capitulo 22

17 6 0
                                    

Esa noche, Rachel volvió a la Torre de los Vengadores con el corazón dividido y la mente nublada. Las luces estaban bajas y el edificio estaba silencioso, pero a ella le parecía que todos sus movimientos resonaban. Se dirigió directamente a su habitación, evitando a cualquiera que pudiera encontrarse en el camino. Cerró la puerta y se recargó contra ella, mirando el techo y tratando de controlar sus pensamientos.
Tomó su teléfono y revisó los mensajes, viendo que Bucky le había escrito. “¿Estás bien? No te vi en toda la noche. Avísame si necesitas algo”. Un nudo se formó en su garganta; él no sabía nada de lo que había hecho, de la decisión que había tomado. Sin embargo, sus palabras le brindaban un poco de calma en medio de la tormenta.
Esa madrugada, Rachel comenzó a buscar el “Proyecto Centinela” en los sistemas de Tony. Se sentía traidora, cada clic en la base de datos parecía un paso más en contra de las personas que le habían dado una familia. Pero su "padre" había plantado las dudas tan profundamente que necesitaba respuestas, incluso si le costaban la confianza de quienes la rodeaban.
A medida que navegaba en los archivos, encontró secciones bloqueadas, pero eso no la detenía. Jarvis, la inteligencia artificial de Tony, la alertó: “Se requiere autorización de nivel máximo para acceder a esta información. Intento no autorizado será reportado”.
Rachel respiró hondo. Sabía que al mínimo intento de acceder sin autorización, Tony podría recibir una alerta y todo se descubriría. Pero tenía que arriesgarse.
Al día siguiente, Bucky la interceptó en uno de los pasillos. —Rachel, no te he visto desde anoche. ¿Dónde has estado?
—Solo… necesitaba aire —respondió ella, evitando su mirada.
Bucky le sostuvo el brazo suavemente, obligándola a mirarlo a los ojos. —¿Estás segura de que estás bien? Te veo distante.
Rachel quiso decirle la verdad, confesarle que se sentía atrapada entre dos mundos, pero sabía que no podía. En lugar de eso, solo asintió. —Estoy bien. Solo… tratando de entender cosas.
Bucky la miró con escepticismo, pero al final la soltó y la dejó ir. —Si necesitas hablar, sabes dónde encontrarme.
Esa noche, cuando todos en la Torre parecían haberse retirado, Rachel decidió dar el paso final. Con nerviosismo, ingresó nuevamente en los archivos, hackeando cada barrera que podía, saltándose los protocolos de seguridad uno a uno. Finalmente, accedió al “Proyecto Centinela”. Mientras leía la información confidencial, sintió que el piso bajo sus pies desaparecía. No solo contenía experimentos de Hydra, sino también datos sobre ella, sobre sus habilidades… y sobre su familia perdida.
En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Tony estaba parado ahí, su rostro mezcla de decepción y preocupación.
—¿Qué crees que estás haciendo, Rachel?
—Nada, Tony. Solo estaba practicando los protocolos que me enseñaste, y parece que… lo hice bien —Rachel forzó una sonrisa, esperando que él no notara la tensión en su voz.
Tony la miró con una mezcla de escepticismo y preocupación. Sabía que Rachel no estaba siendo completamente honesta, pero decidió no presionar… aún.
—Bien… pero asegúrate de no hacer esto sin supervisión. Sabes que algunos de estos sistemas son delicados —respondió él, con el tono de advertencia apenas disfrazado.
—Claro, tienes razón. Bueno, creo que me iré a dormir ya —dijo, tratando de sonar casual mientras cerraba la sesión y recogía rápidamente un dispositivo portátil con la información.
Sin darle tiempo a más preguntas, Rachel salió de la habitación y caminó hacia el pasillo con calma aparente. Pero ella no se dirigió a su cuarto. Apenas llegó a un corredor oscuro, cambió de dirección hacia la salida trasera de la Torre.
El plan estaba en marcha. Con la información del “Proyecto Centinela” ahora en su poder, iba camino a Hydra. Sabía que cada paso que daba la acercaba más a un territorio donde no había garantías de regresar, pero también que su "padre" no le diría nada sin esa información.
En la oscuridad de la noche, Rachel subió a un coche que había preparado de antemano, su corazón palpitando con una mezcla de miedo y determinación. La imagen de Bucky y la sensación de la familia que había construido con los Vengadores parpadeaban en su mente, pero sacudió esos pensamientos. Para saber la verdad, estaba dispuesta a cruzar cualquier línea.
La carretera la llevaba hacia el borde de la ciudad, donde le esperaban respuestas... y tal vez, nuevas traiciones.
Mientras tanto, en la Torre de los Vengadores, la tranquilidad que había reinado unos momentos antes se vio interrumpida por un sonido ensordecedor: la alarma de seguridad que Tony había instalado para detectar accesos no autorizados a los archivos confidenciales. Tony se dio cuenta de inmediato, su corazón se aceleró mientras su mente procesaba lo que eso significaba.
—¡Ella se fue! —gritó Tony, su tono cargado de preocupación y urgencia.
—Seguro que Hydra tiene algo que ver con esto —dijo Steve, su expresión seria y decidida.
—¿Por qué no la buscamos? —intervino Bucky, mirándolo fijamente.
—Lo haré —respondió Tony mientras se dirigía a su terminal, pulsando teclas con rapidez para activar los protocolos de seguridad. Sin embargo, al revisar los rastreadores, se dio cuenta de que el dispositivo que había colocado en Rachel ya no estaba.
—Intenta con la información, Tony. Fury siempre le coloca un rastreador a sus documentos confidenciales para asegurarse de que no caigan en manos equivocadas —sugirió Natasha, manteniendo su mirada fija en la pantalla.
Tony asintió, sus ojos reflejaban la determinación. Rápidamente, le dio instrucciones a Jarvis, quien, después de un breve momento de análisis, confirmó que la señal provenía de un lugar en desuso que había sido una antigua base de Hydra.
—Tendremos que ir ahí —declaró Tony, mirando a Steve y Bucky.
—Será mejor que vayamos solo nosotros dos, Tony —sugirió Steve, consciente de lo arriesgado que podía ser un encuentro con Hydra.
—Yo iré también —se ofreció Bucky, su tono grave y decidido.
Steve lo miró, asintiendo con la cabeza. —Está bien, vamos lo más rápido que podamos.
Mientras tanto, Natasha y los demás se quedarían atrás, preparándose para cualquier eventualidad, asegurándose de que si Rachel regresaba por algo más, tuvieran un plan para interceptarla.

Entré el amor y el odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora