capitulo 19

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Tres años habían transcurrido desde que la vida de Rachel dio un giro radical. En ese tiempo, el equipo de los Vengadores se convirtió en su familia, un vínculo que nunca creyó posible. Tony Stark había asumido un rol paternal en su vida, ofreciéndole la orientación y el apoyo que siempre había anhelado. Su relación era especial, repleta de conversaciones profundas y momentos de diversión. Tony la trataba como a una hija, y eso la llenaba de gratitud.
Natasha Romanoff era como una hermana para ella; las dos compartían risas, secretos y confidencias en la tranquilidad de las noches. Rachel la adoraba y apreciaba su fuerza y sabiduría. Cada uno de los Vengadores había dejado una huella en su vida, y, aunque cada uno tenía su propia historia, se habían unido para formar un lazo indestructible.
Rachel también había descubierto el amor. Con Bucky Barnes, había una conexión que desbordaba en el aire, un sentimiento profundo que ambos reconocían, aunque a menudo les resultaba difícil entenderlo. La atracción entre ellos era palpable, un hilo invisible que los unía en los momentos más inesperados. Sin embargo, la confusión también acompañaba a ese amor. Ambos luchaban con sus propios miedos y pasados, y había momentos en los que la incertidumbre parecía una sombra que se cernía sobre ellos.
En medio de esta nueva vida, Rachel aún lidiaba con el desafío de sus poderes. Después de un incidente devastador en el que casi hiere a Nat debido a una pérdida de control, había decidido cerrar la puerta a su habilidad. La culpa la abrumaba y la empujó a encerrarse en sí misma, temiendo que su energía pudiera causar daño a quienes más amaba. Dejó de intentar controlar sus poderes, sintiendo que sería más seguro para todos mantenerlos a raya.
Sin embargo, había un fuego interno en ella, un deseo de comprender quién era realmente y de aceptar la parte de sí misma que había estado ocultando. A pesar de su decisión, los ecos de su potencial seguían resonando en su interior, como un murmullo que nunca se apagaba. Cada día se preguntaba si podría, algún día, reconciliarse con esa parte de ella, y si lo haría antes de que la vida le presentara nuevos desafíos.
Había días en que Rachel se sentía atrapada por una tormenta interna. Las emociones burbujeaban en su interior, deseando liberarse con fuerza. A veces, anhelaba huir, escapar lejos de todo, y dejar que esa energía reprimida estallara. Pero en la Torre, encontraba un refugio. Steve le había advertido que Hydra la estaba buscando, así que debía permanecer a salvo hasta que la situación se resolviera. La idea de que su pasado la perseguía la mantenía alerta, y se dio cuenta de que no podía permitirse un tropiezo.
Mientras tanto, había estado investigando su pasado, tratando de desenterrar la verdad sobre sus orígenes. Sin embargo, cada intento se sentía como un callejón sin salida, un esfuerzo en vano que solo le dejaba un profundo vacío. La búsqueda de su verdadera familia se convirtió en una fuente de frustración, alimentando más dudas que respuestas. Con cada pista que seguía, la confusión se apoderaba de ella, y eventualmente decidió rendirse. La incertidumbre pesaba sobre su mente, y a veces se preguntaba si realmente quería saber de dónde venía.
En medio de todo este caos, su mente se centraba en Bucky. Era irónico, pensó, cómo había llegado a querer la seriedad de su rostro, esa expresión que parecía grabada en su ser. La forma en que se preocupaba por los demás, su lealtad y su vulnerabilidad detrás de esa fachada dura la atraían. Nunca imaginó que terminaría sintiendo algo tan profundo por él, especialmente considerando lo enigmático que era.
Mientras lo observaba en los entrenamientos, su corazón se aceleraba. Su presencia era a la vez calmante y electrizante, y la idea de ser más que amigos parecía tan tentadora como aterradora. A menudo, se encontraba atrapada en sus pensamientos, deseando encontrar el momento perfecto para abrirse a él, pero el miedo la mantenía a la distancia. La conexión que sentía era real, pero también se sentía como un riesgo, una danza delicada entre lo que anhelaba y lo que temía.
Sin embargo, en esos momentos de incertidumbre, Rachel supo que había algo en su relación con Bucky que valía la pena explorar, incluso si la vida la mantenía atada en la Torre. Cada día era una nueva oportunidad para descubrir quién era y quién quería ser, y en el fondo, sabía que, eventualmente, tendría que enfrentar tanto su pasado como sus sentimientos.

Entré el amor y el odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora