Beyza.
Turquía 2 días después.
-El señor Ayaz dice que ya puede pasar.
-Gracias.-digo alisando la falda de mi vestido, tratando de aplacar los nervios y el miedo que me da estar acá sin mi hermano o padre.
Camino por donde me guían, llegando a un área médica pero no ingresamos. Me indican que entre a una oficina y es lo que hago. El señor Ayaz esta de espaldas mirando por una ventana.
-Mi señor, acá está lo que nos pidió. -dice el que me trajo.
-Puedes retirarte.
Se gira y camina al escritorio, analizandome con la mirada, me pongo más nerviosa de lo que estaba.
-Un gusto verlo señor.- hago una reverencia como me enseñó mi hermano que debo hacer cada vez que esté frente a él.
-No puedo decir lo mismo señorita Beyza, creí que después de la muerte de su padre, su hermano y usted habían entendido que esto tenía que quedar así y no hacerse masacrar por la reyna. Pero se ve que no, ya que van ustedes de ilusos creyendo que van a poder hacer algo contra la persona que masacro un cuarto de nuestros hombres ella sola.
-No podemos quedarnos de brazos cruzados, ¡mató a mi padre! Merecemos vengarnos.
-Sigame y verá con sus ojos el por qué tenían que acatar mis órdenes.
Entramos de lleno al área médica pasando un montón de camillas hasta pasar una puerta y ver a una persona en una camilla, tiene todo el cuerpo lleno de vendas le faltan las manos y una pierna ¿por qué carajos me muestra esto?
-No estoy entendiendo señor Ayaz ¿quien es?
-Tu hermano.
Mis ojos se abren de la impresión y me pego al vidrio que me separa de él, no puedo contener el llanto y los sollozos que me hacen doler el pecho.
-¿Quién le hizo esto?
-¿Quién puede ser señorita Beyza? Juguemos..
Adivina adivinador, ¿quien mutiló a tu hermano hoy?Se carcajea de lo que acaba de decir, mientras yo espero y ruego a dios que mi hermano salga vivo de ésta así nos vamos de una vez lejos de toda ésta mierda de mafia.
-¿Va a vivir?
-Puede que sí puede que no, según que tantas ganas de vivir tenga. Ya se hizo todo lo que se podía hacer, ahora queda en el.
Asiento sin poder dejar de mirarlo, esto es mi culpa. Me dijo que nos quedemos quietos y yo insistí en que teníamos que vengar a padre y mira como terminó, casi al borde de la muerte.
-¿Recibiste alguna advertencia antes de esto?-pregunta.
Pongo mi cerebro a funcionar pero no puedo centrarme en otra cosa que no sea él tirado en esa camilla, luchando por su vida.
-Beyza.
-Una cajita con uñas postizas, y una nota.
-¿Que decía?
-Mantente en tu lugar o a ti te arrancaré más que las uñas, primer aviso.
-Nos mandó las manos mutiladas en una nevera y creo que las uñas qué te mandó, pertenecen a estas- me muestra dos manos sin uñas flotando en agua con hielo y las ganas de devolver lo que comí al mediodía me invaden- vinieron con esta nota.
Cierra la nevera y me extiende una tarjeta.
Por sí necesitas una mano para atraparme, acá te mando dos. Segunda advertencia, no querrás que haya una tercera, créeme.
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Sabes que te amo ¿no?
De TodoEra una fría noche de invierno cuando la vida de Cheryl dio un giro inesperado. Con tan solo once años, ya había experimentado más tragedias y pérdidas que muchas personas en toda una vida. Tras la muerte de su abuela, Cheryl decidió escapar del pe...