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Donghae




La conmoción frente a la puerta se detuvo excepto por Kyuhyun quien seguía
gritando sugerencias lascivas de lo que Hyukjae podría hacerme, o yo a él.

-Cállate Kyu y ve a encontrar una puta a la que follarte- gritó Hyukjae.

El silencio reinó afuera. Mis ojos vagaron hacia la cama tamaño king en el centro de la habitación y el terror se apoderó de mí. Hyukjae tenía su propia puta para follarse esta noche y hasta el final de los dias. El precio por mi cuerpo no había sido pagado con dinero, pero bien podría haber sido así. Envolví los brazos alrededor de mi cintura, tratando de aplacar el pánico.

Hyukjae se giró hacia mí con una mirada depredadora en su rostro. Mis piernas se
debilitaron. Tal vez si me desmayaba, me libraría, e incluso si a él no le importaba si
estaba consciente y de cualquier forma me tomaba, al menos no recordaría nada. Dejó
su chaqueta sobre el brazo de la silla cerca de la ventana, los músculos de sus
antebrazos flexionándose. Era músculo, fuerza y poder, y yo bien podría estar hecho
de cristal. Un toque equivocado y me haria añicos.

Hyukjae se tomó su tiempo admirándome. Dondequiera que sus ojos tocaban mi
cuerpo, me marcaban como su propiedad, la palabra "mío" se grababa en mi piel una
y otra vez.

-Cuando mi padre me dijo que tenia que casarme contigo, me dijo que eras el chico más hermoso que la Organización de Daegu tenía para ofrecer, aún más hermoso que los donceles de Seul.

¿Ofrecer? Como si fuera un trozo de carne. Clavé los dientes en mi lengua.

-No le creí-. Caminó hacia mí y me tomó por la cintura. Tragué un grito ahogado y me forcé a estar quieto mientras miraba su pecho. ¿Por qué tenía que ser tan alto? Se inclinó hasta que su boca estaba a menos de un centímetro de mi
garganta- Pero dijo la verdad. Eres el chico más hermoso que he visto jamás y esta
noche eres mío. -Sus labios calientes tocaron mi piel. ¿Podía sentir el terror palpitando en mis venas? Sus manos en mi cintura se apretaron. Las lágrimas se agolpaban dentro de mis ojos, pero luché para contenerlas. No lloraría, pero las
palabras de Seonghwa se repetían dentro de mi cerebro. Te follará como un animal.

Se fuerte. Era un Kim. Las palabras de Ryeowook destellaron en mi mente. No
vas a dejar que te trate como a una puta.

-¡No!- La palabra desgarró mi garganta como un grito de batalla. Me liberé de él, tropezándome unos pasos hacia atrás. Todo pareció detenerse entonces. ¿Qué acababa de hacer?

La expresión de Hyukjae era de estupefacción, después se endureció.

-¿No?

-¿Qué?- espeté- ¿Nunca antes has escuchado la palabra "no"? - Cállate Donghae. Por amor de Dios, cállate.

-Oh, la escucho a menudo. El tipo al que le destrocé la garganta la dijo una y
otra vez hasta que no pudo decirla más.

Di un paso hacia atrás, erizándome.

-Entonces, ¿también vas a aplastar mi garganta? -Era como un perro
acorralado, mordiendo y gruñendo, pero mi oponente era un lobo. Un lobo muy
grande y peligroso.

Una fría sonrisa afloró en sus labios.

-No, eso desafiaría el propósito de nuestro matrimonio, ¿no lo crees?

Temblé. Por supuesto, lo haría. No podía matarme. Al menos no si quería mantener la paz entre Daegu y Seul. Eso no quería decir que no podia golpearme o forzarme.

-No creo que mi padre esté feliz si me haces daño.

La mirada en sus ojos me hizo dar otro paso hacia atrás.

Deadly Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora