capitulo 10

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Capitulo 10: "Descubriendo un Hogar"

—Sabes —Rachel miró a Natasha, sintiéndose un poco más cómoda—. Me gustaría que me enseñaras el lugar, si no te molesta.
—Para nada, ven, vamos —respondió Natasha con una sonrisa, que hizo que Rachel se sintiera aún más en "casa".
—Pensé que dirías que no —dijo Rachel, sonriendo tímidamente.
—Pensaste mal —replicó Nat, guiándola hacia la entrada principal—. De hecho, me encantaría ayudarte a conocer el lugar. Después de todo, Steve nos pidió que te apoyáramos en todo lo que necesites.
Rachel asintió, sintiendo una chispa de gratitud. —¿El Capitán es así? ¿Siempre se preocupa por todos?
—Oh, aún te falta mucho por conocerlo —dijo Natasha, riendo suavemente—. Pero sí, Steve es un tipo que se preocupa profundamente por las personas. Siempre está dispuesto a ayudar, incluso cuando a veces no debería.
—Parece que sí… —respondió Rachel, mirando a su alrededor mientras caminaban por la amplia sala. El ambiente estaba lleno de una energía vibrante, algo que nunca había sentido en su vida.
Natasha continuó guiándola. —Este es el área común. Aquí es donde todos nos reunimos para descansar, charlar y, a veces, planear nuestras misiones. Te acostumbrarás a la dinámica del equipo. Es como una familia.
—Una familia —murmuró Rachel, sintiendo un nudo en la garganta. Había estado tan sola durante tanto tiempo.
Natasha se dio cuenta y cambió de tema rápidamente. —Y aquí tenemos el gimnasio. Puedes venir a entrenar cuando quieras. Todos nos mantenemos en forma para las misiones.
—¡Guau! Este lugar es enorme —dijo Rachel, impresionada por el equipo de entrenamiento de alta tecnología.
—Y eso no es nada —dijo Natasha, llevándola hacia otra área. —Aquí tenemos la sala de control, donde planeamos las operaciones y seguimos el progreso de todo. Y si miras por la ventana, puedes ver la vista increíble de la ciudad.
Rachel se acercó a la ventana, maravillándose con la vista. La ciudad brillaba con luz del sol, y por un momento, sintió que podría ser parte de algo más grande, algo bueno.
—Te sentirás como en casa aquí, lo prometo —dijo Natasha, acercándose a ella—. Solo recuerda que tienes a todos nosotros para ayudarte.
Rachel sonrió, sintiendo una mezcla de esperanza y determinación. —Gracias, Nat. Esto significa más de lo que puedes imaginar.
—No hay de qué —respondió Natasha, sonriendo de vuelta—. Ahora, ¿quieres que te muestre la cocina? Tony se enorgullece de tener la mejor comida.
—¿La cocina? ¡Claro! —respondió Rachel, emocionada por la idea de conocer otro rincón de la torre.
Natasha la guió a través de los pasillos, señalando fotos en las paredes de las misiones del equipo y momentos memorables. Cada imagen contaba una historia, y Rachel sentía que se adentraba más en la vida de estos héroes.
—Aquí estamos —dijo Natasha, abriendo la puerta a una amplia cocina moderna. Había un gran espacio de trabajo, estantes llenos de ingredientes y un área de descanso con una mesa grande.
—Es impresionante —dijo Rachel, admirando el diseño.
—Tony se asegura de que tengamos lo mejor de lo mejor. —Natasha sonrió, y luego se acercó a un armario—. Pero no siempre estamos cocinando. A veces pedimos comida.
—Me parece una buena idea —respondió Rachel, sintiéndose más relajada. Entonces notó una serie de recipientes en la encimera—. ¿Eso es lo que preparan normalmente?
—¡Exacto! —dijo Natasha—. Hoy estamos experimentando con un nuevo tipo de pasta. Tony dice que le encanta hacer comidas innovadoras, aunque a veces los resultados son… interesantes.
Rachel rió suavemente, sintiendo que empezaba a encajar en este nuevo entorno. —Nunca he sido muy buena cocinando.
—No te preocupes, yo tampoco al principio. Pero aquí todos nos ayudamos. Tal vez podrías unirte a mí la próxima vez que cocinemos. Podrías aprender algo.
—Me encantaría —respondió Rachel, sintiendo una chispa de entusiasmo. La idea de aprender algo nuevo en un ambiente tan acogedor la hacía sentir viva.
—Y si quieres, a veces hacemos noches de cocina en grupo. Todos traen sus platos favoritos. Es una buena manera de conocernos mejor —continuó Natasha.
Rachel asintió, sintiendo que, a pesar de su pasado, tal vez había un lugar para ella aquí. —¿Qué platos traen normalmente?
—Oh, hay de todo. Desde los famosos sándwiches de Clint hasta las especialidades de Thor, que son… bueno, peculiares, pero divertidas —Natasha bromeó.
—¡Eso suena genial! —dijo Rachel, riendo—. Estoy lista para probar.
Natasha sonrió, satisfecha de ver a Rachel comenzar a abrirse. —Entonces, ¿qué te parece si vamos a buscar a los demás? Tal vez ya estén en el salón o preparándose para la cena. Podría ser una buena oportunidad para que te conozcan.
—Me parece perfecto —respondió Rachel, sintiendo una mezcla de nervios y emoción ante la idea de reunirse con el equipo.
Mientras caminaban de regreso, Natasha le explicó más sobre cada uno de los Vengadores, dándole una idea de sus personalidades y habilidades. Rachel escuchaba atentamente, absorbiendo toda la información. A pesar de los temores que había tenido, la sensación de pertenencia comenzaba a crecer en su interior.
Cuando llegaron al área común, encontraron a varios de los Vengadores reunidos, hablando animadamente. Tony estaba frente a una pantalla, haciendo una presentación sobre su última invención.
—¡Chicos, miren quién acaba de unirse a nosotros! —anunció Natasha, señalando a Rachel.
Todos se volvieron hacia ella, y aunque Rachel sintió un ligero nerviosismo, se obligó a sonreír.
—¡Hola, Rachel! —dijo Tony, acercándose—. Bienvenida a la torre. Espero que estés lista para un poco de locura.
—Definitivamente —respondió Rachel, sintiéndose más cómoda al ver las sonrisas amables en sus rostros.
Steve se acercó y le dio una cálida sonrisa. —Estamos contentos de tenerte aquí. Si necesitas algo, no dudes en decírmelo.
—Gracias, lo haré —dijo Rachel, sintiendo una mezcla de gratitud y alivio.
La conversación fluyó, y Rachel empezó a integrarse en el grupo, sintiendo que, tal vez, este era el comienzo de un nuevo capítulo en su vida. Con cada risa y cada mirada amistosa, las sombras de su pasado parecían desvanecerse un poco más, dejándole espacio para la esperanza y la posibilidad de un futuro diferente.

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