La oscuridad de la noche envolvía la casa Cullen, pero dentro de Lyra, la oscuridad era aún más profunda. El distanciamiento de Carlisle había sido el último hilo que la mantenía unida a este mundo, y ahora se encontraba al borde del abismo, sintiéndose más sola que nunca.
Habían pasado varios días desde que Lyra dejó de intentar interactuar con sus compañeros. No había razón para hacerlo. Ni Edward, ni Emmett, ni Jasper se daban cuenta de su ausencia emocional, y Carlisle, aunque aún mantenía pequeños gestos de amabilidad, parecía demasiado atrapado en sus responsabilidades para verla realmente. Cada conversación entre ellos era breve, cada toque, distante.
En su habitación, Lyra se sentía como una prisionera de sus propios pensamientos. Había pasado horas mirando al techo, preguntándose si el dolor desaparecería alguna vez. ¿Qué sentido tenía seguir viviendo en una casa llena de personas que no notaban su sufrimiento? Se preguntaba si las cosas habrían sido diferentes si hubiera elegido otro camino, si hubiera sido más fuerte o exigente. Pero ahora, todo lo que sentía era vacío.
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𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏
VampireLos Cullen tenían a su preciada Alma gemela, la amaban como ella a ellos, pero un gran cambio se avecina. Traiciones, corazones rotos y sucesos inesperados Cómo la típica frase cliché dice: No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y tarde o temp...