Confesiones

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Estoy despierto, pero no he movido ni una pestaña. No quiero moverme. Estoy en ese momento en el que despiertas después de haber dormido mejor que en toda tu vida, y no quieres perder esa sensación de paz y comodidad.

Cuando ha pasado un buen rato, decido abrir poco a poco los párpados, y la primera imagen es... preciosa. Joong está dormido, su cara está muy cerca, y puedo ver cada pec freckle, sus pequeñas pestañas, sus perfectas cejas, su nariz, tan masculina como todo su cuerpo... sus labios... Inconscientemente, me encuentro mordiendo los míos. Respiro profundamente y trago saliva. No quiero pensar. Quiero seguir en blanco, como anoche.

Anoche... ¡Qué noche! Joong es una bestia en la cama, en el mejor sentido de la palabra. La otra vez lo disfruté, pero esta vez... verlo volverse loco por mí, no tengo palabras.

¿Y ahora qué? No quiero ponérselo difícil, y mi vida no podría ser más complicada, yo no podría ser más complicado.

Acaricio sus labios con uno de mis dedos, y Joong besa muy delicadamente mi dedo. Abre los ojos y busca mi mirada mientras me regala una de sus dulces y preciosas sonrisas.

— Buenos días, Dunki.

— Buenos días... ¿has dormido bien?

Respira profundamente, cerrando los ojos, como reviviendo todo lo de anoche, antes de contestar. Sus ojos brillan traviesos.

— Mejor que bien, estaba agotado. ¿Tú has dormido bien?

Le contesto con un leve movimiento afirmativo de cabeza. No quiero, o no era mi intención devolverle el juego, o al menos no lo era hace unos segundos, pero sé que mis ojos le devuelven la misma sensación que me dan los suyos. Los dos nos sonreímos de medio lado y, sin poder evitarlo, volvemos a comernos la boca.

No me cansaré nunca de su sabor, es exquisito. Su lengua invade mi boca, busca la mía para arrastrarla a la suya y morderla. Cuando nos separamos para respirar, apoyamos nuestras frentes, respiramos con los ojos cerrados, y cuando recuperamos un poco la razón, nos volvemos a mirar.

— Es la primera vez que me pasa esto con alguien. Me tienes hipnotizado, soy incapaz de no caer. Quise besarte desde la primera vez que entraste en la cocina de Phuwin, y deseo besarte cada segundo en el que estás conmigo, y cuando no estás también.

Trago saliva. Estoy asustado y a la vez feliz. Dejo de mirarlo e intento levantarme, pero Joong no me lo permite. Me agarra de la nuca, no de forma agresiva, pero noto un poco de desesperación en él.

— No me alejes. Sé lo que te pasa. Por favor, no tengas miedo de esto, no tengas miedo de mí, no me apartes. Nunca te haría daño y soy lo suficientemente mayor para saber en qué me estoy metiendo.

— ¿A qué te refieres con que sabes lo que me pasa?

Su mirada cambia de determinación a duda. ¿Lo sabe? No puede ser... ¡Phuwin! Voy a matarlo. Es algo personal, no puedo creer que le haya contado algo.

— ¿Qué sabes, Joong?

— ...Todo lo que la prensa ha publicado. No es que me lo crea todo, pero entiendo que has tenido que sufrir y lo problemática que es tu vida.

— Pensaba que... que Phuwin...

— ¿Phuwin? No, él no me cuenta nada, lo único que me dice es que si te hago el más mínimo daño, me lo devolverá por diez.

— Mmm... es un buen amigo. Y lo que has podido leer en la prensa...

— Lo sé, lo sé. Pero estaba obsesionado con acercarme a ti, con saber de ti, y te busqué en internet... Solo buscaba imágenes, pero estas venían con texto, y terminé leyendo e investigando si tenían fundamentos.

— ¿Y? Comparte la historia que te has montado sobre mí.

— Estás enfadado. No lo hagas, por favor... No me importa, la realidad es que no me importa. Lo único que me importa es saber qué piensas tú, cómo te sientes, y si yo puedo ayudarte a quitar peso de tu espalda.

¿Puedo creerle? Phuwin me aseguró que era buena persona, confío en él, y quiero confiar en Joong, me gusta muchísimo, pero... No puedo fiarme de mi instinto, no funciona.

— Primero quiero saber qué historia crees que tengo.

— ...en realidad, no sé mucho. Según los artículos, no sabes elegir a tus parejas, te han utilizado, te han vendido, te han... dañado... Y no aprendes, vuelves a caer y confiar en quien no debes. Pero no estoy de acuerdo, ¿qué culpa puedes tener tú en las acciones de los demás? ¿Por qué no vas a creer en alguien si aún no te ha demostrado nada malo? Para mí, es solo mala suerte, te han rodeado ese tipo de personas, pero fíjate en quién sigue a tu lado, Phuwin y Pond. Son unas personas bellísimas que te quieren, ellos continúan contigo, mientras que el resto de los personajes ya no están aquí.

No tengo palabras. ¿Este chico es real?

— Di algo... ¿estás enfadado?

— ¿Desayunas conmigo?

Le doy un pequeño e inocente beso y me levanto para ir a la cocina y preparar nuestro desayuno.

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Más que un nekoboy (JoongDunk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora