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Donghae


La tarde antes del dia de la boda, mi familia salió del Hilton Garden y se dirigió a la mansión Cho. Era una enorme construcción inspirada en palacios italianos, rodeada por poco más de
una hectárea de jardines. El camino de entrada era largo y sinuoso, dando lugar a
cuatro cocheras dobles y dos casas de huéspedes hasta finalizar en la mansión de
frente blanco y techo con tejas rojas. Estatuas de mármol blanco se situaban en la base
de la escalera doble que conducía a la puerta principal.

En el interior, los techos decorados, columnas y pisos de mármol blanco, la vista de los jardines y la larga piscina a través de las ventanas panorámicas me dejaron sin aliento. El padre y la madrastra de Hyukjae nos llevaron hacia el segundo piso del ala izquierda, donde se encontraban nuestras habitaciones.

Ryeowook y yo insistimos en compartir habitación. No me importaba si nos hacía
ver inmaduros. Lo necesitaba a mi lado. Desde la ventana podíamos ver cómo los
trabajadores comenzaban a levantar el enorme pabellón que serviría mañana como
iglesia. Hyukjae no llegaría hasta el día siguiente, asi no
podríamos cruzarnos por accidente antes de la boda, lo que significaría mala suerte.
Sinceramente no sé cómo podía tener más mala suerte de la que ya tenía.










🥀











-¡Hoy es el día! -dijo madre con falsa alegría.

Me arrastré fuera de la cama. Ryeowook tiró de las mantas sobre su cabeza, murmurando algo acerca de ser demasiado temprano.

Madre suspiró.

-No puedo creer que compartieran habitación como niños de cinco años.

-Alguien tenia que asegurarse que Hyukjae no entrara- dijo Ryeowook por debajo de la manta.

-Jungsoo patrulló el corredor.

-Como si él protegería a Hae de Hyukjae
finalmente-. Su cabello rojo era un desastre.

Madre frunció los labios.

-Tu hermano no necesita protección de su esposo.

Ryeowook resopló, pero madre lo ignoró y me hizo entrar al baño.

-Tenemos que prepárate. La esteticista estará aquí en cualquier momento. Toma una ducha rápida.

A medida que el agua caliente se vertía sobre mí, la compresión se instaló. Esto
era todo, el día que había estado temiendo durante tanto tiempo. Esta noche sería Cho Donghae, esposo del futuro Capo dei Capi y ex-virgen. Me apoyé contra la cabina de
la ducha. Deseé ser como otros novios. Deseé poder disfrutar de este día. Deseé no
tener que esperar mi noche de bodas con temor, pero había aprendido hace mucho
tiempo que desear no cambia nada.

Cuando sali de la ducha, sentí frio. Ni siqiera mi suave bata de baño pudo detener mi estremecimiento. Alguien llamó y Ryeowook entro con una taza y un plato en la mano.

-Ensalada de frutas y café. Al parecer no puedes comer panqueques porque podria hincharte. Qué mierda.

Tomé el café, pero negué con la cabeza a la comida.

-No tengo hambre.

-No puedes ir todo el día sin comer o te desmayarás cuando camines por el
pasillo. -Hizo una pausa-. Aunque, pensándolo bien, me encantaría ver la cara de Hyukjae cuando lo hagas.

Tomé un sorbo de café y luego del tazón de Ryeowook saqué y comí unos trozos
de plátano. Realmente no quería desmayarme. Padre se pondría furioso y Hyukjae probablemente tampoco estaría muy feliz por ello.

Deadly Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora