6 AARÓN

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Parece que todos se pusieron de acuerdo para arruinar mis malditos planes.

Estaba listo para dejarle claro a mi padre que podía olvidarse de mí, que estaba fuera del negocio y que si quería conocer a sus nietos más le valía tener un plan de respaldo porque yo ya no encajaba ahí.

Todo se fue al carajo desde ahí.

Los mensajes con mi ángel fueron de otro mundo, nunca había sentido lo que siento con ella. Ella me hace ir mucho más allá y se volvió adictivo. Se convirtió en una necesidad.

Estaba desesperado por hacer algo con ella, pero mi agenda me lo hizo imposible. Después pasó lo del padre de Arya y maldita sea, casi jodo todo con Luca.

Entre demostrarle a Luca que estoy de su lado y las constantes llamadas de mi papá... sí. Mis intenciones con Susan pasaron a un segundo plano.

Maldita sea por primera vez quería hacer algo para mí. Quería ser egoísta y tomar lo que quiero. Y lo que quiero es a ella. A mi ángel de melena rubia. De labios rosados que están hechos para besar. Y ese culo que...

Pero la jodí a la grande. Debí saber que haber nacido en el infierno me pasaría factura. Debí saber que nacer en este lado del mundo me arrancaría la posibilidad de una vida con mi bello ángel.

Aun así, no había día que no pensara en ella o que la buscara desesperadamente en mis sueños.
Pero ¿qué puedo hacer cuando mi propia vida empieza a correr peligro?

De la noche a la mañana pase de creer tener una posibilidad de una vida normal a que se me impusiera de cliente al mayor criminal del que se conoció algún día.

Y a la mierda si dejaba que Susan, mi bello ángel, fuera relacionada conmigo
Durante el proceso de hacer pasar por inocente a ese maldito hombre.

Nunca le tuve miedo a la muerte, creo que eso vino con el nacimiento, al menos para mí. Pero nunca me había sentido con tanto miedo de perder a alguien.

Así que me alejé.

Fueron meses de no buscarla, de no escuchar su voz. De no de leer sus reacciones a mis mensajes coquetos. De encontrarla por casualidad en casa de Luca y tener que fingir que no estoy perdidamente enamorada de ella.

Me maldije cada noche. Era muy consiente de que estaba arruinando mi única oportunidad con ella. Después de esto no querría volver a verme o dirigirme la palabra. Estaba seguro. Me dije que encontraría la manera una vez que saliera de este lío. No había otra opción para mí. Solo era mi ángel. Y se lo haría saber de la única manera que sé.

Pero el destino tenía otros planes para nosotros y eso sí que no lo vi venir.

—no voy a decir que me sorprende tu visita Samuel, pero desde que me llamaste la otra noche la curiosidad se ha apoderado de mí. ¿Vas a decirme por qué estás aquí? ¿Debería advertir a mi padre? —le pregunto a mi viejo amigo, el que visité hace unos cuantos meses en Chicago. Hoy fue su turno de venir a Los Ángeles y si soy sincero no podría impórtame menos. Tengo las manos ocupadas con el maldito caso que me hizo alejarme de Susan y si tengo que darle una advertencia a mi padre será todo lo que haga por él.

No se elige esa vida sin estar consiente de todo lo que implica.

"Al parecer tú tampoco sabías lo que vendría de ser un abogado que intenta tener una vida normal."

Resoplo.

La palma de Samuel golpea mi espalda, atrayendo mi atención a él cuando ya estaba yéndome por el agujero negro por el que siempre me voy cuando recuerdo a mi ángel.

Dulce NO tan Dulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora