Ansias de Ti, y de Ryu 🔞🔥🌶️

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36 semanas de embarazo y mi espalda no da más. No puedo más. Hoy tenemos la última de las ecografías, espero que Ryu ya esté en la posición óptima para el parto.

— Dunki, ¿estás listo, mi amor?

— Sí, vamos.

— ¿Estás nervioso?

— Un poco, me preocupa que Ryu no esté bien colocado. Lo sé, leo demasiado sobre el tema...

— Jajaja... es normal, gatito, yo también estoy nervioso, pero sé que todo va a salir bien.

Joong, como siempre, es mi amuleto, mi apoyo incondicional, mi paz.

— Gracias, no sé cómo lo haces, pero siempre sacas mi lado positivo.

Me acerco a él, me pongo de puntillas y le doy un pequeño beso.

— ¿Solo uno pequeñito?

Me dice con un puchero en los labios.

— Sí, tenemos que salir ya, mira la hora que es. Nos conocemos, Joong, si te doy un beso más largo, no llegaremos.

— Tienes razón, tendré que esperar a la vuelta...

— Jajaja... eres insaciable.

— De ti, no lo dudes, mi vida.

Me abraza por la espalda, rodea mi barriga con sus manos y deposita un beso en mi coronilla.

— ¿Nos vamos?

— Nos vamos.

De camino al médico, Joong me cuenta que tiene un encargo para decorar una sala, es para una boda, y aprovecha para preguntarme si me gustaría casarme algún día y cómo me gustaría que fuera.

No estoy seguro de si habla en serio o solo está sacándome información.

— Joong... ¿vas a pedirme matrimonio?

— ¿Ah? Yo... no, solo es curiosidad.

— Mmm... bueno, nunca pensé que lo del matrimonio fuera para mí...

— ... entiendo...

— Pero... desde que estás en mi vida, he cambiado mucho de pensamiento, ¿sabes?

— ...

Veo cómo la comisura de sus labios se eleva hasta que su preciosa sonrisa se instala en su hermosa cara.

— Quién sabe, quizás algún día nos llamemos esposos.

— Quizás.

Llegamos al hospital. Joong se preocupa por mi espalda, y siempre que caminamos juntos, apoya una de sus manos en mis lumbares.

Ya en consulta, el doctor nos informa de lo bien que está Ryu.

— Fíjate, el pequeño ya está listo. Mira, aquí está la cabecita, los bracitos y manitas... y mira cómo juega con sus piecitos. ¿Ya no tienes espacio, verdad? Bien, pues todo está listo. ¿Y el papi?

— El papi está cansado, muy cansado.

— Es normal, ya queda muy poco. Vengan la semana que viene y ponemos las correas. Joong, dale masajes en la espalda e intenta que no tenga preocupaciones. Queremos un Dunk relajado y feliz para el parto.

— Hecho.

— ¿No tengo suerte?

— La misma que tiene Joong. Menuda pareja encantadora me ha tocado.

— Jajaja, gracias doctor.

Al salir, nos encontramos con un par de fotógrafos. Nos piden información sobre el bebé, pero yo no quiero responder. Aprieto la mano de Joong y él lo entiende con solo un pequeño vistazo.

Más que un nekoboy (JoongDunk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora