—Ahora —dijo Wanda, su voz suave pero decidida—, dame tus manos. Quiero ver algo.
Rachel, sintiendo una mezcla de curiosidad y nerviosismo, extendió las manos hacia Wanda. La superheroína cerró los ojos y se concentró, sintiendo la energía que emanaba de Rachel. Rachel, a su vez, la miró y cerró los ojos, tratando de sintonizarse con la conexión que estaban creando.
—¿Qué ves o qué sientes? —preguntó Rachel, la tensión y la emoción llenando la habitación.
Wanda se concentró profundamente, buscando esa chispa de energía que había percibido en Rachel. Pero a medida que exploraba, algo comenzó a inquietarla. La energía de Rachel era intensa, más de lo que había anticipado. De repente, Wanda sintió un dolor punzante en su mente, como si esa energía estuviera tratando de traspasar su propia barrera.
—Rachel… —dijo Wanda con esfuerzo, su voz apenas un susurro.
Pero Rachel estaba absorta en su propia experiencia, aferrándose a las manos de Wanda con más fuerza, como si temiera perder el contacto. La conexión se volvía cada vez más inestable, y la presión en la mente de Wanda crecía.
—¡Suelta! —exclamó Wanda, esforzándose por mantener la calma a pesar del dolor que sentía. La energía que fluía de Rachel estaba comenzando a afectar su propia fuerza, casi robando su vitalidad.
Tony, que había estado observando la escena, notó la tensión en el aire y se acercó rápidamente. —¿Qué pasa? —preguntó, con una mezcla de preocupación y urgencia en su voz.
Wanda quería soltar las manos de Rachel, pero la fuerza de la energía estaba haciendo que se aferrara a ella con más determinación. Tony, viendo que la situación se estaba volviendo peligrosa, tomó la decisión de intervenir.
Sin pensarlo dos veces, separó a ambas, rompiendo la conexión que había comenzado a formarse. Rachel abrió los ojos de golpe, confundida y alarmada. La mirada de Tony era seria, y su tono reflejaba la urgencia de la situación.
—¿Estás bien? —preguntó Tony, mirando a Wanda, que se sostenía la cabeza con una mano, tratando de calmar el dolor que aún persistía.
Rachel, sintiéndose culpable por lo ocurrido, se volvió hacia Wanda, su voz llena de preocupación. —Lo siento, Wanda. No quería hacerte daño. No sé qué pasó…
Wanda respiró hondo, intentando recuperar la compostura. —Está bien, Rachel. No lo hiciste intencionadamente. Pero tu energía… es más fuerte de lo que pensé. Necesitamos tener cuidado.
Tony, ahora más sereno, se agachó frente a Rachel. —Lo que sentimos no siempre es fácil de manejar. Debemos aprender a controlar esa energía, no dejar que nos controle a nosotros.
—Lo sé… es solo que nunca había experimentado algo así antes. Me sentí… conectada, como si pudiera tocar algo dentro de mí —dijo Rachel, su voz temblando ligeramente.
Wanda se levantó, su mirada serena a pesar del reciente episodio. —Esa conexión es poderosa, pero necesitamos que la entiendas. La energía que sientes es parte de ti, pero no debe convertirse en una carga para ti ni para los demás. Debes aprender a canalizarla de manera segura.
Tony asintió, mirando a ambas con determinación. —Vamos a trabajar en esto. Desde hoy, estableceremos sesiones regulares para que puedas entender mejor lo que está sucediendo en ti. Así podremos garantizar que tanto tú como todos a tu alrededor estén a salvo.
Rachel sintió una mezcla de alivio y gratitud. —Gracias, de verdad. No quiero poner en riesgo a nadie.
—No estás sola en esto —dijo Wanda, sonriendo de manera reconfortante—. Con el tiempo, aprenderás a dominar tus habilidades. Tienes un gran potencial, Rachel. Confía en el proceso.
A medida que las palabras de Wanda resonaban en su mente, Rachel sintió un destello de esperanza. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero ahora tenía un equipo dispuesto a apoyarla. Con el apoyo de Wanda y Tony, sentía que podría enfrentarse a lo desconocido y descubrir quién era realmente.
—Comencemos entonces —dijo Rachel con una renovada determinación—. Estoy lista para aprender.
—Quizás podríamos empezar haciéndome algunos estudios —sugirió Rachel, con un tono de nerviosismo en su voz.
—Vamos al laboratorio —respondió Tony, su expresión seria y enfocada.
El trío se dirigió al laboratorio, un lugar repleto de tecnología avanzada y pantallas que parpadeaban con información constante. Jarvis, el sistema de inteligencia artificial, saludó a Tony y comenzó a preparar los análisis para Rachel.
Mientras Rachel se acomodaba, observó cómo Tony revisaba los datos que Jarvis recopilaba. A medida que las lecturas se mostraban en la pantalla, la expresión de Tony se tornó más grave. Rachel podía sentir el ambiente pesado; algo no estaba bien.
—Las lecturas son inusuales —dijo Tony, entrecerrando los ojos al mirar los datos—. Jarvis, ¿puedes mostrar los resultados más relevantes?
Las pantallas se ajustaron, destacando una serie de gráficos y cifras. Wanda observaba con atención, sintiendo la tensión en el aire.
—Rachel, parece que hay niveles de energía en ti que son… preocupantes. Y no solo eso, pero hay indicios de que tu conexión con el Teseracto es más fuerte de lo que pensábamos —explicó Tony, su voz grave.
Rachel sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que había algo especial en su conexión con el artefacto, pero nunca imaginó que podría ser tan peligroso. Su mente empezó a divagar sobre lo que Hydra podría hacer si se enteraran de esto.
Tony se pasó una mano por el cabello, su preocupación palpable. —Rachel, hay que tener cuidado. Si lo que hay dentro de ti es lo que sospecho, podrías ser un objetivo importante. Hydra querría aprovecharse de tus habilidades.
Mientras Tony hablaba, Rachel sintió una atracción casi irresistible hacia el Teseracto, que estaba guardado en una vitrina de cristal en la esquina del laboratorio. Era un llamado que no podía ignorar, y la idea de que pudiera ser utilizada como una herramienta por Hydra la llenaba de terror.
—Suficiente por hoy —dijo Rachel, interrumpiendo sus pensamientos. —Me cansé de esto.
Tony asintió, entendiendo su agotamiento. —Está bien. Es mejor que tomes un descanso. Pero necesitamos que estés consciente de lo que esto significa. No es solo sobre ti; es sobre todos nosotros.
Wanda se acercó a Rachel y le puso una mano en el hombro, ofreciendo apoyo. —Lo que estás sintiendo es normal, pero no tienes que enfrentarlo sola. Estamos aquí para ayudarte a entenderlo.
Rachel respiró hondo, sintiendo que la presión comenzaba a aflojarse, aunque las preocupaciones seguían latentes en su mente. —Gracias, de verdad. No sabía que esto iba a ser tan complicado.
—Nada de esto es sencillo —dijo Tony, su tono suavizándose un poco—. Pero tienes un equipo a tu lado. Vamos a asegurarnos de que estés a salvo.
Mientras salían del laboratorio, Rachel no pudo evitar mirar de reojo el Teseracto. La conexión que sentía la intrigaba y aterrorizaba a partes iguales. "¿Qué significaba realmente esto para mí?" se preguntó. Con cada paso, una mezcla de miedo y determinación llenaba su corazón.
—Vamos a buscar respuestas, Rachel —dijo Wanda, como si pudiera leer sus pensamientos—. Esta es solo la primera etapa de tu viaje.
Rachel asintió, sintiendo un destello de esperanza en medio de la incertidumbre. Podía enfrentar lo que viniera, siempre que tuviera a sus amigos a su lado.
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Entré el amor y el odio
De TodoEn un mundo de sombras y secretos, Rachel, una joven agente de Hydra, se encuentra con Bucky Barnes, el Soldado del Invierno. Criada para ser una arma letal, Rachel busca escapar de su pasado y encontrar la verdad sobre sí misma. A medida que se enf...