Esa semana, después de varios días de entrenamientos y noches llenas de charlas con Max, Lara sintió que su conexión con él se había vuelto más fuerte. Una noche, después de un entrenamiento, ambos se encontraron en su casa, agotados pero felices.
—¿Te gustaría quedarte a ver una película? —sugirió Lara, sintiendo que era el momento perfecto para relajarse juntos.
—Claro, me encantaría. ¿Tienes algo en mente?
—Podríamos ver algo romántico. Tal vez una comedia romántica —dijo, sonriendo.
Mientras la película comenzaba, se acomodaron en el sofá. Max la rodeó con su brazo, y Lara se sintió segura y feliz. A medida que avanzaba la película, los comentarios humorísticos de Max hicieron que ambos rieran a carcajadas.
Sin embargo, a medida que la noche avanzaba, el ambiente se volvió más íntimo.
—Oye, Lara, ¿te importaría si...?
Antes de que pudiera terminar la frase, Lara sintió una oleada de valentía.
—No, no me importa. Quiero estar cerca de ti.
— Quiero que sepas que... esto es especial para mí —dijo Max, mirándola a los ojos.
Lara sintió que su corazón latía con más fuerza.
—Para mí también. Nunca me había sentido así con nadie.
La tensión creció a medida que se miraban, y Lara sintió una mezcla de nervios y emoción. Sin pensarlo, se acercó y le dio otro beso, más intenso y lleno de deseo. Max respondió al instante, sus manos acariciando suavemente su espalda mientras ella se dejaba llevar por el momento.
Con cada beso, el mundo exterior desaparecía más y más. Max la guió hacia el sofá, donde se acomodaron juntos, sin romper el contacto entre sus labios. Lara sintió cómo su cuerpo reaccionaba a su cercanía, y la calidez que emanaba de Max la envolvía por completo.
—No puedo creer que esté sucediendo esto —susurró Lara entre besos.
—Es real, Lara. Lo es —respondió Max, su voz baja y suave.
Mientras sus manos exploraban, Lara se sintió segura y deseada. La pasión crecía entre ellos, y con cada roce, cada susurro, la conexión se hacía más intensa. Max tomó el control, llevándola a un viaje de sensaciones que la hizo sentir viva.
Lara se sintió atrevida y comenzó a desabrochar la camisa de Max, sintiendo la suavidad de su piel. Él la miró con una mezcla de asombro y deseo.
—¿Estás segura? —preguntó, con una voz cargada de emoción.
Lara asintió, sintiendo que todo encajaba en ese momento. No había vuelta atrás, y la confianza que había construido entre ellos hizo que todo se sintiera correcto.
El deseo creció a medida que sus labios se encontraban de nuevo, y Lara se dio cuenta de que lo que estaban compartiendo era más que solo una atracción física. Era un vínculo profundo, lleno de amor y deseo.
Las horas pasaron volando, y cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento. Lara se sintió en paz, llena de una felicidad que nunca había experimentado.
—Eso fue... increíble.
—Sí, lo fue. Eres increíble, Lara.
Mientras se recostaban en el sofá, Lara sintió una oleada de felicidad, pero también una pequeña preocupación comenzaba a gestarse en su interior. Era un nuevo territorio para ambos, y aunque disfrutaban del momento, sabían que había implicaciones en lo que acababan de vivir.
Esa noche, mientras Max se preparaba para irse, ambos compartieron una mirada cómplice que decía más que mil palabras. Habían cruzado una frontera, y ahora todo sería diferente.

ESTÁS LEYENDO
Desliz
Teen FictionEn el mundo del patinaje, donde cada movimiento cuenta y cada salto es un desafio, Lara se ha convertido en una estrella brillante, conocida por su elegancia y destreza sobre el hielo. Sin embargo, detras de su exito, se esconde un vacio que sólo el...