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Donghae




Ya estaba vestido con un ancho vestido naranja veraniego hasta las rodillas y un cinturón dorado para acentuar mi cintura, cuando Hyukjae salió del baño con nada más que una toalla. Estaba sentado en la silla
frente a mi tocador, poniéndome maquillaje, pero me congelé con el cepillo de la
máscara de pestañas a centímetros de mi ojo cuando vi a Hyukjae. Caminó hacia el
guardarropa y tomó unos pantalones negros y una camisa blanca antes de dejar caer
su toalla sin vergüenza. No miré hacia otro lado lo suficientemente rápido y fui
recompensado con su firme trasero. Miré hacia el piso y me ocupé de revisar mis uñas
hasta que me atreví a dar la cara al espejo otra vez y ponerme la máscara de pestañas.

Hyukjae se abotonó la camisa, excepto por los dos botones superiores. Ató un cuchillo a su antebrazo y desenrolló su manga sobre este, luego puso una funda de pistola sobre su pantorrilla. Me di la vuelta.

-¿Alguna vez vas a alguna parte sin armas?- Hoy no se puso la funda en el pecho porque no podría quedar escondida con solo una camisa blanca.

-No si puedo evitarlo. -Me consideró-. ¿Sabes cómo disparar un arma o usar un cuchillo?

No. Mi padre cree que los donceles no deberían estar envueltos en peleas.

-Algunas veces las peleas llegan a ti. La Bratva y la Tríada no hacen diferencias entre hombres y mujeres.

-¿Entonces nunca has matado a una mujer o aun doncel?

Su expresión se endureció.

-No dije eso-. Esperé a que se explicara, pero no lo hizo. Quizá era lo mejor.

Me levanté, alisando mi vestido, nerviosa por encontrarme con mi padre y Min Hyungwon después de la noche de bodas.

-Buena elección- dijo Hyukjae-. El vestido cubre tus piernas.

-Alguien podría levantar mi falda e inspeccionar mis muslos.

Eso estaba destinado a ser una broma pero los labios de Hyukjae se curvaron en un gruñido.

-Si alguien trata de tocarte, va a perder su mano.

No dije nada. Su actitud protectora me emocionó y asustó por igual. El me
esperó en la puerta y me acerqué con incertidumbre. Sus palabras desde el baño
todavía zumbaban en mis oídos. Retorcerte de placer. No estaba seguro que estuviera
siquiera cerca de estar lo suficientemente relajado a su alrededor para nada cercano al
placer. Ryeowook estaba en lo correcto. No podia permitirme confiar en él tan fácilmente.
Podia estar manipulándome.

Descansó su mano en mi espalda baja mientras saliamos. Cuando llegamos a
lo alto de las escaleras, ya podía escuchar la conversación y unos pocos invitados
dispersos estaban hablando en pequeños grupos en la gran entrada.

Me congelé.

-¿Están esperando para ver las sábanas sangrientas?- susurré, horrorizado.

Hyukjae me lanzó una rápida mirada, sonriendo.

-Muchos de ellos, especialmente las mujeres y donceles. Los hombres podrian esperar
detalles sucios, otros podrían esperar para hablar sobre negocios, pedir un favor,
ponerse en mi lado bueno. Gentilmente me presionó hacia adelante y bajamos las escaleras.

Minho estaba esperando a los pies de éstas, su cabello marrón desordenado.

Inclinó su cabeza hacia Hyukjae, luego me dio una sonrisa breve.

-¿Cómo estás?- me preguntó, luego hizo una mueca, la parte posterior de sus orejas se volvieron rojas.

Hyukjae rio. No conocia a ninguno de los hombres en la entrada, pero todos le
dieron a Hyukjae guiños y anchas sonrisas. La vergüenza se arrastró por mi cuello. Sabía
lo que estaban pensando, podía prácticamente sentirlos desvistiéndome con sus ojos.
Me desplacé más cerca de Hyukjae y él enrolló sus dedos alrededor de mi cintura.

Deadly Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora