Primerizos

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La llegada a casa con Ryu es... terrorífica.

En el hospital teníamos la seguridad de los enfermeros de planta. Cualquier duda o preocupación, los llamábamos y todo quedaba solucionado. Pero ahora, ¿qué? ¿Y si le pasa algo a Ryu y no sabemos qué es o cómo solucionarlo?

Sentimos miedo por todo: si toma mucho pecho, si toma poco, si duerme en brazos, si lo hace solo en el cuco, si duerme poco, si pasa más de tres horas durmiendo sin pedir pecho...

Menos mal que el tema de la lactancia va bien. Ryu está creciendo bien, y de momento no he tenido problemas de grietas por mal agarre, espero que siga así.

— Dunki, está dormido. Ve a la cama y descansa; yo me quedo con él.

— Gracias, amor. Llámame cuando necesite comer.

Me besa y me da un fuerte abrazo.

— Ve, no pierdas el tiempo, que ahora es aún más valioso.

— Jajaja... tienes razón. Te quiero.

— Y yo, mi vida.

La cama... mmmm... antes me gustaba, pero ¿ahora? No valoramos lo suficiente el placer de dormir y descansar.

Estoy en el sueño más profundo cuando escucho la voz de Joong y el llanto de Ryu.

— Papi, lo siento, Ryu tiene hambre...

— Mmmm... ven aquí, pequeño.

Joong coloca a Ryu a mi lado y yo le ofrezco el pecho. Se agarra y empieza a succionar la leche.

— Mmmm... ¿a qué sabrá?

Miro a Joong sorprendido.

— ¿Estás interesado en probarla?

— ...

Se sonroja. Joong, sonrojado. Dios mío, ¿puede un hombre ser sexy de la manera más masculina y dulce al mismo tiempo? Pues sí, puede.

— Tengo el otro libre si quieres intentarlo...

— ... pero es de Ryu.

— Dudo que le moleste compartir contigo.

— ¿Y tú... qué opinas?

— Que eres la cosita más linda del mundo después de tu hijo.

— Jajaja... tú sí que eres lindo.

— Y tengo un pezón esperándote.

— Jajaja... está bien, lo voy a probar.

— Bien.

Joong se coloca al otro lado, pero está de rodillas y se inclina hacia donde yo estoy acostado casi de lado para facilitar el agarre de Ryu.

Me mira de reojo. Su lengua sale de entre sus labios y da un pequeño lametón antes de meterse el pezón entre los labios.

Siento cómo absorbe, es parecido a Ryu pero mucho más intenso.

Cada vez lo noto más intenso y, de vez en cuando, cambia de succionar a lamer.

— Joong... creo que deberías parar... quizá no deberíamos hacer esto con Ryu aquí...

Me suelta el pezón, pestañeando, y luego me sonríe de manera burlona.

— ¿Te excita?

— ... cállate.

— Jajaja... de acuerdo. No delante de Ryu, anotado. Pero pienso volver a probarte. Tienes una leche deliciosa, cariño.

— Jajaja... eres increíble.

— ¿Sigue comiendo?

— No, creo que se ha dormido con la teta en la boca.

— Mi chico es listo.

Pongo los ojos en blanco antes de besarle.

— Voy a llevarlo a la cuna, aprovecha y descansa tú ahora.

— Vale, gracias, mi vida.

Le sonrío. Cojo a Ryu y lo llevo a su cunita. Aprovecho para actualizar las redes sociales e informar al mundo de la llegada de Ryu a nuestras vidas. Las notificaciones no tardan en llegar y, mientras las leo, me llama Phuwin.

— Hola, tito.

— Hola, papi. Estoy aquí con Pond, echándoos mucho de menos. ¿Cuándo nos vemos?

—Venid, avisad a Géminis y Forth. Mientras no nos hagáis cocinar, no tenemos problema.

— Te cocino yo todos los días si es necesario.

— Jajaja... aquí os esperamos.

— ¡Yaaay!

Colgamos. Me asomo para comprobar que sigue durmiendo. Es tan cuqui. Sus orejitas son de un blanco tirando a gris perlado, su cola es igual, pero con algún mechón un poco más gris perla oscuro. Es tan pequeñito... y esos deditos me recuerdan a los de Joong. ¿Cómo será de mayor? ¿Qué tipo de carácter tendrá? ¿Será feliz?

Te prometo hacer todo lo posible, Ryu.

♥️🐈
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Más que un nekoboy (JoongDunk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora