2: Primeras impresiones

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El entrenamiento comenzó con una intensidad que Lara no había experimentado antes. Max no perdía tiempo. Cada movimiento, cada salto, cada giro era analizado con una precisión casi cruel. Lara se movía con la elegancia que la caracterizaba, pero cada vez que intentaba algo más complicado, Max estaba allí para señalar el error.

—¿Eso es todo? —dijo después de su primer intento de triple axel. El tono de su voz no era burlón, pero tampoco mostraba ninguna simpatía.

Lara se detuvo en seco, sintiendo el calor subirle al rostro. Estaba acostumbrada a recibir críticas constructivas, pero lo de Max era diferente. No se trataba de correcciones técnicas. Se trataba de una exigencia que la hacía sentir como si nada fuera suficiente.

—Podés hacerlo mejor —añadió él, cruzándose de brazos.

Clara, que observaba desde las gradas, sacudió la cabeza con indignación. —Ese tipo es un idiota, ¿cómo se atreve a hablarte así?

Lara no respondió. En su interior, algo se encendía. No era miedo ni inseguridad. Era ira. Durante años, había sido la mejor en su club, en el país, pero ahora, este hombre actuaba como si fuera una novata.

—¿Querés que lo haga mejor? —murmuró para sí misma, antes de volver al centro de la pista.

Esta vez, el triple axel fue perfecto. Sentía cada músculo en tensión, la coordinación precisa entre sus movimientos y la frialdad del hielo bajo sus pies. Cuando aterrizó el salto, una ola de adrenalina la recorrió.

Max no dijo nada. Ni una felicitación, ni un comentario. Simplemente asintió ligeramente, como si fuera lo que esperaba de ella desde el principio. Y eso la enfureció aún más.

—Así me gusta, García. Nada de conformismos —dijo al final del entrenamiento, mientras Lara se quitaba los patines, agotada.

Lara lo miró sin decir palabra. Sabía que había algo detrás de esa actitud. Max no era solo duro, era impenetrable, como si llevara una armadura que lo separaba del resto del mundo. Pero ella había aprendido a lidiar con personas así. Su madre, su padre, todos a su alrededor exigían perfección, y había sobrevivido a eso. Max no iba a ser la excepción.

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capitulo cortito, no me odien, es epoca de parciales ajajaj

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