiliano y con estas dos personas misteriosas; estaba pensando quien era esa mujer, estaba espiando a todos, primero a Marta... no creo que fue ella, porque la mujer era más joven, descartada; segundo... pero quién era, será una de las empleadas que trabaja en esta casa, yo creo que sí; pero todas estaban en casa descansando a esta hora, al menos que... una empleada se queda en esta casa y duerme en la habitación de los huéspedes. No me acuerdo el nombre de ella, aún así, estoy tan convencida que fue ella que estaba hablando con esta persona. Sospechoso y debo averiguar que está tramando esta mujer...

—¡Cuidado! — Marta me frenó con mucha rapidez—. Estás muy pensativa, casi te atropella un coche. — Abrí y reaccioné que este tipo estaba discutiendo con nosotras.

—¡Joder tía, mira donde caminas! — gritó el conductor enfurecido.

—Lo siento, señor — me disculpé y el señor entró de nuevo al carro y se fue de aquí. Todos nos estaban mirando a ver que estaba sucediendo.

—¿Qué tienes, Alexa? —me preguntó Marta—. Te veo muy pensativa.

—Lo siento — repetí—. Anoche no pude dormir bien... — no quería decir que Maximiliano fue a la casa de ella y lo que hicimos la madrugada, solo dije de las dos personas misteriosas—. Me desperté asustada porque escuché un ruido y era un carro pitando y no vi donde estaba este auto. Luego, me asomé por la ventana y observé con cuidado, un señor hablando con una mujer joven, al parecer era una de las empleadas que trabaja en su casa, ¿sabes quien era? — Marta quedó callada, no me dijo una sola palabra lo que me dijo—. Algo está tramando esta mujer...

—Rosario, es ella de qué estás hablando — Marta dijo su nombre—. Qué raro, yo no escuché ese coche; seguro que escuchaste bien.

Asentí y Marta cogió su barbilla muy pensativa y callada.

—Me gustaría que hables con ella.

—No te preocupes, hablaré con ella mañana, ya que hoy tiene el día libre por lo que tiene unas diligencias con su mamá.

Qué extraño, será verdad lo que Marta me estaba comentando.

—Sospechoso, era cierto lo que ella te dijo.

—Sí, claro. Es una de mis empleadas más confianza que tengo — me dijo —, trabaja con nosotros durante casi 4 años, no creo que trama algo o me traicione.

Creo que Marta tiene razón, si Rosario trabaja con ellos muchos años, no creo que los traicionen en este mismo instante. Por otro lado, no paro de averiguar sin que Marta sospeche, tengo un mal presentimiento, como mal espina; cuando llegué, Marta me la presentó y sentí una energía negativa y su mirada pareciera de una bruja.

Rosario era una chica pelirroja con unas coletas de trenzas y vestida con su uniforme de empleada, era como azul con blanco; así están vestidas las chicas. Ojos color cafés oscuros y un poco de pecas y de estatura media baja. Ella era de Puerto Rico, otra latina más en esta casa. Solo hay como 5 latinos y 3 españoles trabajando con Marta.

Cuando vi que Marta frenó y miré que estábamos paradas en un local, entramos y una señora acercándonos hacia nosotras y nos dijo:

—Bienvenidas, qué os colaboró a vosotras.

—Gracias — dije a la vendedora del local—. Marta no me dijiste que vamos a hacer compras.

—Era una sorpresa — Marta sonrió—. Elijas uno, puedes antojarse como quieras. —Me sorprendí mucho porque la ropa de aquí es muy linda y elegante.

Un Amor En El Extranjero Parte 1 (EN BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora