- Has estado increíble, Dunk. Eres toda una celebridad de la moda. ¿Qué más nos puedes contar sobre ti? Algo personal que te haga único...
- Gracias. No es nada especial, solo perseverancia y trabajar, trabajar mucho.
- ¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Seguirás en el mundo de la moda? ¿Qué opina tu pareja?
- No tengo una, así que de momento solo diré que estoy totalmente enfocado en mí y en mi trabajo.
- Tu última pareja fue hace más de...
- Si no tienen más preguntas sobre el evento, Dunk se retira. Tenemos que continuar con el show.
- Gracias.
Es agotador, ellos son agotadores. Siempre queriendo saber sobre mi vida privada. Vale, no tengo una, pero tampoco es necesario tatuármelo en la cara.
Me encuentro con Phuwin.
- Son agotadores.
- Lo son. ¿Has terminado?
- Eso parece, ¿tú?
- También.
- ¿Nos vamos? Quiero salir de aquí.
- Por favor.
Estamos en un taxi. Phuwin está apoyado en mi hombro con los ojos cerrados y yo miro por la ventanilla.
- Dunk...
- ¿Mmm? Pensé que dormías.
- ¿Te gustaría repetir lo del domingo?
- ...
¿Me gustaría? La verdad es que sí...
- Los chicos vendrán mañana, seremos los mismos, y me han preguntado por ti... ¿Qué opinas?
- Mmmm... ¿A qué hora?
- A la misma que la otra vez.
Phuwin me abraza, achuchándome feliz por mi respuesta. Solo por esto vale la pena.
- Señores, hemos llegado al primer destino.
- Ese es el mío. Nos vemos mañana, Phuwin.
Le acaricio la cabeza y deja de abrazarme.
- ¡Hasta mañana, Dunk!
Una vez en mi apartamento, noto que el sentimiento de soledad es un poquito menos angustiante. Mañana será un gran día.
Me preparo para ir a la cama y cuando estoy listo, me acuesto.
La mañana llega mucho más rápido que de costumbre, y me siento descansado.
Decido vestirme informal: unos jeans anchos con una camiseta y una camisa blanca. Mientras me peino, me doy cuenta de que estoy cantando, y mi buen humor mejora aún más.
Una vez listo, salgo hacia casa de Phuwin.
- Dunk.
¿Joong? Madre mía, está guapísimo... y su sonrisa, es aún más bonita de lo que recordaba. Me acerco a él y lucho contra las ganas de frotarme contra él.
- Buenos días, Joong. ¿Habíamos quedado en que me recogías?
- Así lo acordé con Phuwin. ¿No te avisó? Lo siento, no tengo cómo comunicarme contigo...
- Debe haberse olvidado. Quizás... podríamos intercambiar contactos, por si...
- ¡Claro! Aquí tienes.
Me ofrece su móvil. Antes de cogerlo, vuelvo a comprobar su expresión en busca de alguna incomodidad, pero no encuentro nada más que su preciosa sonrisa.
- Bien.
- Sube, hazlo de camino.
- Mmmm...
Y eso hacemos. Cuando llegamos a casa de Phuwin y nos bajamos, le devuelvo su teléfono.
- Gracias, Dunki.
...Dunki. Suena tan dulce en su boca, me siento como si me hubiera acariciado.
- No es nada.
Me obligo a esconder mis emociones y camino sin esperarlo. Cuando toco el timbre, Joong ya está junto a mí con su sonrisa.
- ¡Hola, chicos! Pasen, ya estamos todos.
Y así, pasamos otro día entre risas y los abrazos de Forth. Cuando llega el momento de despedirme, vuelve la ansiedad y me pregunto si vale la pena.
- Dunk, ¿te importa si te llevo a casa?
- V-va-le.
Eso me da un poco de calma. Aún no me quedaré solo. De camino a casa vuelvo a quedarme dormido; es como si la compañía de Joong me diera calma y seguridad.
- Dunki, pequeño, estamos en casa.
Ronroneo... sí, soy totalmente consciente de ello y me da igual. No quiero irme, no quiero separarme.
- Estoy muy cansado... ¿me ayudas a subir?
Ni siquiera lo miro. Me hago un pequeño ovillo en su asiento del coche y me quedo muy quieto, escuchando sus movimientos.
Acaba de desabrocharse el cinturón y va por el mío. Cuando lo tiene, baja del coche y luego abre la puerta de mi lado.
- Para subirte tengo que tocarte, Dunki, ¿estás bien con eso?
- Mmm... sí.
Noto uno de sus brazos por mi cabeza y otro por mis piernas, y lo siguiente es que estoy pegado a su pecho. Escucho el sonido de la cerradura del coche y nos movemos.
- Dunki... ¿el código?
- 01102020.
- Estamos dentro. ¿Quieres que te deje en el sofá o en la cama?
- Cama.
- Dime cómo llegar.
- La habitación del fondo, la última del pasillo.
Está intentando dejarme, pero no lo suelto. No quiero que se marche.
- Dunki, ya estamos. Esta es tu cama.
- Mmmm... no me dejes solo.
¿Pareceré desesperado? Lo estoy, me lo busqué yo solito. Tanta soledad me está pasando factura, y Joong... él es tan cálido.
Me abraza en la cama, medio acostado, como esperando a que me duerma. Me acomodo más cerca de él, si es que es posible, tengo prácticamente todo mi cuerpo sobre él y mi cabeza descansa en su cuello.
El ronroneo llega y siento la mano de Joong acariciándome el pelo. Me muevo, y para sorpresa de ambos, le estoy dando acceso a mis orejas. Me muero por sentir sus dedos en ellas.
No se hace esperar. Primero son toques suaves, pequeñas caricias que parecen involuntarias, pero no tarda en masajearme las orejas. Mi ronroneo se intensifica, y mi cola comienza a moverse. Mi cintura le sigue.
Estoy muy caliente. No sé qué pasa por mi cabeza o simplemente me quedo en blanco, pero mi lengua sale y lamo el cuello de Joong. Sabe tan bien que no puedo parar... La respiración de Joong se agita, y no dudo en morderlo suavemente.
- Dunki... Mmmm... ¿estás bien con esto?
Muerdo un poco más fuerte como respuesta y Joong gime. Sigo lamiendo mientras subo a su oreja y vuelvo a mordisquearla.
Estoy muy caliente, tengo calor, mucho calor. Me quito toda la ropa y vuelvo a mi sitio.
- No dejes de acariciarme. Te necesito...
Sus manos están por todas partes. Me derrito, jadeo y le pido más y más. Estoy completamente cegado por la lujuria cuando Joong me hace tocar el cielo con su boca.
La consciencia me abandona. Caigo en un sueño profundo, feliz y en calma.
♥️🐈
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Más que un nekoboy (JoongDunk)
Fiksi PenggemarSoy modelo, pero siendo un nekoboy, tampoco me quedaban muchas más opciones. ¿Qué se espera de mí? Que mi imagen sea perfecta. Las apariencias son lo único que importa, ¿verdad?