capitulo 5

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Capitulo 5: Un Pasado Compartido

Mientras tanto, en la Torre de los Vengadores, la atmósfera estaba cargada de tensión. Steve, Bucky, Natasha, y Tony estaban reunidos, revisando los eventos recientes de la misión. La imagen de la misteriosa mujer que había intentado robar el Teseracto seguía fresca en sus mentes.
—Tenía el escudo de Hydra en su traje —comentó Bucky, con el ceño fruncido, recordando el enfrentamiento. Se cruzó de brazos, incómodo con la idea—. Me di cuenta de que era uno de ellos por las habilidades que usó contra mí. Peleaba como si hubiera sido entrenada de la misma manera que yo.
—Entonces no será nada bueno si Hydra está involucrada, sobre todo porque quieren el Teseracto —dijo Steve, con el semblante serio. Sabía lo peligroso que era dejar algo tan poderoso en las manos equivocadas.
Tony, que estaba revisando datos en una pantalla holográfica, añadió con su habitual tono sarcástico:
—Bueno, nunca es un día aburrido cuando Hydra está involucrada. Pero, ¿qué diablos quiere esa chica con el Teseracto? Si Hydra está detrás de esto, debemos estar preparados para algo más grande.
Natasha, apoyada contra la pared, habló con su calma habitual, pero su mirada estaba afilada.
—No parecía una simple agente. La forma en que se movía, cómo evadió los guardias... No es alguien que podamos subestimar. Es rápida, entrenada y peligrosa. Si está trabajando para Hydra, entonces lo más probable es que sea su mejor arma.
Steve asintió, sus pensamientos volviendo a los días en que él mismo había enfrentado a Hydra. Si estaban detrás del Teseracto nuevamente, no era solo una amenaza para los Vengadores, sino para el mundo entero.
—Tenemos que averiguar quién es —dijo Steve—. Y detenerla antes de que lo intente de nuevo.
—No se preocupen por eso —dijo Tony, con su habitual tono despreocupado—. Entré a las cámaras del museo, luego me agradecen. —Su sarcasmo habitual provocó una ligera sonrisa entre el grupo mientras manipulaba la pantalla holográfica—. Tengo una grabación de ella peleando con Natasha, y en una parte se le ve mejor la cara.
Todos se acercaron a observar la pantalla mientras Tony proyectaba la grabación. El video mostraba a Rachel enfrentándose a Natasha con una precisión letal, moviéndose con rapidez. En una fracción de segundo, la cámara captó su rostro con mayor claridad.
Bucky miró la imagen detenidamente, sus pensamientos volviendo a la batalla que había tenido con ella. Algo en su mirada le recordaba lo que él mismo había vivido durante su tiempo bajo el control de Hydra.
—Seguramente está controlada por ellos —dijo Bucky, sin apartar la vista de la pantalla—. Noté mucho odio en su mirada, como si estuviera decidida a terminar con nosotros a cualquier costo.
Steve lo escuchaba atentamente, pero sus ojos reflejaban algo más, una compasión que Bucky reconocía muy bien.
—Si está controlada por Hydra, debe de ser una víctima más, Bucky. Mírala, es solo una niña —dijo Steve, intentando ver más allá de la fachada de asesina que Rachel mostraba. Su experiencia con personas manipuladas por Hydra lo hacía más empático hacia su situación—. Su mirada no parece de alguien que quiere hacerlo por elección... Parece estar atrapada, como tú lo estuviste.
Natasha, apoyada en la pared con los brazos cruzados, asintió ligeramente.
—Tal vez Steve tenga razón —comentó Nat, en su tono sereno pero con la firmeza de alguien que había visto demasiadas tragedias—. Pelea bien, demasiado bien para ser una simple agente, pero había algo en sus ojos. No era solo odio... parecía miedo.
Bucky suspiró, apretando los puños. No era fácil admitirlo, pero Steve podía estar en lo correcto. Había visto ese mismo reflejo en su propia mirada cuando estaba bajo el control de Hydra.
—Sea como sea, no podemos subestimarla —dijo Tony—. Víctima o no, sigue siendo peligrosa. Y si está involucrada con el Teseracto, es posible que sea más letal de lo que pensamos.
Steve miró la pantalla, su mandíbula apretada.
—Tenemos que salvarla.
—¿Cómo planeas salvarla? —preguntó Natasha, cruzando los brazos mientras miraba a Steve con el ceño fruncido.
Steve mantuvo su mirada firme, su mente ya trazando un plan.
—Tenemos que hacer que ella venga a nosotros —respondió sin vacilar—. Usaremos el Teseracto como carnada.
Tony levantó una ceja y lo miró, claramente escéptico.
—¿Bromeas? —dijo con su tono sarcástico habitual—. ¿Qué pasa si tu ridículo plan no funciona y ella se lo lleva? No sabemos si la próxima vez vendrá sola o con ayuda.
Steve suspiró, sabiendo que Tony no se fiaba de su idea, pero también sabía que no tenían muchas opciones.
—No tenemos otra forma de llegar a ella —dijo Steve—. Si seguimos persiguiéndola, solo nos llevará a más peleas sin sentido. Pero si la hacemos creer que tiene una oportunidad real de conseguir el Teseracto, vendrá. Y cuando lo haga, estaremos listos para confrontarla y descubrir qué está realmente detrás de esto.
Natasha seguía con la mirada fija en Steve, sopesando sus palabras.
—¿Y si se da cuenta de la trampa? —preguntó, más preocupada por el resultado que por el método.
Steve miró al equipo, su rostro serio.
—Tendremos que correr ese riesgo. Si no lo hacemos, ella seguirá siendo un peligro y nunca sabremos quién está realmente controlándola.
—Bien... —suspiró Natasha, mirando a Steve con resignación—. Tendremos que lidiar con Hydra de nuevo, parece que nunca terminan.
Tony cruzó los brazos, su mirada fija en Steve, su tono más serio de lo habitual.
—Yo no estoy de acuerdo con tu plan, Steve —dijo, cortante—. No podemos subestimar a Hydra, y mucho menos a esta chica. No sabemos de qué es capaz ni cuántos más podrían estar involucrados. Usar el Teseracto como carnada es demasiado arriesgado.
Steve asintió, sabiendo que Tony tenía un punto. Él siempre pensaba en los riesgos a largo plazo, pero Steve sentía que no tenían muchas más opciones.
—Lo sé, Tony —respondió Steve—. Pero si no hacemos algo pronto, seguiremos atrapados en este juego. Ella ya ha demostrado que es peligrosa, y si Hydra la tiene bajo su control, no podemos permitir que sigan usándola.
Natasha intervino, intentando suavizar la tensión.
—Sabemos que Hydra siempre tiene planes de reserva. No será fácil, pero Steve tiene razón en algo... si no hacemos nada, seguirán moviendo las piezas desde las sombras. Y ellos siempre juegan a largo plazo.
Tony miró a ambos, su mandíbula apretada, antes de suspirar con frustración.
—Está bien, pero si esto sale mal, no quiero oír ningún "te lo dije". Y más vale que tengas un plan B cuando todo esto se vaya al infierno —dijo, encendiendo sus propulsores mientras se preparaba para irse.
Steve asintió, sabiendo que no sería fácil convencer a Tony, pero tenían que intentarlo.
—Tendremos cuidado —prometió Steve—. Solo necesitamos que ella aparezca... y cuando lo haga, tomaremos control de la situación.
Natasha lo miró, algo preocupada, pero también confiada en que si alguien podía encontrar una salida, sería Steve.
Bucky no dijo nada, observando en silencio mientras Steve y Tony discutían el plan. Cuando la reunión terminó y la misión quedó atrás, simplemente se despidió de Steve con un leve asentimiento y se dirigió de regreso al apartamento donde estaba quedándose.
El camino de vuelta fue tranquilo, pero su mente no lo estaba. Por alguna razón, la imagen de esa chica seguía apareciendo en su cabeza. Sus ojos, de un azul profundo, lo habían marcado de alguna manera que no lograba entender. Tal vez Steve tenía razón sobre ella, tal vez había algo más detrás de esa asesina controlada por Hydra, algo que no podían ignorar. Pero, a pesar de esa sensación, Bucky no podía permitirse bajar la guardia.
—No podemos fiarnos de ella —murmuró para sí mismo mientras caminaba—. Hydra siempre tiene trucos bajo la manga.
Él lo sabía mejor que nadie. Hydra lo había moldeado, lo había controlado durante años, convirtiéndolo en un arma imparable. Y ahora, viendo a esa chica, se preguntaba si ella estaba pasando por lo mismo. ¿Estaba siendo usada del mismo modo en que lo habían usado a él? ¿O era simplemente una asesina fría, siguiendo órdenes?
Aún así, esos ojos... algo en ellos lo inquietaba. Había visto odio, furia, pero también había algo más. Algo que lo hacía pensar que no todo estaba perdido para ella.
Bucky sacudió la cabeza, tratando de despejar sus pensamientos.
"Es solo una chica de Hydra. No es tu problema," se recordó, aunque esa sensación incómoda persistía.
Al llegar a su apartamento, dejó escapar un largo suspiro, sabiendo que tarde o temprano volverían a encontrarse. Y cuando lo hicieran, tendría que estar listo para cualquier cosa. Tenían que estar listos, y Tony tenía razón: necesitarían un plan B. La idea de usar el Teseracto como carnada para Rachel y atraerla a su lado era arriesgada, pero también podría ser su única oportunidad de obtener información sobre Hydra. Sin embargo, si el plan no funcionaba, tenían que estar preparados para cualquier eventualidad. Bucky entró en su departamento, que se sentía más oscuro y vacío que nunca. Encendió las luces, iluminando las paredes frías y los muebles desordenados, y se preguntó cómo una mujer había terminado en manos de Hydra. No podía sacarse de la cabeza esa imagen de ella, peleando con una destreza que no parecía propia de una simple asesina. Había algo más en ella, algo que lo intrigaba y al mismo tiempo lo desconcertaba. Se dejó caer en el sofá, su cuerpo adolorido protestando por el movimiento. La pelea con Rachel lo había dejado marcado, tanto física como emocionalmente. Se recostó, cerrando los ojos mientras sus pensamientos se enredaban en las memorias de la confrontación. Había sentido su determinación, su rabia, y aunque eran enemigos, había algo en ella que lo hacía preguntarse si alguna vez podría ser más que eso. El cansancio lo venció rápidamente, y antes de que pudiera pensar en más, se quedó dormido en el sofá. Su mente oscila entre el sueño y la vigilia, salpicada de recuerdos de su pasado y visiones de una vida que no había elegido. En sus sueños, veía a Rachel, sus ojos brillando con intensidad mientras se desvanecía, atrapada entre las sombras de Hydra y el deseo de liberarse. Bucky no sabía cuánto tiempo había pasado cuando fue despertado por un sonido proveniente de la ventana. Se incorporó de un salto, los músculos tensos, preparado para cualquier cosa. Pero no había nada, solo la brisa suave de la noche. Se pasó la mano por el rostro, intentando despejar la niebla del sueño, y se dio cuenta de que su mente seguía girando en torno a ella. Tenía que averiguar más. Necesitaba entender qué había detrás de esos ojos azules que lo habían atrapado, y cómo podía usar esa información para desmantelar a Hydra desde adentro. Había algo que le decía que su camino y el de Rachel volverían a cruzarse, y esta vez, estaba decidido a no dejarla escapar.

Entré el amor y el odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora