capitulo 17

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Luego de lo ocurrido con Bucky, Tony se acercó a Rachel con una expresión seria pero comprensiva.
—Rachel, ¿estás lista para hablar con Wanda? —preguntó, su tono reflejando la importancia del momento.
Rachel tomó una profunda respiración, sintiendo la mezcla de nervios y anticipación burbujear en su interior. Había estado pensando en esto desde que Thor le mencionó la posibilidad de descubrir más sobre sus habilidades.
—Sí, creo que es el momento —respondió, intentando proyectar confianza.
Tony asintió, notando el destello de determinación en sus ojos. —No te preocupes. Wanda ha pasado por cosas similares. Ella entiende lo que sientes y te ayudará a encontrar respuestas.
Con un leve asentimiento, Rachel se sintió más segura al saber que no estaba sola en este camino. La idea de conocer a Wanda y aprender sobre sus propios poderes la emocionaba, pero también le generaba dudas.
—¿Y si no puedo controlarlo? —preguntó Rachel, su voz temblando ligeramente.
—Eso es lo que vamos a descubrir —dijo Tony con una sonrisa alentadora—. Todos hemos tenido que enfrentar nuestros miedos en algún momento. Lo importante es que estás dispuesta a intentarlo. Además, tienes a los Vengadores de tu lado.
Con esas palabras, Rachel sintió un poco de calma en medio de la incertidumbre. Se levantó, lista para dar el siguiente paso. —Gracias, Tony. Esto significa mucho para mí.
—Siempre —respondió él, guiándola hacia la sala donde Wanda estaba esperando. —Ahora, vamos a averiguar qué hay dentro de ti.
Tony condujo a Rachel por los pasillos de la torre, su presencia reconfortante mientras la incertidumbre giraba en la mente de Rachel. Cada paso la acercaba a la sala donde Wanda la esperaba, y su corazón latía con fuerza, entre la emoción y la ansiedad.
Al llegar, Tony abrió la puerta y la hizo pasar. Wanda estaba sentada en un cómodo sillón, rodeada de algunos objetos que parecían amuletos o recuerdos, todos cargados de significado. Al ver a Rachel, Wanda sonrió cálidamente, lo que ayudó a calmar un poco los nervios de Rachel.
—¡Hola, Rachel! —saludó Wanda, levantándose para acercarse. —He oído mucho sobre ti. Espero que estés lista para nuestra conversación.
Rachel sonrió tímidamente, asintiendo. —Hola, Wanda. Gracias por tomarte el tiempo para hablar conmigo.
—Por supuesto. Estoy aquí para ayudarte —dijo Wanda, con una mirada comprensiva. —Tony me habló de lo que sucedió en el laboratorio. Sé que debe ser abrumador, pero te prometo que todo esto tiene sentido.
Rachel se sentó en una silla cercana, sus manos entrelazadas en su regazo. —Sí, ha sido… confuso. Nunca pensé que podría tener habilidades especiales, y ahora… siento que todo se me escapa de las manos.
Wanda se inclinó hacia ella, mostrando empatía. —Es completamente normal sentirse así. Yo también pasé por un proceso similar. Lo primero que necesitamos hacer es entender lo que has sentido. ¿Puedes contarme más sobre esa atracción que experimentaste?
Con una respiración profunda, Rachel comenzó a relatar su experiencia. Habló de la energía que la envolvió en el laboratorio, cómo la había atraído de una manera irresistible y cómo, de repente, todo se volvió borroso. A medida que contaba su historia, Wanda la escuchaba atentamente, asintiendo en momentos clave.
—Lo que sentiste es parte de tu conexión con el Teseracto —explicó Wanda—. A veces, ese tipo de energía puede despertar habilidades latentes en las personas. Pero no te preocupes, no estamos aquí para presionarte. Vamos a explorarlo juntos.
Rachel sintió que la carga de su ansiedad comenzaba a aligerarse. —¿Y qué significa eso para mí? ¿Qué tipo de habilidades podría tener?
—No lo sabemos aún, pero estoy aquí para ayudarte a descubrirlo —respondió Wanda, con una sonrisa reconfortante. —Podemos empezar con ejercicios de meditación y conexión. Quiero que te sientas cómoda con lo que sientes dentro de ti.
Tony, que había estado observando en silencio, intervino. —Y si en algún momento te sientes incómoda, puedes detenerte. No hay prisa, Rachel.
—Gracias, ambos. —Rachel se sintió más tranquila al saber que tenía el apoyo de ambos. —Creo que estoy lista para intentarlo.
Wanda guió a Rachel a un espacio despejado en la sala, donde podían sentarse en el suelo. —Cierra los ojos y respira profundamente. Concéntrate en tu respiración, en cómo entra y sale el aire. Visualiza la energía que sentiste en el laboratorio.
Rachel hizo lo que le indicaron, cerrando los ojos y dejando que su mente se calmara. Intentó recordar la sensación de la energía que había recorrido su cuerpo, el poder casi palpable que la había rodeado.
—Ahora, imagina que esa energía está dentro de ti, fluyendo como un río —dijo Wanda suavemente. —No lo fuerces, simplemente permítete sentirlo.
Mientras se concentraba, una ligera brisa pareció rodearla, y Rachel sintió un cosquilleo en sus manos. Abrió los ojos de golpe, sorprendida.
—¿Lo sientes? —preguntó Wanda, con emoción en su voz.
—Creo que sí… es como si hubiera algo dentro de mí que quiere salir, algo que está esperando ser descubierto —respondió Rachel, sintiendo una mezcla de miedo y asombro.
—Eso es un buen comienzo —dijo Wanda, su mirada iluminándose. —Ahora, podemos trabajar en aprender a canalizar esa energía, a controlarla. No te preocupes, te guiaré en cada paso.

Entré el amor y el odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora