¡DE CERO! | Giamila

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Había pasado un mes y medio del cumpleaños número 20 del toro y el grupo de amigos había decidido reunirse.

Cami se estaba arreglando, iría a casa de Marti, ya que harían un asado y disfrutarían de la pileta que hay que casa de la rubia.

- Maya, bloqueador, lentes de sol, cartas de uno. Creo que esta todo. - Dijo Cami mientras hacía un repaso visual de lo que llevaba para no olvidar nada.

- Mi amor ya llegaron Gian y Nico. - Dijo Rocío, su mamá, desde afuera de la habitación.

- Ya salgo.

Se miró por última vez en el espejo, se retocó el labial y salió sonriente, pues el cambio de alimentación estaba haciendo efecto en ella.

- Rochi pero este es el mejor alfajor que he comido. - Cami escuchó como Nico elogiaba a su mamá por el alfajor vegano que se estaba comiendo.

- Gracias mi vida, te daré más para el camino. - Respondió Rocío. - Pero que linda estás mi amor, cierto Giani? - Dijo entre risas mirando como su hija se ponía de color de bordo.

- Mamaaaaaaaá, callate. - Dijo Cami tapándose la cara.

Gian y Nico rieron de la reacción de la morocha pero el primero respondió a la altura. - Muy linda Rochi, cada día más.

- Lo sé mi vida pero cerrá un poquito la boca que te gotea la baba. - Dijo Rocío, riéndose con Nico de la cara que su hija y futuro yerno ponían porque ella era la primera militante de esa bonita relación que en algún momento se formaría.

Rocío se despidió de los tres, regalándoles un tupper de alfajores para compartir con los demás. Ella era como una tía para el grupo de amigos.

En el camino a casa de Marti, iban escuchando música. La morocha fue la encargada del playlist, ya que prefirió evitar las quejas de sus dos amigos por quien ponía mejor música. Mientras Nico manejaba y Gian escuchaba lo que él le contaba del partido de Copa Libertadores, Cami respondía los mensajes de whatsapp mientras cantaba Como eran las cosas de Babasónicos.

- Quizás fue la mañana en que vendados los dos descubrimos como eran las cosas. - Ella cantaba y Gian ignoró lo que decía su amigo. Estaba concentrado escuchándola, siempre le había gustado su voz, más aún cuando se permitía ser y complacía al mundo con su talento.

- Y sin abrir los ojos nos teletransportamos a donde desearíamos estar. - Seguía concentrada en su celular sin percatarse que un morocho de ojos rasgados estaba hipnotizado con ella y su canto.

- Che, todo bien con ustedes dos pero siento que estoy sobrando. - Dijo Nico, molestándolos a ambos.

- Que boludo, solo estaba escuchando a Cam cantar.

- Tampoco es para que te pongas celosito Nicky.

Los tres rieron a carcajadas.

A los pocos minutos llegaron a la casa de la rubia. Cata les abrió la puerta y automáticamente se guindo del cuello de su novio.

Cami y Gian entraron entre risas y abrazados de ver a esos dos tan enamorados.

- Vos estás bien? Te siento medio baja de energías. - Gian la conocía y sabía que no estaba al 100%.

- Si pupi, solo un poco cansada porque no he estado durmiendo bien. - Él le dio un beso en la frente y se adentró en la casa para saludar a los demás.

- Llegó por quién lloraban putitas. - Les dijo Cami a Marti y Guada cuando las encontró saliendo de la cocina.

Las tres se abrazaron y comenzaron a ponerse al día con los chismes porque con las obligaciones del diario del lunes no habían podido verse.