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Dalia abrazó a Lara con ternura. Lara, con los ojos llenos de brillo, parecía al borde de las lágrimas.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó Dalia, mirándola con curiosidad.

—Quería hablar contigo —respondió Lara, su voz apenas un susurro de felicidad..

El momento se interrumpió cuando Azriel llegó.

— ¿Qué pasa aquí? —inquirió, su mirada inquisitiva recorriendo a las dos mujeres.

Dalia sonriendo a su esposo, su corazón latiendo un poco más rápido.

—Amor, te presento a Lara —dijo, sosteniendo suavemente la mano de la chica—. Mi prima.

—¿Prima? —repitió Azriel, su expresión revelando sorpresa.

—Es hermana menor de Marísa —aclaró Dalia, antes de volverse hacia Lara—. Lara, él es mi esposo, el líder del Norte.

Lara, sintiendo el peso de la situación, hizo una reverencia.

—Un gusto conocerte, patrón —dijo suavemente, su voz temblando ligeramente.

Azriel asintió con un gesto de reconocimiento, pero su atención pronto volvió a Dalia.

—Por cierto, ¿qué haces aquí? —preguntó Dalia, su sonrisa desvaneciéndose al notar la preocupación en el rostro de Lara.

—Ah, bueno… —Lara titubeó, claramente nerviosa—. Estamos preocupados por Marisa. No ha vuelto.

La sorpresa atravesó el rostro de Dalia, su mente procesando la inquietud que la joven traía consigo.

—Bueno, creo que ella volvió al Sur —dijo Dalia, echando un vistazo a Azriel.

—Sí, quedó en la frontera del Sur —agregó Azriel, carraspeando y mintiendo con una seguridad fría.

El rostro de Lara se palideció, y su respiración se volvió entrecortada.

—Es muy peligroso —dijo, la preocupación llenando su voz—. Entonces, iré por ella.

Dalia sintió una punzada de alarma, y ​​un nudo se formó en su estómago.

—Lara, espera —intervino Dalia, su voz firme a pesar de la inquietud que la invasión—. No puedes ir sola.

—Es verdad —intervino Dionisio, observando a Lara—. Ahora mismo, el Sur está siendo derrotado.

Lara parpadeó, la tristeza inundando sus ojos. La preocupación por su hermana se apoderó de ella, y su voz apenas fue un susurro.

—Pero Marisa… —dijo, girando su mirada hacia Dalia, buscando respuestas.

—Ahora hay un nuevo líder —respondió Dalia, su tono grave—. Es más peligroso por las nuevas reglas.

Lara asintió, su expresión aún reflejando la inquietud que le consumía. La idea de que su hermana estuviera en medio de tal caos la desarmaba.

Flor del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora