¡De tanto callar tan solo muero!
- SOS UNA ESTUPIDA, NADA HACES BIEN. - Gritó Antonio.
- Lo lamento amor, estaba pendiente de que llegue Gian y se me quemó el guiso, fue sin culpa. - Dijo Celeste asustada de la actitud de su marido.
Antonio era el marido de Celeste, mamá de Gian. Se conocieron a los 6 meses de que ella junto a su hijo llegarán al barrio.
Su relación como la mayoría, había comenzado color de rosas, él la galanteaba y cortejaba como un caballero, haciendo que Celeste vuelva a creer en el amor.
Duraron 7 meses de novios y al 8vo mes decidieron vivir juntos para economizar gastos. Antonio pasó a ser el jefe de hogar en la casa de Celeste y su hijo.
No paso mucho tiempo para que la relación de ambos se torne violenta, comenzó con comentarios hirientes y escaló a los golpes.
- NO SERVIS PARA NADA. - Gritaba enfurecido Antonio, jalando el cabello de Celeste.
- Por favor amor, calmate. No volverá a ocurrir.
- CLARO QUE NO VOLVERA A OCURRIR SINO SERVIS, SOLO SERVIS PARA ANDAR PREOCUPADA POR EL MARICON DE TU HIJO. - Gritó estampando su mano en la cara de ella.
Celeste siempre trató de apartar a su hijo de los conflictos con su marido, sin embargo ese día Gian llegó a casa justo cuando una pelea estaba sucediendo.
- Soltala, a mi vieja no la tocas más. - Gritó un Gian de 17 años dispuesto a defender a su vieja.
- No te metas mi amor. - Decía Celeste aterrada, no quería que Antonio tocará a su hijo.
- Vení maricon a defender a tu vieja, si tanto te haces el machito. - Antonio la soltó y se fue contra él.
Como es de suponerse la pelea no termino bien, Celeste presa del miedo se seguía culpando y Antonio con la falta de vergüenza que lo caracterizaba volvía a pedir falso perdón.
Aquel día Gian agotado por la situación que lo sobrepasaba fue una plaza que le quedaba cerca de casa, nunca fue tan comunicativo y no sabía a quien contarle lo sucedido. Tenía el ojo morado, el labio partido y el desespero de querer salvar a su madre a viva voz.
Texteo con Nicolás, su mejor amigo y muy por encima le contó lo que pasaba, él por su parte le dijo que estaría para lo que necesite y que en nada llegaba a la plaza en la que estaba.
Camila por su parte estaba en su casa, chateando con Martina.
- Pupi, pero vos decís que yo tengo que decirle a Gian que me gusta?. - Preguntó una Cami nerviosa.
- Boluda, sí. No perdes nada, además yo estoy segura que le gustas, él solo te da bola a vos.
- No sé boluda, ósea a mi me gusta pero y si ya no somos más mejores amigos, me muero.
- Gorda pero intentalo, invitalo a tomar mates, ver Rápidos y Furiosos que sé yo.
Martina estaba segura que a su amigo le gustaba su mejor amiga, solo que no se animaba a decirle porque no era muy expresivo con cosas de amor, sin embargo juraba que el día que se enamoré sería un dulce de leche.
Además ella sabía del beso que tiempo atrás se habían dado por primera vez y no entendía como aquellos dos que explotan de amor no podían estar juntos.
Cami segundeada por su mejor amiga, se animó a escribirle a Gian para invitarlo a perder el tiempo juntos. Como no obtuvo respuesta por parte de él, a Marti no se le ocurrió mejor idea de que la morocha vaya a sorprenderlo a su casa y lo invite a conversar a una plaza. Vivían relativamente cerca, así que Cami dejando sus nervios de lado se animó.

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¡DE CERO! | Giamila
FanficSi vuelve a tener sentido que yo vuelva a estar contigo, ya no tendremos que empezar de cero... O si? #Giamila