36 semanas de embarazo y mi espalda no da más. No puedo más. Hoy tenemos la última de las ecografías, espero que Ryu ya esté en la posición óptima para el parto.
— Dunki, ¿estás listo, mi amor?
— Sí, vamos.
— ¿Estás nervioso?
— Un poco, me preocupa que Ryu no esté bien colocado. Lo sé, leo demasiado sobre el tema...
— Jajaja... es normal, gatito, yo también estoy nervioso, pero sé que todo va a salir bien.
Joong, como siempre, es mi amuleto, mi apoyo incondicional, mi paz.
— Gracias, no sé cómo lo haces, pero siempre sacas mi lado positivo.
Me acerco a él, me pongo de puntillas y le doy un pequeño beso.
— ¿Solo uno pequeñito?
Me dice con un puchero en los labios.
— Sí, tenemos que salir ya, mira la hora que es. Nos conocemos, Joong, si te doy un beso más largo, no llegaremos.
— Tienes razón, tendré que esperar a la vuelta...
— Jajaja... eres insaciable.
— De ti, no lo dudes, mi vida.
Me abraza por la espalda, rodea mi barriga con sus manos y deposita un beso en mi coronilla.
— ¿Nos vamos?
— Nos vamos.
De camino al médico, Joong me cuenta que tiene un encargo para decorar una sala, es para una boda, y aprovecha para preguntarme si me gustaría casarme algún día y cómo me gustaría que fuera.
No estoy seguro de si habla en serio o solo está sacándome información.
— Joong... ¿vas a pedirme matrimonio?
— ¿Ah? Yo... no, solo es curiosidad.
— Mmm... bueno, nunca pensé que lo del matrimonio fuera para mí...
— ... entiendo...
— Pero... desde que estás en mi vida, he cambiado mucho de pensamiento, ¿sabes?
— ...
Veo cómo la comisura de sus labios se eleva hasta que su preciosa sonrisa se instala en su hermosa cara.
— Quién sabe, quizás algún día nos llamemos esposos.
— Quizás.
Llegamos al hospital. Joong se preocupa por mi espalda, y siempre que caminamos juntos, apoya una de sus manos en mis lumbares.
Ya en consulta, el doctor nos informa de lo bien que está Ryu.
— Fíjate, el pequeño ya está listo. Mira, aquí está la cabecita, los bracitos y manitas... y mira cómo juega con sus piecitos. ¿Ya no tienes espacio, verdad? Bien, pues todo está listo. ¿Y el papi?
— El papi está cansado, muy cansado.
— Es normal, ya queda muy poco. Vengan la semana que viene y ponemos las correas. Joong, dale masajes en la espalda e intenta que no tenga preocupaciones. Queremos un Dunk relajado y feliz para el parto.
— Hecho.
— ¿No tengo suerte?
— La misma que tiene Joong. Menuda pareja encantadora me ha tocado.
— Jajaja, gracias doctor.
Al salir, nos encontramos con un par de fotógrafos. Nos piden información sobre el bebé, pero yo no quiero responder. Aprieto la mano de Joong y él lo entiende con solo un pequeño vistazo.
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Más que un nekoboy (JoongDunk)
FanfictionSoy modelo, pero siendo un nekoboy, tampoco me quedaban muchas más opciones. ¿Qué se espera de mí? Que mi imagen sea perfecta. Las apariencias son lo único que importa, ¿verdad?