— Buenos días, gatito.
— Buenos días, bebé.
— Tengo que prepararme, hoy he quedado en la tienda con un posible cliente, bastante importante. ¿Hoy estás libre? ¿Comemos juntos?
— Sí, y sí. ¿A qué hora te viene bien que te recoja?
— Ven cuando quieras, y si cambias de opinión, puedo...
— No voy a cambiar de opinión. Quiero que esto funcione y sé que si lo mantenemos en secreto, al final todo se estropeará.
— Vale, pero no te esfuerces solo por mí, por favor.
— ¿Crees que lo hago solo por ti? Vamos, Joong, soy un nekoboy. Necesito sentirme mimado, es mi naturaleza. Que me cuiden es lo que más feliz me hace, y si lo mantenemos en secreto, ¿cómo se supone que me vas a cuidar?
Joong me besa, es un beso suave y muy dulce.
— De acuerdo, señor.
— ¿Seguro que tienes que irte ya?
Lo pregunto con un tono sugerente mientras corro la colcha a un lado, mostrando mis largas y blancas piernas.
— Gatito, gatito, sé bueno con tu papi. Tengo que irme ya, y si me provocas así, no podré resistirme.
— Jajaja... Tenía que intentarlo.
— Durmamos juntos otra vez esta noche.
— ¿Y si te mudas a vivir aquí conmigo?
Joong, que estaba relajado y sonriente, pierde la sonrisa y se tensa.
— Dunki, mira, no quiero que te precipites. No me gustaría que, por querer darlo todo, termines haciéndote daño. Es un paso importante. Tómate tu tiempo, piénsalo bien, y luego retomamos la conversación...
— Claro. Voy al baño.
— Dunki, espera...
— Ya lo hablaremos, tienes que irte. Que tengas un buen día.
Fuerzo una sonrisa, de las que uso en el trabajo, y me encierro en el baño.
Escucho a Joong maldecir. Abro el grifo para no oír más y entro en la ducha. Dejo que el agua caliente se mezcle con mis lágrimas.
Lo entiendo, voy demasiado rápido.
Cuando me recompongo, salgo de la ducha y del baño. Joong ya no está. Me siento abandonado. No quiero ser dramático, intento controlar mis pensamientos, pero inevitablemente me siento rechazado y solo.
Vuelvo a la cama, desnudo, y en ella encuentro el olor de Joong. Comienzo a llorar de nuevo y me hago un ovillo, abrazando mi cola. Es tan suave. Siempre que me siento perdido, acariciarla me ayuda a vaciar mi mente. Las lágrimas cesan y, al poco tiempo, me quedo dormido.
Cuando despierto, todo está oscuro. Siento los ojos hinchados y la garganta seca. Busco mi móvil y veo dos llamadas perdidas de Joong y un mensaje.
Joong: *Dunki, no puedo ir a comer contigo, ¿lo dejamos para otro día? He cerrado el acuerdo, pero necesito ponerme a trabajar ya. Intenté llamarte para avisarte, ¿me dices algo cuando puedas? Besos.*
Es la tercera vez que lo leo, y sigo notando frialdad.
Decido poner el móvil en modo avión y lo dejo en la mesilla.
Vuelvo a la misma posición, solo quiero acariciar mi cola. No quiero nada más.
Veo las luces del amanecer entrando por la ventana. En modo automático, me ducho, me seco el cabello y elijo uno de mis conjuntos. Me pongo mis joyas y, cuando estoy listo, me calzo, agarro mi abrigo y salgo del apartamento hacia la agencia.
No he comido nada, de momento me es imposible. Supongo que por eso me siento algo mareado y débil.
En la entrada del edificio me detienen algunos fans, los saludo como de costumbre. Ellos nunca me fallan. Firmo, me hago fotos y les doy mensajes de ánimo. ¿Curioso, verdad? Yo les doy mensajes de ánimo...
Subo y voy directo a la sala de descanso en busca de agua. Mientras estoy bebiendo, entra Phuwin.
— ¿Dunk? ¿Qué te ocurre? Esas ojeras no son normales en ti.
— No pasa nada.
— ...Voy a matar a Joong. No me importa por qué.
— Déjalo tranquilo.
— Dunk, dime qué pasa, por favor.
Suspiro y procedo a explicarle todo.
— ¿Es que es idiota o qué? Cuando lo consigue, retrocede. Lo dicho, es un idiota y me va a escuchar.
— No, es su vida, Phuwin. No tiene que vivirla conmigo si no quiere.
— ¿Que no quiere? ¡No me jodas!
— No grites. Es lo único lógico que he podido sacar.
— Estoy seguro de que no es así. Joong está loco por ti.
— Puede que lo estuviera, puede que fuera algo pasajero. A veces la gente, cuando por fin consigue lo que quiere, pierde el interés.
— ¡Debes estar bromeando, Dunk! No puedes estar creyéndote esa tontería que te has inventado.
— ¡Te he pedido que bajes la voz!
— ¡No puedo cuando veo lo tonto que estás siendo!
— ¡¿Perdona?! ¡Genial! Este "tonto" se retira para que no tengas que aguantarlo.
— ¡Dunk!
Me largo. No pienso quedarme donde no me quieren. Bien. La soledad no es tan mala. No necesito a nadie.
En el vestíbulo, alguien me agarra por la muñeca y me sobresalto.
Es un hombre de unos 40 o 50 años. Me dice que me ama y que me hará feliz. Llega seguridad y lo apartan de mí. Me escucho respirando fuerte, mi vista se vuelve borrosa. Tiemblo. Escucho gritos de chicas, pero estoy perdiendo el control, y todo se vuelve negro.
Cuando recobro la conciencia, me encuentro en una habitación... ¿de hospital?
— Señor Natachai, ¿cómo se encuentra?
— Bien. ¿Qué me ha pasado?
— Falta de sueño, alimento y líquidos. En su estado, no debería ponerse en riesgo, señor.
— ¿En qué estado?
♥️🐈
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Más que un nekoboy (JoongDunk)
Hayran KurguSoy modelo, pero siendo un nekoboy, tampoco me quedaban muchas más opciones. ¿Qué se espera de mí? Que mi imagen sea perfecta. Las apariencias son lo único que importa, ¿verdad?