Al día siguiente, en la Preparatoria Mágica Estrella, todo parecía resplandecer con una energía especial, como si los ecos del festival aún vibraran en el aire. Los estudiantes comentaban emocionados sobre la velada, recordando los momentos memorables, las risas, y las amistades que se habían fortalecido. Sin embargo, para algunos, esa noche había significado algo aún más profundo.
Marinette entró en el salón con una sonrisa que no podía ocultar. Sus amigas Alya y Nino la miraron con curiosidad, intercambiando una mirada cómplice.
Alya: -¡Vaya, Marinette! Pareces flotar. ¿Tienes algo que contarnos?-
Marinette se sonrojó, recordando el beso y los momentos que compartió con Adrien bajo las estrellas. Sabía que sus sentimientos eran demasiado grandes para ocultarlos, pero al mismo tiempo, quería guardarlos como un pequeño tesoro.
Marinette: -Digamos que… fue una noche especial-
Nino sonrió y le dio una palmadita en el hombro.
Nino: -¡Me alegra que te divirtieras! Creo que todos sentimos la magia anoche. Aunque… tú y Adrien parecían en otro mundo-
Adrien, que acababa de entrar al salón, escuchó a Nino y sonrió, sus ojos encontrando los de Marinette desde el otro lado del aula. Se sentía más seguro que nunca de lo que había descubierto en su corazón: Marinette era su ancla, su compañera ideal.
Adrien: -Es cierto. Marinette y yo tuvimos… una noche mágica-
La clase entera se quedó en silencio al ver la manera en que Adrien miraba a Marinette, y las sonrisas de los demás no se hicieron esperar. Marinette bajó la mirada, sonrojada, pero sintió una calidez en su pecho al saber que esos sentimientos eran correspondidos.
Mientras tanto, Kagami y Félix también llegaron al aula. Félix, normalmente serio y reservado, tenía un brillo diferente en sus ojos, una calidez que solo Kagami parecía entender. Kagami lo miró con una leve sonrisa, recordando las palabras de la noche anterior. Sabía que Félix no era de grandes demostraciones, pero cada gesto suyo hablaba más que cualquier palabra.
Kagami: (Con una sonrisa tierna) -¿Qué? ¿Por qué me miras así?-
Félix se encogió de hombros, tratando de ocultar una sonrisa traviesa, pero sus ojos lo delataban.
Félix: -¿Acaso no puedo mirar a la persona más fascinante y hermosa del mundo?-
Kagami se río suavemente, sorprendida por el comentario inesperado de Félix. Aunque sabía que él no era de expresar sus sentimientos de forma abierta, cada vez que lo hacía, le hacía sentir que el mundo se detenía. Tomó su mano y se sentaron juntos en sus lugares, sintiendo una conexión especial que iba más allá de las palabras.
Mientras tanto, en el fondo del aula, Alya observaba la escena con una sonrisa divertida, disfrutando de ver a sus amigos en ese estado de felicidad tan único. Se acercó a Marinette y le susurró:
Alya: -¿Entonces, oficialmente tú y Adrien…?-
Marinette, aún con un leve rubor en sus mejillas, asintió. Los detalles del momento que había compartido con Adrien la noche anterior todavía estaban frescos en su mente, y recordarlos la llenaba de una mezcla de emoción y nervios.
Marinette: -Fue… increíble. Es como si todo hubiese encajado finalmente. No sé cómo explicarlo, Alya, pero estoy feliz-
Alya le dio un abrazo cariñoso, comprendiendo lo especial que ese momento había sido para su amiga y verla ahora tan plena que le llenaba el corazón de alegría. Los compañeros de clase aplaudieron y vitorearon, emocionados por la pareja que finalmente había encontrado su camino.
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Hadas y Brujos
RomansaDesde su infancia, Marinette siempre supo que no encajaba en el reino de las hadas, un mundo de luz y maravillas donde nació. Aunque vivió allí, algo la impulsó a dejarlo atrás y ocultar su verdadera identidad. Las hadas y los brujos no siempre han...