— Deja de llorar—pidió aquel hombre rubio
— ¿Cómo quieres que deje de llorar? Tengo miedo, nunca había sentido tanto miedo en mi vida—respondió la chica
— Estas conmigo—gruño el
— Ese es el problema, que por cuidar de mi te puedes alejar y quedaremos solas—refuto ella
— Odio que seas tan negativa
— ¿Cómo no serlo? No puedo salir ni a la esquina, estas entre los criminales más buscados, temo por ti, y tus ni siquiera ves eso ¿Qué haría si te llego a perder?
— Eso no pasara
— Tengo tanto miedo—sollozo ella
— Se lo que hago...
Niall salió de la habitación dejándola a ella, se amaban, un día antes habían estado juntos, pero después de disfrutar tanto, fueron atacados por un grupo enemigo. Los jefes de Niall habían desaparecido poco a poco, mientras que solo quedaba lo más bajo, traficar en camiones y exponerse a todos los peligros.
La puerta de la habitación se abrió y entro aquella chica de baja estatura, ella también estaba agobiada por lo que estaba pasando, la situación no era la mejor.
— Estaba... pensando no se... regresar un tiempo a Colombia, lo estuve consultando con Louis—dice
— Le dije a Niall, pero según él puede ser peligroso
— Todo esto es peligroso... a veces pienso... si
— A veces pienso que todo esto es mi culpa, si tan solo no hubiéramos ido a esa fiesta
— ¿te arrepientes de conocer a Niall?
— no, aun lo amo, pero... temo por todo, por el, por Louis, por nosotras dos... yo no se
— también me encuentro así, te comprendo ¿ya firmaste los papeles?
— Si... todos ¿y tú?
— También... ¿Cómo sabremos cuando todo se acabe?
— Cuando vengan por nuestras declaraciones –contesta
Ambas salen del cuarto, temerosas por lo que pueda pasar, pues desde hace un mes, Louis y Niall están traficando en camiones, tienen dinero, pero ya no tiene el poder de antes. Caminan hacia el patio de la casa, donde están ellos dos, listos para marcharse hacia México.
— No quiero ser parte de esto—susurro Camille un poco desmotivada
— Ya lo somos—contesto Daniela
— ¿ se quedaran ahí simplemente?—pregunto Louis
— ¿Qué otra cosa podemos hacer?—pregunto Camille
Niall miro fijamente a Daniela, esa mirada, así como hace casi tres años se conocieron en la fiesta, cuando intercambiaron miradas, nunca pensaron que tendrían una vida en común y mucho menos una hija. La chica dio media vuelta y entro a casa, regreso hasta el cuarto y tomo a su pequeña hija. Salió nuevamente, Camille y Louis estaban en una escena romántica, mientras que Niall seguía recostado al auto.
— Yo... solo quería decirte que... lo siento... si me comporte mal, si hice un berrinche, pero es que tenía miedo—se disculpa la chica
— Hey... ya paso, mejor discúlpame tu a mí, por ser un tonto y por darte preocupaciones
— De verdad, no sabes cuánto te amo... y no sé que llegaría a ser de nosotras, si algo te pasara
— Eres fuerte, por eso me enamore de ti, porque supiste querer todos los riesgos que conllevaba estar conmigo... porque no fue por el dinero
— El dinero es lo de menos
El se acerco un poco más a ella, la rodeo con sus brazos y le dio un cálido beso, la presión del beso se sintió como nunca antes, era un beso descomunal, tanto así que sus piernas empezaron a flaquear. Se separaron y ella hundió su rostro en el pecho de él.
— Tu y Doutzen son todo para mi, estaría dispuesto a llegar a las últimas consecuencias solo por protegerlas, ahora debo irme, ya sabes que hacer en caso de emergencia
— Está bien, te amo—ella alza su mirada y le da de nuevo un beso cálido
— Yo te amo mas, te llamare en cuanto llegue, ya sabes que tienes todo, y si algo llega a pasar, simplemente di... que no sabias nada
— Pero...
— Solo eso, te amo
Louis miraba a Camille fijamente, para él era la chica más hermosa que había conocido a lo largo de sus treinta y tres años, con ella tenía un pequeño hijo que simbolizaba su amor. Le dolía dejarla, porque sabía que en cualquier momento el no regresaría.
— Quiero que sepas, que conocerte en esa fiesta fue lo mejor que me paso en la vida—el sonríe dejando ver sus blancos dientes
— También a mi Louis, tu cambiaste mi vida
— Creo que todo el dinero del mundo, nunca alcanzara para demostrarte cuanto te amo, nada de este miserable mundo
— Eso no importa, después de té que te tenga a ti y a Eliot, nada de eso importa
— Es hora... no quisiera irme
— Y yo no quiero que te vayas
Él le dio el último beso, así expresando todo lo que sentía por ella. Le susurro: Te amo, y ella le volvió a besar, para luego que se separan lentamente.
Ambos hombres subieron al auto, y emprendieron el peligroso viaje, el ambiente estaba tenso, y el día se había empezado a nublar. Las carreteras estaban solas, mientras que ellos mataban el tiempo hablando y contando viejas historias, de todas las cosas que había vivido. El viaje seria largo, pero llevaban poco equipaje, nunca se sabía que podía pasar.
— Si sabes que esta es la mierda más arriesgada, que hemos hecho—dice Louis con su voz entrecortada, para luego soltar la calada de humo
— La vida es mejor, cuando se deciden tomar riesgos. Por algo escogí este camino
— Así se habla, es la hora y no me arrepiento de nada—ríe Louis
— Aunque todo al final se pague
— Qué más da, después de que la noche sea larga y se disfrute bien, es ahí cuando uno se dará cuenta que la vida vale la pena
La noche llego y con ella un are de misterio y suspenso. Carros y mas carros pasaban, he incluso pasaron varias patrullas.
— ¿ no te has dado cuenta que aquí hay algo raro?—pregunto Louis
— No digas ni una sola palabra... estamos rodeados –contesto el rubio consciente de que ya no había escapatoria.