"Tú Y Yo, Juntos..." Charlos adaptacion.

Capítulo 20.- El mirador.

Maratón 1/3

NARRA LECLERC

"Debemos ir al mirador", "Dicen que el mirador está hermoso" ¿Qué carajo era el mirador y por qué todos hablan de eso?

Max: Debemos ir al mirador. – dice.

Leclerc: ¿Qué coño es un mirador? – pregunté, de verdad ya estaba harto de escuchar sobre "El mirador".

Checo: Son unas viejas ruinas situadas en lo alto de esa colina... - dice señalando una blanca montaña. – desde ahí, puedes ver toda la ciudad, no está tan lejos como se ve, si sabes llegar.

Carlos: Quizá deberíamos ir, Checo y yo sabemos un buen camino. – contestó Carlos colocándose unos guantes.

Leclerc: No te vayas a lastimar princesa. – digo solo para molestar.

Carlos: Debo ser cuidadoso niño, pero tú que vas a saber de eso. – sonríe.

Max: Bueno, bueno, entremos al hotel, con suerte y nos tocará una habitación con buena vista.

Checo: Lo dudo, casi todas dan a la ciudad, las mejores vistas son las que van hacia el bosque.

Carlos: ¿Recuerdas cuál fue la que nos tocó la vez anterior? – pregunta el español a Checo.

Los tres chicos caminaron mientras yo me detuve a contemplar todo el lugar, era mi primera vez pisando nieve, era increíble como mis pies se hundían ligeramente en ella.

Max: Oye Leclerc ¿Vienes? – pregunta Maxbaby.

Leclerc: Si ya voy.

Tomamos unas llaves y por suerte nos tocó una con vista al bosque, Checo tenía razón, se veía hermosa esta vista, me sentía yo en una cabaña. Ese mirador del que tanto hablaban me había entrado curiosidad por ir a conocerlo.

Ni Checo, ni Carlos querrían acompañarme, ya que tenían que descansar para su juego de mañana. Y Max no sería soltado por Checo.

Así que decidí encaminarme al mirador yo solo, bajé a recepción y pedí indicaciones a una chica bastante linda. Me hizo un dibujo de los caminos que debía tomar y entonces arrancó la hoja y me la dio, salí del hotel y me adentré al bosque.

NARRA CARLOS

Sabia a la perfección que en las habitaciones solo había dos camas, así que se compartirían, Checo y Max dormirían juntos al parecer, así que Leclerc no tenia de otra que dormir conmigo.

Abrí mis ojos al no escuchar ruido alguno, noté la ausencia de Leclerc en la habitación, me imaginaba hacia donde iría y como el niño impulsivo que era, de seguro no sabía el frio que haría en ese lugar, así que tome unos abrigos y salí de la habitación.

NARRA LECLERC

Checo tenía razón, en cuestión de 30 minutos a paso rápido, había llegado al mirador, era como una plaza en lo alto de la colina, donde podía observar lo hermosa que era la ciudad, todo estaba en ruinas, grietas por todos lados, pero se sentía una paz increíble, el frio comenzó a golpear mi cara en ráfagas de viento.

Mis piernas, mis brazos y todo mi cuerpo comenzaron a temblar, hacía un frio tremendo aquí arriba.

***: Deberías tener más cuidado la próxima vez. – dijo la voz de alguien cubriéndome con un suéter. Era Carlos, mi yo interno salto de felicidad al sentir sus tibias manos sobre mí. Después se pasó delante, yendo hasta lo que era la orilla del mirador.

Leclerc: ¿Qué haces aquí? – pregunté con la voz temblorosa.

Carlos: Oye, de nada. – dijo aun sin mirarme.

Leclerc: lo decía de buena manera, creí que debías descansar para mañana. – me acerqué a él aún temblando.

Carlos: No sé, quería hablar contigo sin que tu amigo el gigante nos interrumpiera y creí apropiado este lugar. – dijo y al mirarme me abrazo, transmitiéndome su calor, yo me hundí en su pecho buscando aún más calor, esto era bueno y lindo.

Leclerc: Se llama Max y no es tan grande. – dije recargado en su pecho. – Oye quiero pedirte una disculpa por parte de Max, yo no lo mandé a golpearte, es solo que siempre me ha cuidado.

Carlos: Descuida, me lo merecía, no sabes lo arrepentido que estoy por eso. – me abrazo más fuerte, aferrándome a mí, como no queriendo soltarme.

Leclerc: Pero, aun así, te pido una disculpa. – lo abracé cuando pude calentar mis brazos. Era lindo estar así con Carlos, ambos mirando la hermosa vista del lugar.