Después de una agradable, cena y unos cuantos tragos, ambos se encontraban camino a new york, donde pasarían una luna de miel. El tema del trabajo de él no se había tocado por el resto del viaje, pues él le había prometido que al llegar al hotel hablarían de ello.
Después de un vuelo bastante largo llegaron, era de noche y la ciudad estaba en todo su apogeo, pero ellos claramente no. Ellos ahora estaban en otra cosa. El cerro la puerta detrás de él y camino hacia ella, la tomo de las caderas.
— Ahora... creo que viene el premio mayor—ronroneo el al oído de ella
— Mmm... ¿cómo lo quieres?—cuestión ella con una sonrisa malévola
— De todas las formas—rio él y le dio un beso exigente.
Metió las manos por la pequeña blusa que ella traía, para luego desabrochar el sostén. Se separaron un poco para recobrar el aliento. Ella poco a poco desabrocho la camisa que el traía y metió sus manos por su tibio y peludo pecho, le gustaba la sensación de tocar y sentir el calor que emanaba de él.
La camisa se deslizo hasta tocar el piso. Ella alzo su vista y se encontró con esos ojos azules dominantes que iluminaban todo. El se dieron un beso caliente mientras que sus lenguas se buscaban una con la otra. Caminaron entre besos hasta llegar a la cama donde se tumbaron. El se recostó sobre ella, dejo de besar su boca para pasar a su cuello, donde bajo hasta el pecho, con apresuro le quito la pequeña blusa y luego el sostén.
Siguió dando besos hasta llegar a la parte de abajo, donde desabrocho el jean y lo deslizo por sus piernas, lo hizo a un lado y recorrió todas las piernas de ellas hasta llegar a su feminidad, metió las manos por debajo de la braga y la arrastro hasta quitarla. Metió un dedo y lentamente fue aumentado su ritmo, un ritmo veloz que ella hacía que gimiera. Mientras la masturbaba se las arreglo para quitarse el jean y su bóxer. Ahora tenía un deseo y era penetrarla hasta ya no poder más. Se detuvo y ella lo miro confundía.
— Hoy estoy a merced tuya—ronroneo el
— Pues entonces que así sea—respondió
Ella se levanto de la cama, gateo hasta el, enredo sus piernas en las caderas de él, bajo su mano hasta el miembro de él y lo acomodo en la entrada. Empezó a dar pequeños salto, mientras que el la ayudaba, uno tras otro, los gemidos se hacían presentes mientras que ambos se devoraban entre besos.
El miembro de él se sintió más apretado, mientras que ella gemía descontroladamente su nombre. Eso hacía que él se motivara más, una sensación tras otras, ella empezó a saltar un poco más hasta que de un momento a otro su orgasmo estallo, y a los segundos estallo él.
Quedaron recostados en la cama, mientras que ella descansaba sobre el pecho de él. Ambos tenían la respiración agitada y sudaban.
— Responderé todo lo que quieras ahora—murmuro el
— Me cambiaste sexo por preguntas— trato de hacerse la indignada pero la risa le gano
— No, solo que ahora me siento más relajado
— ¿ conclusión?—pregunto y luego empezó a hacer caricias en el pecho de él con su mano izquierda
— Es un poco difícil... pero hare una excepción
— No te quiero presionar, creo que me lo has confirmado. Además me dices que es difícil para ti
— Pero alguien me aconsejo que debo compartir
— Adelante— bostezo ella. Y tallo sus ojos
— ¿ estás cansada?—cuestiono
— Un poco—parpadeo un par de veces y se acomodo aun más en el pecho de él. Después de unos minutos de silencio su respiración se hizo pesada.