El festival de música continuo, invitando a todas las parejas a bailar, mientras el aire se llenaba de risas y melodías alegres. Marinette y Adrien, entrelazados en un suave abrazo, se unieron a la multitud que danzaba bajo las estrellas. La música parecía latir al compás de sus corazones, y cada paso que daban los acercaba más.
Marinette: -No puedo creer lo hermoso que es todo esto. Me siento como en un sueño-
Adrien la miró, sintiendo que sus palabras resonaban con la verdad de lo que ambos experimentaban. La noche estaba llena de magia, pero lo más especial era la conexión que estaban construyendo.
Adrien: -Es un sueño del que no quiero despertar. ¿Te gustaría bailar, princesa?-
Marinette: -¡Por supuesto, mi príncipe!-
Se colocaron en el centro de la pista, donde las luces danzaban a su alrededor, creando un halo que parecía solo para ellos. A medida que comenzaban a moverse al ritmo de la música, Marinette sintió que cada paso los unía más.
El abrazo de Adrien era cálido y reconfortante, y Marinette dejó que su cabeza descansara en su hombro mientras giraban lentamente. En ese momento, el resto del mundo se desvaneció, y solo existían ellos dos, unidos por un hilo invisible de emociones.
Marinette: -Nunca había sentido algo así. Es… perfecto-
Adrien la miró, sus ojos llenos de ternura. Sabía que ese momento era solo el principio, pero quería disfrutar cada segundo.
Kagami y Félix también disfrutaban de su propia burbuja de felicidad, mientras observaban la vibrante energía del festival. Tras compartir su momento especial, se unieron a la pista de baile, donde la música parecía llamarlos con fuerza. La conexión entre ellos se volvió aún más evidente al verse rodeados de otras parejas, todos celebrando el amor y la amistad.
Félix tomó la mano de Kagami con una sonrisa confiada, guiándola a la pista de baile donde se movían con elegancia y sin esfuerzo, como si fueran un reflejo el uno del otro. Los ojos de Kagami brillaban con emoción, disfrutando de cada paso mientras se sincronizaban con la música. Félix, notando la felicidad en el rostro de Kagami, se inclinó hacia ella y le susurró al oído:
Félix: -Esta noche es solo nuestra, mi reina. Que nada ni nadie nos distraiga de lo que estamos construyendo juntos-
Kagami sonrió, dejando que las palabras de Félix llenaran su corazón. En ese instante, sintió una fuerza indescriptible; sabía que a su lado, todo era posible.
Kagami: -Me encanta estar aquí contigo, Félix. Esta noche es mágica-
Félix: -Sí, lo es. Pero, para mí, la verdadera magia está en estar contigo-
Kagami se sintió abrumada por la sinceridad en sus palabras, y una calidez llenó su pecho. Era como si cada palabra fuera un lazo que unía sus corazones aún más.
Kagami: -Gracias por hacer que cada momento cuente. Eres increíble-
Félix sonrió, sintiendo que la conexión entre ellos se fortalecía con cada palabra. Sabía que a su lado, Kagami se sentía viva y plena, y eso le hacía desear hacerla aún más feliz.
Félix: -Tú también lo eres. Y sé que juntos podemos enfrentar cualquier cosa. Solo quiero que sigas brillando-
Kagami se acercó a él, sintiendo que la música y las luces los envolvían en un abrazo cálido.
A medida que la música envolvía a ambas parejas, el ambiente festivo seguía trayendo alegría y un toque de magia. Adrien y Marinette continuaban en un abrazo suave, mientras el mundo a su alrededor se convertía en un destello de luces y risas.
Los dos pares de enamorados, Marinette y Adrien, Kagami y Félix, continuaron disfrutando de la noche bajo las luces del festival, cada uno experimentando una conexión única, profunda y mágica. La música los envolvía, y cada paso que daban parecía ser un eco de las promesas y sentimientos que habían compartido. Marinette y Adrien, Kagami y Félix, se perdieron en sus danzas, como si fueran los únicos en ese pequeño rincón del mundo, un lugar donde el tiempo y las preocupaciones parecían esfumarse.
Las horas se deslizaron entre risas, susurros y promesas compartidas. A lo lejos, una serie de fuegos artificiales comenzaron a iluminar el cielo, reflejando un sinfín de colores en los ojos de los enamorados. Los destellos llenaron el aire con un estallido de luz y magia, capturando la atención de todos los presentes. Adrien y Marinette se quedaron sin palabras, hipnotizados por el espectáculo que coronaba aquella noche tan especial.
Adrien tomó la mano de Marinette y la acercó a él, ambos observando el cielo, dejando que los fuegos artificiales iluminaran sus rostros. En silencio, cada explosión parecía reafirmar lo que sentían. Marinette, conmovida, miró a Adrien y le sonrió.
Marinette: -Esta noche ha sido como un sueño. Gracias por cada momento, Adrien-
Adrien la miró con ternura y, sin decir nada, le dio un suave beso en la frente, como un toque de cariño y gratitud.
Adrien: -Gracias a ti, Marinette. No hay nadie con quien quisiera estar aquí más que contigo-
Mientras el último fuego artificial se desvanecía en el cielo, el ambiente en el festival se transformó en un suave murmullo. Las parejas seguían abrazadas, algunas reían, otras compartían miradas cargadas de significado, pero todas sentían el mismo calor de una noche mágica y compartida.
Adrien y Marinette seguían entrelazados, sin romper el contacto visual, como si una energía invisible los conectara más allá de las palabras. La música comenzó a cambiar a una melodía más lenta y suave, invitando a los presentes a disfrutar de ese momento de calma.
Adrien: -Marinette, quiero que sepas que nunca había sentido algo así por alguien. Eres única, y me haces sentir… completo. Como si todo tuviera sentido cuando estoy contigo-
Marinette sintió cómo su corazón aceleraba al escuchar sus palabras. Las dudas, los miedos y las inseguridades que solía tener sobre sus sentimientos parecieron desaparecer, dejando solo la certeza de que aquel era su momento. Con una sonrisa, asintió.
Marinette: -Yo también siento lo mismo, Adrien. Nunca imaginé que podríamos estar aquí, juntos, compartiendo algo tan especial. Es como si… como si el destino nos hubiera llevado hasta aquí-
Adrien sonrió, acercándose un poco más y acariciando su mejilla suavemente. La noche, el festival, las luces… todo parecía estar creado para ellos. Adrien se inclinó lentamente, y en un instante lleno de ternura, sus labios se encontraron en un beso suave y lleno de promesas.
Al otro lado de la pista, Kagami y Félix observaban la escena, sintiendo que el amor de sus amigos también era una inspiración para ellos. Kagami apretó la mano de Félix, quien respondió con una sonrisa llena de seguridad. Kagami apoyó su cabeza en el hombro de Félix, sintiéndose segura y comprendida.
Kagami: -Nunca pensé que una noche como esta pudiera ser tan significativa para nosotros-
Félix la miró con una mezcla de orgullo y amor, acariciando suavemente su cabello.
Félix: -Es solo el comienzo de lo que podemos construir juntos. Esta noche es un recordatorio de todo lo que vendrá, mi reina-
Kagami con una sonrisa, cerró los ojos, dejándose llevar por la paz que le ofrecía el momento. Sabía que, junto a Félix, la vida se abría llena de posibilidades, y cada paso que daban juntos le brindaba la certeza de que habían encontrado en el otro un refugio sólido y verdadero.
Los fuegos artificiales seguían iluminando el cielo, como si fueran reflejo de los sentimientos que ambos compartían. Las luces se reflejaban en sus ojos, y los dos, envueltos en la magia de la noche, no necesitaban palabras para expresar lo que sentían. Simplemente, sabían que, sin importar los retos o las distancias, cada uno estaba listo para enfrentar lo que el futuro les deparara, con la certeza de que sus corazones latían al unísono.

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Hadas y Brujos
RomanceDesde su infancia, Marinette siempre supo que no encajaba en el reino de las hadas, un mundo de luz y maravillas donde nació. Aunque vivió allí, algo la impulsó a dejarlo atrás y ocultar su verdadera identidad. Las hadas y los brujos no siempre han...