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Donghae


Los últimos dos meses habían pasado demasiado rápido sin importar lo
mucho que deseaba que el tiempo frene, para darme más tiempo para
prepararme. Solo dos días hasta mi fiesta de compromiso. Madre estaba
ocupada ordenando a los sirvientes alrededor, asegurándose que la casa estuviera
impecable y que nada saliera mal. Ni siquiera era una gran celebración. Solo nuestra
familia, la familia de Hyukjae y las familias de los respectivos jefes de Seul y Daegu fueron invitadas. Jungsoo dijo que era por razones de seguridad. La tregua todavia era demasiado reciente para arriesgarse a una reunión de cientos de invitados.

Me hubiera gustado que la cancelaran por completo. En lo que a mí concernía,
no tenía que conocer a Hyukjae hasta el día de nuestra boda. Jungsu saltaba de arriba
abajo en mi cama, con una mueca en su rostro. Tenia solo cinco años y tenía demasiada energia.

-iQuiero jugar!

-Madre no quiere que corras por la casa. Todo debe estar perfecto para los invitados.

-¡Pero ni siquiera están aqui! -Gracias a Dios. Hyukjaey el resto de los invitados de Seul llegarían mañana. Solo una noche más hasta que conozca a mi futuro esposo, un hombre que mató con sus propias manos. Cerré los ojos.

-¿Estás llorando otra vez? -Jungsu saltó de la cama y se acercó a mí, deslizando su mano en la mía. Su cabello rubio oscuro era un desastre. Traté de aplacarlo pero Jungsu apartó la cabeza.

-¿Qué quieres decir?- Había intentado ocultar mis lágrimas de él. Sobre todo lloraba de noche cuando estaba protegido por la oscuridad.

-Sungie dice que lloras todo el tiempo porque Hyukjae te ha comprado.

Me quedé helado. Tendría que decirle a Jisung que deje de decir esas cosas. Solo me metería en problemas.

-Él no me compró.-Mentiroso. Mentiroso.

-Da lo mismo- dijo Ryeowook desde la puerta, sorprendiéndome.

-Shhh. ¿Qué pasa si padre nos escucha?

Ryeowook se encogió de hombros.

-Sabe que odio que te vendiera como una vaca.

-Wook- advertí, haciendo un gesto hacia Jungsu. Él miró hacia mí.

-No quiero que te vayas- susurró.

-No me ire en un largo tiempo, Junnie- Pareció satisfecho con mi respuesta y la preocupación desapareció de su rostro y fue reemplazada por su expresión de estar tramando algo.

-¡Atrápame!- gritó y salió corriendo, empujando a un lado a Ryeowook mientras corría como un rayo junto a el. Ryeowook corrió tras él.

-Voy a patear tu trasero, pequeño monstruo!

Me precipité hacia el pasillo. Jisung asomó la cabeza fuera de su puerta y el
también corrió tras nuestros hermanos. Madre me cortaría la cabeza si rompían
otra reliquia familiar. Volé escaleras abajo. Jungsu todavía se encontraba a la cabeza.
Era rápido, pero Jisung casi lo había atrapado mientras que Ryeowook y yo éramos
demasiado lentos en los tacones que mi madre nos obligaba a usar para practicar.
Jungsu corrió hacia el pasillo que conducía al ala oeste de la casa y el resto de
nosotros lo siguió. Quise gritarle que se detenga. La oficina de padre estaba en esta
parte de la casa. Estaríamos en grandes problemas si nos sorprendía jugando. Se
suponía que Jungsu debía actuar como un hombre. ¿Qué niño de cinco años actuaba
como un hombre?

Pasamos la puerta de padre y el alivio se apoderó de mí, pero luego tres
hombres doblaron la esquina al final del pasillo. Separé mis labios para gritar una
advertencia, pero ya era demasiado tarde. Jungsu se detuvo en seco pero Jisung
colisionó con el hombre en el centro con toda su fuerza. La mayoría de las personas
habrían perdido el equilibrio. La mayoria de las personas no median dos metros y no
eran macizas como un toro.

Deadly Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora