Adrien se encontraba en el bosque encantado, sentado en una orilla del arroyo que corría a través de los árboles. La serenidad del lugar lo ayudaba a calmar sus pensamientos. La charla con Marinette aún resonaba en su mente, y la conexión mágica que habían experimentado juntos lo llenaba de una energía difícil de describir.
Se supone que fue a ese lugar para estudiar y practicar sus hechizos para su examen, pero, en realidad, su mente estaba lejos de los estudios. En lugar de concentrarse en los hechizos, Adrien estaba recordando la tarde en la biblioteca con Marinette, y cómo cada momento a su lado parecía darle fuerzas y calma. Los sonidos del bosque y el murmullo del arroyo lo rodeaban, creando una atmósfera de paz que parecía invitarlo a reflexionar sobre sus sentimientos.
Félix, consciente de que Adrien había estado distante últimamente, decidió buscarlo. Al encontrarlo en la orilla del arroyo, se acercó con una sonrisa burlona.
Félix: -¡Sabía que te encontraría aquí! Pensé que estabas muy ocupado con tus hechizos, pero parece que solo estás pensando en Marinette, ¿verdad?-
Adrien, sorprendido, se giró hacia él, tratando de ocultar su sonrojo. Intentó hacer una mueca de desdén, pero no pudo evitar sonreír ligeramente.
Adrien: -No estoy… solo estoy pensando en los hechizos. Ya sabes, preparándome para el examen-
Félix se sentó a su lado, levantando una ceja en señal de incredulidad.
Félix: -¡Pff! ¿Preparándote para el examen? ¡Vamos, no me mientas! Te he visto mirar a Marinette como si fuera el sol mismo. Es obvio que tienes sentimientos por ella. ¿Cuánto más vas a esperar? Porque a este paso, voy a tener que lanzarte un hechizo para que te atrevas a hablar con ella-
Adrien suspiró, sintiendo cómo la presión de las palabras de Félix comenzaba a abrumarlo.
Adrien: -No es tan simple, Félix. Marinette es… especial. No quiero que se sienta incómoda o que nuestra amistad cambie. Es tan importante para mí…-
Félix lo interrumpió, moviendo su mano como si ahuyentara una mosca.
Félix: -Escucha, lo que tienes con Marinette es algo auténtico. La amistad puede transformarse en algo más, pero solo si te atreves a dar ese paso. Si sigues así, te vas a quedar atrapado en tus pensamientos y te perderás la oportunidad de estar con ella. La magia no solo está en los hechizos, sino también en lo que sientes. ¿No crees?-
Adrien miró hacia el arroyo, contemplando las palabras de Félix. La verdad de lo que decía era innegable. Desde que Marinette había entrado en su vida, todo había cambiado. Su mundo se llenaba de colores vibrantes, risas y una conexión que nunca había experimentado con nadie más.
Adrien: -Es solo que… no sé cómo explicarlo. Con Marinette, siento que todo es diferente. Ella entiende cosas sobre mí que ni siquiera yo sé cómo expresar. Pero… no estoy seguro si ella siente lo mismo-
Félix puso una mano en su hombro, como un hermano mayor dando un consejo.
Félix: -Mira, primo, los dos tienen algo especial, y es obvio que te importa mucho. No tienes que precipitarte, pero tampoco tengas miedo de mostrarle lo que sientes. A veces, las conexiones más fuertes empiezan con una simple conversación honesta, ¿o no?-
Adrien asintió, agradecido por las palabras de su primo. Se dio cuenta de que, aunque la idea de abrirse a Marinette le daba nervios, sabía que Félix tenía razón. Había algo especial entre ellos, algo que iba más allá de la magia y las aventuras compartidas.
Adrien: -Tienes razón, Félix. No puedo quedarme atrapado en mis pensamientos. Debo ser honesto con Marinette. Necesito saber cómo se siente realmente ¿Crees que debería decírselo hoy?-
Félix: -¡Por supuesto! Aprovecha la tarde… ¡Oh, es cierto! Hay un festival de música en el parque esta noche. Es el lugar perfecto para que hables con ella. Un ambiente mágico, lleno de luces y risas. Es el mejor escenario para confesar tus sentimientos-
Adrien sintió que su corazón se aceleraba al escuchar la propuesta de Félix. La idea de un festival de música, con luces brillantes y melodías alegres, parecía un escenario perfecto y mágico para abrir su corazón a Marinette. La emoción y el nerviosismo se entrelazaban en su pecho, creando una mezcla casi intoxicante.
Adrien: -Tienes razón. Sería un buen momento. Pero… ¿y si me pongo nervioso? ¿Y si no sé qué decir?-
Félix sonrió, su mirada llena de confianza.
Félix: -Entonces te lanzó un hechizo…-
Adrien: -¡Félix!-
Félix: -¡Estaba bromeando!… Solo sé tú mismo. Marinette ya siente algo especial por ti; solo necesita escuchar lo que llevas dentro. Piensa en cómo se siente cuando están juntos. Permite que esos sentimientos fluyan, y las palabras vendrán solas. Además, no estarás solo. Yo estaré cerca para apoyarte si lo necesitas-
Adrien asintió, sintiendo cómo la determinación comenzaba a reemplazar su ansiedad. El consejo de Félix resonaba en su mente mientras visualizaba la escena del festival. La música, las luces danzantes y la alegría de las personas creando una atmósfera mágica… ¿qué mejor lugar para confesar sus sentimientos?
Félix: -Recuerda, a veces hay que arriesgarse para conseguir lo que realmente queremos. Espero no tener que recurrir a un hechizo para que te acerques a ella-
Adrien sonrió ante la broma de Félix, sintiendo que la risa aligeraba un poco la tensión que lo había estado oprimiendo. La idea del festival se estaba apoderando de su mente, convirtiéndose en un faro de esperanza en medio de su confusión.
Adrien: -Tienes razón. Solo necesito ser honesto-
Félix: -Te veré en el festival para asegurarme de que cumplas tu palabra-
Adrien sintió que la confianza de Félix lo envolvía como una cálida manta. La idea de hablar con Marinette en el festival de música le daba un nuevo impulso. Mientras se levantaban y se dirigían de regreso al pueblo, su mente comenzaba a llenarse de posibles escenarios: las luces brillantes, el sonido de la música y, sobre todo, Marinette a su lado.
*
Esa noche, el festival de música en el parque comenzó a llenarse de colores vibrantes y luces parpadeantes que colgaban de los árboles, creando una atmósfera de ensueño. Cuando llegaron al parque, la atmósfera estaba llena de alegría. Familias, amigos y parejas paseaban, disfrutando de las actuaciones musicales en el escenario central. La risa y la música llenaban el aire, creando un ambiente mágico que parecía resonar con el propio corazón de Adrien.
Félix, al notar la tensión en el rostro de Adrien, le dio una palmadita en la espalda.
Félix: -Ve a buscarla. La música ya está comenzando, y no quiero que te arrepientas de no hacerlo. Recuerda lo que hablamos: sé tú mismo. El resto vendrá solo. Te veré más tarde para saber cómo te fue ¿vale?-
Adrien asintió, sintiendo una mezcla de ansiedad y emoción. Buscó a Marinette entre la multitud y, tras un par de minutos, la encontró en una esquina del parque, riendo con Kagami y Alya. La luz de la luna iluminaba su rostro, haciéndola parecer aún más radiante.
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Hadas y Brujos
Любовные романыDesde su infancia, Marinette siempre supo que no encajaba en el reino de las hadas, un mundo de luz y maravillas donde nació. Aunque vivió allí, algo la impulsó a dejarlo atrás y ocultar su verdadera identidad. Las hadas y los brujos no siempre han...