Parte 39

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—"¡Ehhh...! ¿Qué es esto?" —exclamó la recepcionista del gremio de aventureros, sus ojos desorbitados ante la inesperada aparición.

El bullicio habitual del gremio se apagó de inmediato, como si alguien hubiera apagado una luz brillante. Momon, acompañado de Nabe, Galban, y las dos elfas esclavas, Lana y Farna, cruzó la puerta con una presencia arrolladora. Todos los aventureros presentes giraron la cabeza al unísono, y un murmullo nervioso comenzó a propagarse por la sala, la tensión flotando en el aire como un hilo cortante. La atmósfera se había transformado: una tormenta había descendido sobre el lugar, y su nombre era Momon.

Galban, incapaz de contener su emoción, alzó una enorme y grotesca cabeza de monstruo que había sido recientemente cercenada. La criatura, difícil de identificar, aún emanaba una energía inquietante a pesar de estar muerta. Era como si algo más grande que su tamaño habitara detrás de esos ojos vacíos y oscuros.

—"¡No lo ves! ¡Es la cabeza del monstruo! ¡El único laberinto que nadie se atrevió a explorar!" —exclamó Galban, su voz resonando con orgullo y asombro.

La atención del gremio se centró en el trofeo que sostenía, y los murmullos se transformaron en gritos de incredulidad. Algunos aventureros intercambiaron miradas de escepticismo, mientras que otros parecían vislumbrar una nueva oportunidad en el horizonte.

Momon, sin inmutarse, avanzó hacia el centro del gremio, su mirada fija en la recepcionista. —"Venimos de las profundidades del Laberinto de las Sombras," —dijo, su voz grave cortando el aire como un filo afilado—. "Esta cabeza es prueba de que hemos vencido al terror que habitaba allí. Nadie más puede reclamar esta victoria."

Un murmullo de asombro recorrió el lugar. Las historias sobre el Laberinto , se había dicho ese  lugar estaba maldito ; había arrasado con las esperanzas de muchos aventureros. Nabe se puso a su lado, con una mirada de desafío, como si retara a cualquiera a cuestionar la veracidad de sus palabras.

En ese instante, la recepcionista del gremio tragó saliva, la tensión en el aire palpable. Sus ojos, aún fijados en la monstruosa cabeza, se movieron lentamente hacia Momon. A pesar de su evidente nerviosismo, logró articular una pregunta, titubeando mientras lo hacía.

—"¿Cuánto... cuánto deseas por esa... cosa?" —tartamudeó, su voz apenas un susurro.

—"¿Cuánto me das por ella?" —preguntó Momon, cruzando los brazos con una expresión que reflejaba tanto confianza como desafío.

La recepcionista, aún un poco aturdida por la magnitud de la situación, se forzó a calcular. —"Lo que tengo en la caja fuerte no alcanzaría ni para pagar una cuarta parte de esa cosa," —respondió, su voz temblando levemente.

Momon se tomó un momento, su mirada fija en la cabeza del monstruo, y después giró su atención hacia ella. —"Hummm... En ese caso, dame lo que tengas, y estaré satisfecho. Necesito hacer unas compras en los alrededores."

El murmullo en el gremio se intensificó. Aquellos que estaban cerca podían sentir la tensión en el aire. La recepcionista asintió lentamente, consciente de que este intercambio no solo afectaría su gremio, sino también la reputación de Momon, que estaba a punto de alcanzar un estatus legendario.

Con ese logro, Momon y Nabe se consagrarían de un solo golpe al rango S, el más alto que un aventurero podía alcanzar. Este reconocimiento podría abrirles puertas a misiones aún más peligrosas y emocionantes. El gremio, por su parte, se beneficiaría de la gloria de tener en sus filas a un aventurero tan formidable.

Mientras la recepcionista se dirigía a la caja fuerte, Galban se acercó a Momon, sus ojos brillando de emoción. —"¿Te das cuenta de lo que esto significa? Una vez que consigas tu rango S, serás el objetivo de todos los gremios y aventureros. Tendrás un poder sin igual."

Overlord x Mushoku Tensei Vol IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora