Rey de las bromas

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Félix y Adrien caminaban por los pasillos vacíos de la escuela hacia sus respectivas habitaciones, sintiendo la frescura de la noche. Adrien, aún con una mezcla de adrenalina y nerviosismo, rompió el silencio.

Adrien: -¿Crees que fuimos demasiado lejos? Chloe realmente parecía alterada-

Félix, siempre despreocupado, le lanzó una mirada relajada a su primo.

Félix: -Tal vez, pero es Chloé. Siempre se recupera. Además, la intención no era mala, solo una pequeña lección para hacerle ver que no siempre puede controlar todo-

Adrien suspiró, sabiendo que Félix tenía razón en parte, pero también consciente de que las líneas que su primo cruzaba a veces eran un poco borrosas. No obstante, a pesar de todo, había disfrutado de la emoción del momento. La broma, aunque arriesgada, había sido una de esas aventuras que quedaría grabada en su memoria.

Adrien: -Supongo que siempre me dejas enredado en tus planes. Pero bueno, fue... interesante, digamos-

Félix sonrió con satisfacción, su mirada brillando con picardía.

Félix: -¿Interesante? Vamos, sabes que te encantó. Admitámoslo, primo, la vida sería muy aburrida sin un poco de caos de vez en cuando-

Adrien soltó una risa suave.

Adrien: -Supongo que no puedo negarlo. Contigo siempre hay algo inesperado-

Félix se encogió de hombros, claramente satisfecho consigo mismo.

Félix: -Ese es el truco, primo. Hay que mantener las cosas interesantes. Si no, ¿qué sentido tiene vivir en este mundo lleno de magia?-

Adrien: -Quizás la próxima vez, en lugar de hechizos, simplemente deberíamos quedarnos jugando videojuegos-

Félix se río, golpeando suavemente el hombro de Adrien mientras caminaban.

Félix: -¿Videojuegos? ¡Vamos, primo! Eso es demasiado fácil. ¿Dónde está el riesgo? ¿La emoción? Además, no es lo mismo que una buena aventura en el mundo real. Aunque... puedo considerar una noche de videojuegos, solo por variar un poco-

Adrien sonrió, sacudiendo la cabeza. Aunque Félix siempre lo llevaba al límite, en el fondo sabía que las bromas de su primo eran una forma de desafiar el aburrimiento y la rutina.

Ambos primos llegaron a la habitación de Adrien, donde el ambiente era acogedor y familiar. Las paredes estaban adornadas con posters de sus animes favoritos y una estantería llena de libros y videojuegos. Adrien se dejó caer en su cama, sintiendo la suavidad del colchón mientras miraba a Félix, que había comenzado a explorar su habitación.

Félix: -¡Guau! Me gusta como decoraste tu habitación-

Adrien sonrió ante el cumplido de su primo, sintiéndose un poco orgulloso de su espacio personal.

Adrien: -Gracias. He estado trabajando en esto desde que me mudé. Quería que fuera un lugar donde pudiera relajarme y ser yo mismo. ¿Qué te parece?-

Félix se detuvo frente a la estantería y levantó un libro.

Félix: -¡Es impresionante! Tienes una mezcla perfecta de libros y videojuegos aquí. Me encanta cómo has logrado equilibrar todo. ¡Y esos posters! Buen trabajo, primo-

Adrien: -Gracias, de verdad. La mayoría de estos posters son de animes que me han inspirado o que me gustan mucho. A veces, me siento más conectado con los personajes que con algunas personas, ¿sabes? ¿Y qué hay de la tuya?-

Félix dejó el libro y se giró hacia Adrien con una sonrisa.

Félix: -Mi habitación es un poco más... caótica. Tengo cosas por todos lados, entre trajes libros de hechizos, artefactos mágicos y algunos posters de los mejores magos. Pero lo que más me gusta es que es un reflejo de quién soy. No me gusta seguir las reglas de la decoración convencional; prefiero que se sienta viva, como si cada objeto tuviera su propia historia-

Hadas y BrujosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora