Confesiones entre susurros

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Dunk: Joong, estoy fuera.

Visualizado.

¿Por qué no responde? Debí haber avisado antes, tal vez está ocupado o tiene otros planes.

Escucho unos golpes en mi ventanilla, me sobresalto, pero cuando veo quién es, me relajo.

Bajo la ventanilla y me recibe la sonrisa más preciosa del mundo.

— ¿Qué hace por aquí este gatito tan hermoso?

— Halagador.

Alarga la mano para acariciarme una de mis mejillas.

— ¿Qué haces aquí? Pensé que no querías llamar la atención. Si quieres, ve a casa y yo iré luego.

— ¿No has terminado?

— Tengo una clienta adentro, le pedí que me esperara para poder salir. Si me dejas terminar con ella, soy todo tuyo.

— Mmm. Te espero aquí.

Se queda parado, mirándome como si no entendiera.

— Vamos, no la hagas esperar más.

— Sí, claro... ahora vuelvo.

— Vale.

Lo veo entrar en su preciosa floristería. Desde aquí solo puedo ver la entrada.

Con la ventanilla cerrada, me distraigo con las redes sociales. Encuentro un montón de mensajes positivos de fans y algunos no tan buenos de personas a las que no les debo gustar mucho. Nunca entenderé la necesidad de herir a alguien solo porque no te cae bien. ¿No es mejor usar ese tiempo en algo que te guste?

Vuelven a golpear mi ventanilla, esta vez no me sobresalto pensando que Joong ha terminado antes de lo esperado, pero para mi sorpresa, cuando miro, me encuentro con Daou.

Bajo la ventanilla.

— ¡Hola, Dunk!

— Hola, ¿cómo estás, Daou?

— Genial. ¿Estás esperando a Joong para ir a casa de Phuwin? Me dijo que eras un amigo en común y que por eso se conocieron. Vente, te invito a tomar algo mientras lo esperas.

— No es necesario, ya estoy listo. Daou, Dunk no está interesado en ir a tomar algo contigo, ¿entiendes?

Daou mira intensamente a Joong, luego me mira a mí con una sonrisa y, de reojo, vuelve a mirar a Joong.

— Claro, no molesto más. Espero verlos por mi cafetería, chicos.

Se marcha. Joong sube al asiento del copiloto, pero antes de ponerse el cinturón, me pregunta si quiero que conduzca él.

— Abróchate el cinturón, hoy soy tu conductor personal.

— Mmm... seguro que puedo sacar algo sexual de esa afirmación.

— ¡Joong! Eres un obsceno.

— Jajaja... lo siento, Dunki. Entonces... ¿esta sorpresa?

— Quería verte.

— Mmm... vale.

— Necesito hablar contigo, pero dame tiempo, por favor.

— El tiempo que necesites, ya lo sabes.

— Lo sé.

Mi corazón late muy rápido, tal vez debería haber dejado que él condujera. Me concentro en la carretera. Llegamos a mi edificio, entro al parking, aparco y bajamos del coche.

Seguimos en silencio hasta el ascensor, y ya dentro, Joong me mira, estudiándome.

Llegamos a mi apartamento. Entramos y cuando cierro la puerta, Joong se acerca mucho a mí. Su olor me embriaga y quiero besarlo, pero cuando lo miro a los ojos, me doy cuenta de lo asustado que está.

— Joong, estoy enamorado de ti.

— ...¿Ah?

Está tan sorprendido que creo que lo he dejado en shock.

— Estoy enamorado de ti.

Las lágrimas caen por sus mejillas. ¿Joong está llorando? ¿Le estoy haciendo tanto daño?

— Joong... lo siento... no llores, por favor.

Mis manos acarician sus mejillas para secar las lágrimas. Joong cierra los ojos y su boca, su preciosa y sexy boca, sonríe.

— Esto no es un sueño, ¿verdad?

— No.

— Estás enamorado de mí.

— Sí.

Abre los ojos. Sigue sonriendo y las lágrimas han cesado.

— Yo también.

Lo miro con la cabeza ligeramente inclinada.

— ¿Tú también?

En realidad, sé lo que quiere decir, pero quiero escucharlo.

— Estoy irremediablemente enamorado de ti, desde la primera vez que te vi.

— Guau.

Ambos reímos. Le tomo de la mano y lo llevo desde la entrada hasta el sofá. Lo siento y yo me siento en sus piernas, de lado. Joong pasa sus brazos alrededor de mi cintura y me atrae hacia él.

— ¿No vas a besarme?

Mis labios tocan los suyos, suaves, dulces, delicados... me derrito por él.

Ronroneo.

— ¿Eres consciente de lo mucho que me excita cuando ronroneas?

— Lo siento, no puedo controlarlo. Tus labios me gustan demasiado.

Lamo sus labios y vuelvo a ronronear. Joong respira profundamente y sus ojos están llenos de deseo.

— Necesito que hablemos.

— Te sugiero que dejes de lamer y ronronear, si no, no respondo de mis actos.

— Jajaja... lo siento. Joong, yo... quiero hacerlo bien, quiero que esto funcione, quiero cuidarte y darte tu lugar. Ya sabes lo difícil que es compaginar mi trabajo con la vida personal. Los medios y los fans no siempre respetan los límites...

— Lo sé.

— No sé muy bien cómo hacerlo. No quiero que sientas que te escondo o que no eres importante, o que...

— Tranquilo, Dunk. Lo entiendo. Ya lo hablamos. Tú marcas el ritmo.

— No. No es eso. No es lo que quiero para nosotros. No digo que tengamos que hacer un comunicado, pero tampoco quiero seguir escondiéndonos o tener miedo de que nos vean. Pero no puedo decidir esto solo, puede afectarte a ti, como aquella vez en tu floristería.

Joong me interrumpe con un beso, uno casto.

— ¿Me estás callando?

— Jajaja... no, solo que soy muy feliz y quería besarte.

Le sonrío. Le devuelvo el mismo tipo de beso, y ambos reímos. Nos abrazamos y seguimos hablando sin mirarnos, disfrutando de las caricias mientras comentamos posibles situaciones que podrían surgir.

— Me da miedo que algo nos separe.

— Dunki, solo te daré espacio si tú me lo pides. Pase lo que pase.

Estoy recostado en su hombro, todavía sentado en sus piernas, de lado. Sostengo una de sus manos entre las mías, mientras él dibuja formas en mi espalda.

— Dime, gatito, ¿puede tu papi llevarte a la cama?

— ¿Estás rompiendo el momento romántico?

— Solo quiero que descanses lo suficiente.

—... Está bien...

♥️🐈
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Más que un nekoboy (JoongDunk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora