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Donghae





La luz del sol golpeó mi rostro. Traté de estirarme, pero un brazo estaba
sobre mi cintura y un pecho firme presionado contra mi espalda. Me tomó
un momento recordar dónde estaba y lo que había pasado ayer y luego me puse rígido.

-Bien, estás despierto -dijo Hyukjae con una voz que sonaba ronca por el sueño.

La realización me golpeó. Hyukjae. Mi marido. Era un hombre casado, pero Hyukjae
había cumplido su promesa. No habia consumado el matrimonio. Abri mis ojos. La
mano de Hyukjae agarraba mi cadera y me giró sobre la espalda. Estaba apoyado sobre
un codo mientras sus ojos inspeccionaban mi rostro. Me hubiera gustado saber lo que
estaba pensando. Era extraño estar en la cama con un hombre. Podía sentir el calor de
Hyukjae, a pesar de que nuestros cuerpos no se estaban tocando. A la luz del sol las
cicatrices en su piel eran de alguna manera menos prominentes que la noche anterior,
pero sus músculos eran igual de impresionantes. Me pregunté cómo se sentirían al tacto.

Extendió su mano y tomó un mechón de mi cabello entre dos dedos. Contuve
la respiración, pero lo liberó después de un momento, su cara volviéndose calculadora.

-No pasará mucho tiempo hasta que mi madrastra, mis tías y las otras mujeres y donceles casados de mi familia llamen a nuestra puerta para recoger las sábanas y las lleven al comedor, donde sin duda, todos los demás ya están esperando que empiece el jodido espectáculo.

Un rubor se extendió sobre mis mejillas y algo cambió en los ojos de Hyukjae, parte de la frialdad sustituida por otra emoción. Mis ojos se encontraron con el pequeño corte en el brazo de Hyukjae. No había sido profundo y ya tenía costra.

Hyukjae asintió.

-Mi sangre les dará lo que quieren. Será la base de nuestra historia, pero esperarán que completemos los detalles. Sé que soy un mentiroso convincente. Pero, ¿serás capaz de mentirles a todos a la cara, incluso a tu madre, cuando les cuentes de nuestra noche de bodas? Nadie puede saber lo que sucedió. Me haría parecer débil-. Sus labios se apretaron con arrepentimiento. Arrepentimiento de haberme liberado y haberse metido en la posición de depender de mis habilidades para mentir.

-¿Débil porque no quisiste violar a tu esposo?
-susurre.

Los dedos de Hyukjae en mi cadera se apretaron. Ni siquiera me había dado cuenta
que todavía estaban alli. Haz que quiera ser bueno contigo, las palabras de Taeyeon
revolotearon por mi mente. Hyukjae era un monstruo, no había duda de ello. No podía
ser de otro modo si quería sobrevivir como un líder en nuestro mundo, pero tal vez
podía hacerlo mantener al monstruo encadenado cuando estaba conmigo. Era más de lo que había esperado cuando anoche me había llevado hacia el dormitorio.

Hyukjae sonrió con frialdad.

-Débil por no tomar lo que era mío para tomar. La tradición de las sábanas ensangrentadas en la mafia siciliana es tanto una prueba de la pureza de el novio como de la implacabilidad del marido. Entonces, ¿qué crees que dirá sobre mi el que te tuve yaciendo medio desnudo en mi cama, vulnerable y mío, y aun estás aquí intacto como lo estabas antes de nuestra boda?

-Nadie lo sabrá. No le diré a nadie.

-¿Por qué debería confiar en ti? No hago un hábito de confiar en la gente, especialmente la gente que me odia.

Descansé mi mano contra el corte en su brazo, sintiendo sus músculos flexionarse bajo mi tacto. Haz que sea bueno contigo, haz que te ame.

-No te odio. -Entrecerró los ojos, pero era mayormente verdad. Lo habría
odiado si me hubiera forzado. Ciertamente odiaba lo que el matrimonio con él
significaba para mí, pero no lo conocía lo suficientemente bien como para odiarlo de
verdad. Tal vez vendría con el tiempo- Y puedes confiar en mí porque soy tu esposo. No elegí este matrimonio, pero al menos puedo elegir hacer lo mejor con nuestro vínculo. No tengo nada que ganar al traicionar tu confianza, pero mucho que ganar al mostrarte que soy leal.

Deadly Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora