CAPÍTULO 39

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"La vida es más bonita cuando tienes a quien decirle 'te quiero mi amor' "

Mario Benedetti.

Lykos

El hombre de una sola mujer

Esta casa siempre tendrá el recuerdo de mi madre y por eso nunca la voy a dejar pase lo que pase con mi padre. Es el único recuerdo permanente que tenemos de ella mis hermanas y yo. Aquí nos ha criado, aquí nos ha amado y aquí pasamos todos los mejores momentos de nuestra infancia y adolescencia.

Mi padre me regaló mi departamento cuando cumplí la mayoría de edad y en esta época lo usaba solo cuando quería organizar mis fiestas con mis amigos y tener la privacidad que tanto me gustaba tener desde que inicié mi vida sexual.

Cuando ligaba con una chica en un antro o en mi Casino, la traía en mi departamento y al día siguiente, adiós y a la siguiente.

Ninguna mujer durmió ahí más de dos veces, ninguna excepto Calypso. Ni siquiera Yvana pasó una noche entera en este departamento.

Durante lo poco que duró nuestra relación, nos veníamos solo en hoteles o en mi oficina, pero nunca en mi casa o en mi departamento.

Me volví el hombre de una sola mujer desde que conocí a la mujer que está a mi lado manejando como una campeona de carretera.

La amo tanto.

Yo sé que es menos expresiva conmigo y que le cuesta decir las cosas, pero estoy seguro que siente lo mismo que yo siento por ella. Lo veo en su mirada cada vez que sus labios sellan las palabras.

Con ella he aprendido a escuchar más el lenguaje de los ojos que lo que salen de la boca.

Cuando se calla, en vez de reclamarle la miro en los ojos y ahí entiendo todo lo que me quiere decir. Es un privilegio que solo yo tengo la fortuna de hacer. No permite que nadie la ve a los ojos.

En varias ocasiones he visto como está con la gente. Y más con sus empleados. Casi todos miren sus pies cuando le hablan.

-Sabía que Hyperion Lancier Era un hombre de lujos, pero nunca me imaginé que era hasta este punto.

Sale del coche admirando a su alrededor. Mi padre siempre ha sido muy extremista en todo y nuestra casa no ha sido una excepción.

-Digamos que era su manera de contentar a su mujer, según sus palabras.

-Más bien para tapar sus engaños que por amor -me mira-. Lo siento.

-No es mentira -le doy la mano-. ¿Entramos?

La toma. Camina admirando cada detalle. El jardín es inmenso, la piscina también. Y eso que no ha visto la otra parte de la propiedad.

La guardia nos deja pasar cuando Patricio me ve.

-Buenas tardes, señor _guarda su arma.

-Hola. Patricio.

Calypso solo le sonrió pasando por su lado.

La mujer queda inmóvil cuando el animal de casi once centímetros empieza a ladrar en mi dirección, corre y salta entre mis brazos empezando a lamer mi rostro.

Me arrodillo para recibirlo y acariciarle las orejas.

-Tranquila, no muerde.

Cuando me volteo la mujer está con una magnífica sonrisa en la cara mirando el animal.

LA RULETA NEGRA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora