Abismo

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Los rumores han continuado y cada vez cogen más fuerza. Han sacado imágenes antiguas, sacándolas nuevamente de contexto.

He recibido amenazas de fans de Phuwin, y quienes antes me defendían han dejado de hacer ruido.

¿Lo peor? He leído que soy el peor padre que Ryu podría tener y la peor pareja para Joong. Me he derrumbado. Esto sí me duele.

Ahora mismo estoy solo en casa. Me he encerrado en el baño a llorar por si llegan y no me doy cuenta. El grifo está abierto para disimular mi llanto.

La pantalla de mi móvil vuelve a iluminarse.

Phuwin: Dunk, cariño, ¿cuándo vamos a poder vernos? Te echo de menos. Joong dice que no te encuentras bien, pero ya van cuatro semanas seguidas.

Cierro los ojos mientras las lágrimas siguen cayendo.

Decido darme un baño para intentar relajarme.

— ¡Dunk!

¿Me he dormido? Estoy en los brazos de Joong y tengo mucho frío.

— Dios mío, Dunk... me has asustado muchísimo... ¿y si hubiera regresado más tarde? ¿Qué?

Me abraza más fuerte. Está furioso.

— ... Lo siento... s-solo quería relajarme.

— No puedes seguir así.

Coge una toalla para envolverme y me lleva a nuestra cama.

— Quiero que duermas, pero de verdad. Si tengo que agotarte, lo haré. Voy a ver cómo está Ryu y vuelvo en un rato. Quiero encontrarte roncando, ¿me has entendido?

— Mmm.

Tiene toda la razón... no sé cómo me aguanta. No puedo hacerlo feliz. Todo esto es por mi culpa...

Sigo llorando y en algún momento me quedo dormido.

Me despierto y noto la cabeza pesada. Cuando me acerco a la puerta para salir, escucho que Joong habla con alguien y me quedo escuchando en las sombras.

— ... Cada vez peor. Sí. No, esto no puede seguir así. Yo cuido de Ryu. Lo sé. No... joder. Ya lo sé. No pienso continuar así. Sí. Pues cortaremos de raíz. Ah... yo también. ¿Hablamos en otro momento? Voy a darle de comer a Ryu. Ahora toma biberón. Lo sé, lo sé...

Las últimas palabras son más débiles; Joong se está alejando y yo sigo paralizado.

Todo mi cuerpo tiembla. No sé qué pensar de todo lo que he escuchado, me imagino lo peor. Joong va a abandonarme. Me quedaré solo otra vez. ¿Y Ryu? No va a quedarse conmigo, no valgo nada como padre. Las redes tenían razón.

Vuelvo a la cama. No sé cuánto tiempo llevo aquí, me duele todo el cuerpo.

Noto movimientos a mi alrededor, pero no puedo abrir los ojos. Tampoco puedo escuchar bien, es como si estuviera debajo del agua.

El sueño regresa y lo abrazo porque me da calma. No pienso.

No hay nada.

...

— Dunki... Dunki, mi vida... te quiero... gatito...

La imagen de Joong llena mi mente. Su preciosa sonrisa. Aquí soy feliz.

— Mira, Dunki, tu precioso Ryu. Nos extraña.

Ryu... ¿me necesitas, Ryu? No... no lo creo. Están mejor sin mí.

— Dunki, te necesitamos, mi vida.

Me extrañan.

Me necesitan.

Quiero abrir los ojos, pero siguen pesando toneladas. Al menos ahora puedo escuchar su voz claramente.

Mi cuerpo no responde.

Me vuelvo a dormir.

La lucidez regresa y me siento con más fuerza. Logro abrir los párpados muy poco. Todo es muy brillante y me molesta.

Poco a poco me acostumbro a la claridad. Esto es... es una habitación de hospital.

Estoy solo.

Siento cómo crece mi ansiedad. ¿Me he quedado solo?

¿Me han abandonado?

Cierro los ojos con fuerza, no quiero llorar.

Se escucha la puerta.

— Dunki, mi vida, ya estoy de vuelta. Ryu está creciendo demasiado rápido. Phuwin dice que hoy le ha preguntado por ti. ¿Recuerdas que te lo expliqué? Yo soy papá y tú eres papi. Es increíble cómo él solo ha decidido llamarnos diferente para no confundirnos. Hoy te he traído girasoles, son preciosos. Ojalá pudieras verlos... te echo tanto de menos. La cama es demasiado grande para mí solo.

Suspira.

— Mierda... estoy bien. Todo está bien. Ahhh... el doctor dice que en cualquier momento despertarás. Que te dé tiempo. Pero yo no quiero tiempo, te quiero a ti. Te quiero de vuelta conmigo. Quiero a mi familia, Ryu te quiere de vuelta. Dunki... por favor...

Abro los ojos y busco de dónde viene su voz, y ahí está. Mi precioso Joong tiene las manos en la cara y sus hombros tiemblan.

— ... Mmm...

Me mira, la sorpresa reemplaza a la tristeza, y se acerca corriendo.

— ¡Dunki! Estás despierto, ¡dios mío, estás aquí!

Lo veo buscar un mando con un botón rojo y lo presiona.

— ¿Cómo te encuentras? ¿Puedes hablarme? ¿Necesitas algo, mi vida?

— ... Bi-bien...

— Vale, muchas preguntas. Perdóname, estoy muy nervioso.

Me sonríe, pero empieza a llorar. Me preocupa.

— ... ¿Tú... bien...?

— Ahora sí... ahora sí... Dios mío, ahora sí.

♥️🐈
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Más que un nekoboy (JoongDunk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora