Un intento tras otro, la puerta no abría, la única opción sería rebajarse y pedirle ayuda a Jackson. Empezando a tocar la puerta desesperadamente después de unos segundos esta se abrió.
— ¿ qué quieres?—grito el
— Mira estúpido de mierda, llévame ahora mismo a una clínica—contesto ella de mala gana
— ¿ para qué o qué?—cuestiono el
— Mi... bebe va a nacer—se quejo esta
— Nacerá aquí en casa—contesto el
— ¡no!—grito ella con desespero
— Eres demasiado astuta
— Por favor... te lo pido... hare todo lo que tú me pidas, dejare a Niall solo ayúdame—gimoteo ella
— ¿si te llevo a la clínica te quedarías conmigo?
— Lo que quieras, absolutamente todo—suspiro ella
— Está bien vamos... cariño
A paso lento camino ella apoyada en el, una que otra lagrima corría por su rostro, mientras trataba de reprimir los sollozos. No tenía manera de huir, y si empezaba a gritar podría colmar la paciencia de este hombre.
Salieron de la casa, y subieron al mismo auto en que habían llegado, el arranco a toda velocidad, mientras que ella se controlaba. Después de unos minutos por las solitarias carreteras de Miami llegaron a un hospital, ella lo reconocía perfectamente, era el hospital donde había atendido a Niall la vez que se fracturo el pie.
Bajaron del auto y caminaron hasta la entrada donde, una enfermera la atendió y le dio una silla de ruedas. La llevaron hasta observación, donde le pidió a la enfermera que no dejara entrar a Jackson.
— Ok... señorita de león usted está en labor de parto, pero el bebe demorara en nacer—informo la enfermera
— Comprendo perfectamente, soy médico—contesto esta
— Si, pero los médicos son malos pacientes—rio la chica
— Tienes toda la razón, ahora necesito un favor personal
— Dígame
— ¿ me permite una llamada desde su celular?—pregunto esta
— Claro—la enfermera metió su mano en el bolsillo de la blusa y saco el teléfono, para luego pasárselo a Daniela
— Gracias, y por favor, por nada del mundo deje que ese hombre entre aquí
— Ay problemas entre esposos
— Si hay un problema, pero es que ese hombre que esta ahí no es mi esposo
El rostro de la enfermera palideció un poco y luego se mezclo con confusión.
Daniela marco el número de Niall, un timbre tras otro este no contestaba. Despues de unos cinco minutos marcando este no contesto. Une vibración se hizo presente en sus caderas, toco en el lugar preciso y era su teléfono, lo tomo entre sus manos y detallo, tenia varias llamadas perdidas de niall que ahora estaba entrando debido a la recepcion.
Espero unos segundos hasta que nuevamente el celular volvió a sonar y contesto:
— ¿Por qué no me contestas?—se escucho aquella voz enojada
— Cállate, ahora no es para que reclames
— ¿Qué pasa?—cuestiono el