— Soltame, nadie te obligó a quedarte.
— Escúchame.
— No, no quiero escucharte.
Gian se levantó aturdido, sudado y con el corazón saliéndose del pecho. Había tenido una pesadilla, la misma que hace algunos días se viene repitiendo.
Cerró los ojos fuertemente luego de recibir la luz solar que entraba por la ventana. Le dolía la cabeza.
Sentía que no podía respirar, estaba teniendo un ataque de pánico. Inhalaba y exhalaba, pero no tenía resultados.
Estaba tan aturdido que no fue hasta sentir como lo abrazaban que regreso en sí.
— Hey, Pupi. — Gian la miraba confundido, que hacía con Camila si lo último que se acuerda es que la vio con un chabón a los besos. ¿Le habría cagado la noche?
Cami intentó pararse de la cama, pero él la sostuvo del brazo, le estaba costando hablar.
— ¿Qué te pasa Gian? Me asustas. — Le acarició la cabeza y hacía mimos en su cabello. — Ayer llegaste acá cantando y casi lagrimeando, ahora estabas teniendo un ataque de pánico. Sabés que podés contarme las cosas o si querés vamos a terapia, no sé.
— Perdón, fue una pesadilla. — Dijo él casi en un susurró.
Ella fue por agua mientras él se metía al baño con mil preguntas en la cabeza. Luego de unos minutos salió del baño tan solo con una toalla alrededor.
Cami le había dejado sobre la cama uno de sus buzos y pantalones de pijama.
— Vení a comer que son casi las 3pm y contame que te pasa boludo. — Ella se había levantado hace unas horas y había organizado todo su departamento.
— Nada negra, hace algunos días tengo pesadillas, pero todo bien.
— Todo bien me decís, vos no sos de emborracharte como estabas, no sos de lagrimear y menos de ataques de pánico. — Gian la miró con vergüenza, tal vez lo que sentía era producto de que no podía expresarse como quería por miedo y cobardía.
— No me acuerdo de nada, seguro te cague la noche. Perdón. — Dijo todo esto mirando al piso medio atolondrado.
— A mí no me cagaste nada, yo la pase bomba con mi cita. — Gian cerró sus manos con fuerza. — Llegaste acá con Tato pasada las 6 am. Perdiste las llaves de tu depto y no tenías donde dormir.
— Pero la puta que me parió. — Dijo suspirando abatido. — Igual perdón.
Ella se fijó en la fuerza que hizo al cerrar sus manos.
— ¿Por qué estas tan culposo últimamente? — Gian alzó la cara y la vio risueña. — Digo porque estás como más sensible. Todo un ternerito.
Él rio por lo bajo, soltando un poco el aire que tenía contenido en los pulmones.
— No sé, creo que vos estás muy feliz. Eso me encanta, por cierto. — Ambos sonrieron. — ¿Qué tenés pensado hacer hoy Iucamancai?
— Boludooo, hace un montón nadie me dice así. Me hace extrañar más a mamá.
Gian bajo la mirada, no había querido ocasionar eso. — Perdón, yo...
— Me decís una vez más perdón y yo te revoleo el mate por la cabeza. — Gian se carcajeo tan fuerte que la hizo carcajear a ella. — Tengo que ir a comprar unas cosas a Barrio Chino, acompáñame que hace mil no salimos.
Terminaron de comer y Gian se fue a casa de su vieja a recoger la copia de las llaves de su departamento. Su mamá le hizo prometer que llevaría a Cami a comer pronto a casa. A él siempre le gusto ese cariño que su vieja había creado con ella.
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¡DE CERO! | Giamila
FanfictionSi vuelve a tener sentido que yo vuelva a estar contigo, ya no tendremos que empezar de cero... O si? #Giamila