La profesora, una bruja de cabello plateado y ojos sabios, entró en el aula y la conversación se desvaneció en un silencio respetuoso. Se presentó como la profesora Celestia y comenzó la clase con una explicación sobre la importancia de los encantamientos de protección en el mundo mágico.
Marinette tomó nota diligentemente, absorbiendo cada palabra. Aunque ya había estudiado sobre las Pociones Avanzadas en sus libros, la experiencia práctica en un entorno como el de la Preparatoria Mágica Estrella era invaluable.
La clase de Pociones Avanzadas transcurría con tranquilidad. Marinette, atenta a cada instrucción de la profesora, mezclaba cuidadosamente los ingredientes, intentando seguir el ritmo de los demás. Sin embargo, su mente divagaba de vez en cuando hacia Adrien, quien trabajaba junto a ella con una destreza que la dejaba impresionada.
Profesora Celestia: -Recuerden, los encantamientos de protección no solo son un escudo, sino una forma de equilibrar las energías que interactúan con la magia. Una poción mal protegida puede causar efectos que incluso el hechicero más experimentado no puede prever-
Marinette se concentraba en mezclar con precisión los ingredientes que la profesora Celestia había indicado. Mientras agitaba suavemente la mezcla en su caldero, Marinette se esforzaba por mantener el enfoque. Sabía que debía prestar atención, especialmente porque cualquier error en este nivel podía ser peligroso.
Mientras preparaba su poción, un leve resplandor azulado emergió de su mano. Un error peligroso. El resplandor revelaba la naturaleza mágica que tanto se esforzaba por ocultar, un brillo propio de las hadas. Marinette contuvo la respiración, con el corazón latiendo a mil por hora. Nadie parecía haberlo anotado, pero si no tenía cuidado, su secreto podría ser descubierto.
Disimuladamente, agitó la mezcla con rapidez, esperando que nadie lo hubiera notado. Sin embargo, para su alivio, la poción pareció estabilizarse. A su lado, Adrien trabajaba en su propia poción, pero una ligera sonrisa en sus labios y el brillo en sus ojos le indicó a Marinette que tal vez él había visto algo.
Adrien: -Lo estás haciendo bien, Marinette. Solo mantén la calma- (Susurró suavemente, sin apartar la vista de su propio caldero) -A veces, la magia necesita fluir de forma más natural, sin forzarla demasiado-
Marinette lo miró, un poco desconcertada. ¿Lo habría dicho por algo en específico? ¿O simplemente estaba siendo amable? No podía estar segura. Lo único que sabía era que su magia había estado peligrosamente cerca de revelarse.
Marinette: -No puedo permitirme cometer más errores como este- (Pensó)
La profesora Celestia, caminando entre las mesas, se detuvo a observar la poción de Marinette. La mezcla aún estaba en proceso, pero sus ingredientes brillaban ligeramente, indicando una combinación prometedora.
Profesora Celestia: -Bien hecho, señorita Marinette. Veo que tiene un don natural para las pociones. Con un poco de práctica, podría destacar en esta clase-
Marinette sintió un calor en su rostro, agradecida por el elogio, pero también nerviosa por la posibilidad de haber mostrado algo más de lo que pretendía.
La clase continuó con la profesora Celestia explicando cómo cada poción podía ser un reflejo de la personalidad de quien la preparaba. Se sentía fascinante, pero Marinette no podía evitar preguntarse si eso significaba que su esencia como hada se filtraría en su trabajo. ¿Podría su magia verdadera colarse en sus pociones sin que ella lo quisiera? Mientras la profesora seguía su recorrido, Adrien se volvió hacia ella.
Adrien: -¿Ves? Sabía que lo harías genial- (Le susurró con una sonrisa amable) -Aunque seas nueva, pareces tener un talento innato para esto-
Marinette solo pudo sonreír tímidamente, sin atreverse a decir lo que realmente pensaba: "Es porque no soy como ustedes" Pero su secreto debía mantenerse a salvo.

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Hadas y Brujos
RomansDesde su infancia, Marinette siempre supo que no encajaba en el reino de las hadas, un mundo de luz y maravillas donde nació. Aunque vivió allí, algo la impulsó a dejarlo atrás y ocultar su verdadera identidad. Las hadas y los brujos no siempre han...