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Donghae





La relajación que había sentido durante la cena se evaporó cuando Hyukjae y yo volvimos a nuestro penthouse y entramos al dormitorio. Fui al cuarto de baño y me tomé mi tiempo preparándome antes de volver.

Los ojos de Hyukjae apreciaron mi camisón de satín largo y oscuro. Llegaba hasta
mis pantorrillas pero tenía una abertura que llegaba hasta mis muslos. Seguía siendo
mucho más modesto que la horrible cosa que había usado en nuestra noche de bodas.
Y aun así estaba seguro que había deseo en sus ojos.

Una vez que él hubo desaparecido en el baño, caminé hacia la ventana y me
entretuve mirando el horizonte nocturno. Estaba casi tan nervioso como la noche
anterior. Sabía que no estaba listo para nada más que besarnos. No me giré cuando oí
que Hyukjae se acercaba por detrás. Su impresionante estatura se reflejaba en las
ventanas. Como ayer, estaba usando solamente calzoncillos. Lo miré acercarse a mí y
cada músculo de mi cuerpo se tensó. Si él notó mi reacción no lo demostró. Deslizó
un nudillo por mi espalda, enviando una sensación estremecedora a lo largo de mi
cuerpo. Cuando no reaccioné extendió su mano, con la palma hacia arriba, una
invitación, no una orden, y aun así sabia que solo había una respuesta correcta.
Lo miré, pero mis ojos se desviaron hacia la larga cicatriz en su palma. Pasé las puntas de mis dedos por ella.

-¿Eso es por el juramento de sangre?-Espié su rostro inescrutable. Sabía que durante la ceremonia de iniciación los hombres tenían que sangrar mientras recitaban las palabras del juramento.

-No, es esta. -Volteó su otra mano, en donde una pequeña cicatriz surcaba su palma-. Esa -dijo mirando hacia la cicatriz que yo seguía tocando- ocurrió en una pelea. Tuve que prevenir el ataque de una navaja con mi mano.

Quise preguntarle de la primera vez que había matado a un hombre pero envolvió sus dedos alrededor de mi muñeca y me guio hasta la cama. Mi garganta se contrajo demasiado para las palabras cuando se sentó en el colchón y me jaló entre sus piernas. Traté de relajarme en su beso y cuando no hizo ningún movimiento para llevar las cosas más lejos sentí en realidad que la tensión se iba y comencé a disfrutar
de su experimentada boca, pero después él se recostó y me jaló hacia la cama con él.

Sus besos se volvieron más fuertes y podia sentir su erección presionando contra mi muslo. Aun así no me retiré. Podía hacer esto. Sabía lo que venía. Su mano viajo a mi pecho y me tensé a pesar de mis buenas intenciones para no hacerlo. No la quitó, pero tampoco la movió. Sus besos hacían que mis pensamientos se enredaran. ¿Seria tan malo dormir con Hyukjar? Él retrocedió un par de centímetros y dejó un rastro de besos hacia mi oreja.

-Nunca he querido follar a un hombre tanto como he querido follarte a ti en este momento.

Me congelé. Sus palabras me hicieron sentir barato. Él era mi esposo y tenia
derecho a mi cuerpo, si le preguntabas a cualquiera en nuestra familia, de cualquier
forma, pero me merecía más que eso. No quería que me folle como él estaba acostumbrado a hacer con otras personas. Era su esposo. Quería más. Volteé mi cabeza
y empujé mis palmas contra su pecho. Después de un momento, él cedió.

-No quiero esto-dije, sin molestarme en esconder mi disgusto.

No lo miré pero prácticamente podia sentir su frustración. ¿Qué pensaba? ¿Qué
repentinamente me sentiría lo suficientemente cómodo para dormir con él porque me
había llevado una vez a cenar? ¿Era así como funcionaba con otros chicos? Por un
largo tiempo no hizo más que mirarme, después se desprendió de mi.

Apagó la luz sin decir una palabra y se recostó en su lado de la cama. Deseé que al menos me abrazara. Esta era mi primera noche tan lejos de mi familia. Habría sido lindo si al menos me consolaba, pero no le pedí que lo hiciera. En lugar de eso, jalé las cobijas y cerré los ojos.









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