Más que un nekoboy (JoongDunk)

Sorpresa

Hoy es el día.

Llevo meses preparándolo.

Estoy dejando a Ryu con sus tíos, Pond y Phuwin. Se va a quedar con ellos todo el fin de semana, y está más feliz que nadie. Si los bebés son mimados por sus tíos, Ryu está a otro nivel. Si no los conoces y entras en su casa, pensarías que tienen un hijo de la edad de Ryu.

—¿Y mi sobrino favorito?

—¡Puuu!

—Espera, cielo, primero mi abrazo y mi beso... ¡Muuua!

—Vente con tu tío Pond, peque, mira el juego que te he preparado...

—¿Lo tienes todo listo?

—Todo. ¿Y vosotros? Cualquier cosa...

—Vamos, Dunk, es solo un fin de semana, y Ryu es un amor. Además, me has dado una lista completa con todas las posibles situaciones y soluciones.

—Jajaja... es verdad. Vale, bien. Me voy... ¡pasadlo bien!

—¡Igualmente! Madre mía... Joong va a alucinar. ¡Pond, ya se marcha!

—¡Suerte, Dunk!

Vuelvo al coche y conduzco hasta una de las tiendas de Joong. Sí, ahora tiene más de una. Sé dónde está porque uno de sus empleados me ha estado informando de sus movimientos todo el día.

Cuando llego, reviso el último mensaje en el que me confirma que Joong está en su despacho. Entro, me acerco al mostrador, y este chico me entrega una preciosa rosa roja.

Entro en el despacho, Joong está de espaldas, así que aún no sabe que estoy aquí.

—¿Qué haces aquí, gatito?

—¿Ah? ¿Cómo puedes...?

Se gira todo sonriente.

—Hueles a algodón de azúcar. ¿Qué haces aquí, mi vida? ¿Has venido solo?

—Ajá.

—¿Y Ryu?

—Con sus tíos.

—Mmmm... ¿nos lo van a malcriar otra vez?

—No lo dudes.

—Me vale, si mi Dunki es solo para mí un ratito. Anda, ¿y mi abrazo?

Me lanzo a sus brazos, y Joong me aprieta contra su pecho.

—¿Te queda mucho?

—En realidad, no, puedo dejar esto para el lunes.

—¿Sí? Vámonos entonces.

—Tienes prisa hoy.

Le sonrío y le doy un pequeño beso en su preciosa sonrisa.

—Vamos, vámonos...

—Siii...

Salimos del despacho, se despide de sus dos trabajadores, y salimos cogidos de la mano en busca del coche.

Ya en el coche, me dirijo hacia nuestro destino.

—Dunki... ¿dónde vamos? Nuestra casa está en dirección contraria, y por aquí tampoco llegamos a casa de Pond y Phuwin.

—Ya...

—¿Estás planeando algo, gatito?

—Quizás...

Joong se queda callado, observando el paisaje, debe estar considerando las opciones. Y entonces...

—¿El aeropuerto?

—...

—¿Gatito?

Una vez aparcado, lo miro y sonrío con inocencia.

—¿Vamos?

Una de sus cejas se levanta.

—¿A dónde?

—A nuestro vuelo. Vamos.

—¡¿Qué?!

Me bajo del coche. Abro el maletero y saco dos maletas.

Joong baja y me ve sacarlas. Está alucinando.

—Dunk, por favor, dime algo, no entiendo nada.

—No tienes nada que entender. Toma, esta es la tuya. Vamos.

Empiezo a caminar y escucho cómo Joong me sigue.

Pasamos el control de seguridad y me paro frente a uno de los paneles para comprobar nuestro vuelo. Intento que no note cuál estoy mirando. Reanudo el paso hacia nuestra puerta de embarque. Cuando llegamos a la zona, busco un par de asientos libres y le ofrezco sentarse.

—¿Vas a dejarme así? ¿Voy a tener que esperar un vuelo sin saber a dónde va?

—Sí.

—Eres cruel, gatito.

Sonrío sin mirarlo, concentrándome en un libro que he traído para la espera.

Le entrego otro libro.

—Por si quieres leer un poco.

Al principio no le presta atención al libro, solo me mira, pero al rato decide ponerse a leer.

Pasa una hora.

—Duuuuunki... por favor...

—Solo quedan quince minutos. Ven.

Le ofrezco mi mano, y la toma rápidamente.

Lo guío hasta una de las puertas de embarque.

—¿Japón?

—¿Preparado para pasar seis horas en un avión?

—Preparado.

—Jajaja... bien, vamos.

Ya dentro y acomodados, Joong empieza con las preguntas.

—¿Por qué Japón? ¿Por qué no me avisaste? ¿Desde cuándo lo tienes preparado? ¿Dónde nos vamos a hospedar?

—¿Y si te dejas llevar? Deja de preguntar tanto, solo disfruta.

—... es que las preguntas se me amontonan en la cabeza.

—Quieres que te bese hasta dejarte la mente en blanco.

—...gatito...

—Jajaja... vamos, el viaje es largo. Si tú quieres, no me importaría pasarlo pegado a ti.

—Eres todo un provocador.

—Siempre podemos ir a visitar los baños en medio del vuelo...

—¡Dunki! Jajajaja... ya, ya...

Me encanta cuando se sonroja.

♥️🐈
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