// TRIGGER WARNING: El siguiente capítulo contiene escenas sobre violencia escolar que podrían herir la sensibilidad del público. //
// Si estás pasando por una situación similar, o conoces a alguien que está pasando por una situación similar, por favor comunícate al número local de la CNDH. No estáis solos. //
El joven Malfoy pasaba las hojas de un enorme libro de encantamientos, mientras su mirada se desviaba de vez en vez sin quererlo a un par de mesas adelante.
-Ahí está de nuevo con esos despreciables leones.- Dijo para sus adentros, negando con la cabeza, dispuesto a regresar su mente al libro.
Sin embargo, sus ojos resistieron al notar que, pese a estar entre los muchachos, Luna se encontraba en un mundo totalmente aparte.Los Gryffindor discutían acaloradamente entre ellos, seguramente sobre lo referente a la última prueba, la cual se encontraba cada día más cerca; y la joven rubia sonreía en silencio, pero sus ojos se apreciaban vacíos, como los de una muñeca.
Draco suavizó su expresión por un momento, y se sorprendió a sí mismo ante la conmoción que le llenaba el alma al observar la fragilidad de la joven.
Entendía su soledad. Sentirse como un bicho raro, inadecuado.En el fondo deseaba tener el valor para levantarse y acompañarle. Para parársele de frente a los Gryffindor.
Meditó. Vlach la había dejado a su suerte, y la maldecía por ello.
-¿Cómo pueden no notarlo?- Se preguntó. -Ese estúpido Potter. Montado en la cima, no tiene ojos para nada que no sea él mismo.- Se respondió de inmediato, apretando los puños. Pero le iba a dar una lección, lo iba a ver caer.
Poco a poco el resentimiento hacia Potter terminó desplazando cualquier otra preocupación, dejándole con el ceño fruncido y la cabeza en el aire.
Por lo mientras, suspiró, estirando las manos con amplitud, regresando su afilada nariz a las páginas de aquel texto.
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Lovegood se había visto obligada a retomar sus actividades académicas después de aquella reunión con McGonagall, quien había hablado en persona con los demás profesores, dándole la oportunidad de ponerse al corriente con lo perdido.
Sin embargo, ninguno había hecho mención alguna de Dianna o su situación en general. Dando la impresión de que ésta se había esfumado no sólo del colegio, sino de la conciencia colectiva en él.La joven dibujaba distraídamente en su cuaderno de pociones, haciendo oídos sordos a la clase que se desarrollaba de fondo.
Silencio, era lo que necesitaba. Pensó.
Cerró los ojos, suspirando con satisfacción al sentir que el mundo se había callado un poco.
-Espera un momento.- Se dijo a sí misma, extrañada por el repentino cese del ruido exterior.
Levantó el rostro sólo para darse cuenta de que todos los presentes se habían esfumado de un momento a otro.Se giró en su banco, mirando en todas direcciones, buscando algún rastro de sus compañeros, pero no encontró nada.
-¿Qué...?- Murmuró, cuando el leve eco de unos pasos acercándose a través del pasillo le interrumpió.
Lovegood permaneció en su asiento en silencio, esperando.
Había algo en aquella situación que le revolvía el estómago.Finalmente, alcanzó a distinguir la acalorada conversación de lo que parecía un pequeño grupo al otro lado del muro.
Luna permaneció inmóvil.La puerta se abrió repentinamente, dando paso a un trío de alumnos de quinto grado que cuchicheaba entre risas, el cual estaba liderado por David Foxley.
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Fix me (Severus Snape).
FanfictionFix me se sitúa durante los eventos ocurridos en El Cáliz de Fuego. Descendiente de un largo linaje de magos proveniente de las familias gitanas en España, Dianna Vlach creció en México con sus padres: Orión Vlach, un político, y Susanna DuPont, una...