7 de noviembre
-No puedo creer que no hayas puesto tu nombre en el cáliz.- Exclamó Luna dirigiéndole una mirada molesta a su amiga.
-Vamos, tú lo hubieras hecho?- Dianna se encontraba recostada en uno de los barandales del castillo, miraba el cielo distraídamente.
La rubia meditó. -No realmente, pero cielos! Tienes la edad y lo estás desaprovechando.
Vlach levantó los ojos para mirar a Lovegood.- Lo siento, querida, pero todavía tengo muchas canciones por cantar.-
Luna suspiró.
En realidad Dianna lo había considerado. El simple hecho de tener las puertas abiertas para participar era una tentación enorme. Sin embargo, su principal impedimento era Orión. Susanna había muerto tan joven, que no se perdonaría hacerle pasar a su padre por otra pérdida así.
Se sentía responsable hasta cierto punto de aprovechar la oportunidad que tenía de estar aquí.
La joven rubia miró a su amiga mientras ella miraba el cielo. Estaba tan llena de vida. Podía ver la comisura de sus labios formando una sonrisa imperceptible. Era como si su rostro entero sonriera. No podía imaginarse perder eso.
-Nos tocará ser animadoras esta vez.- Dianna sonrió.
Luna trató de visualizarse a sí misma sosteniendo un par de pompones y haciendo acrobacias. -Como en los colegios muggles?- Preguntó emocionada.
Vlach no respondió, sus ojos seguían perdidos en el cielo. Había un solo pensamiento invadiendo su mente, y estaba dispuesta a llegar al fondo de ello.Faltaban unos minutos para dar a conocer a quienes participarían en el torneo, y el colegio entero no cabía en su emoción.
-Dónde demonios está Dianna? Se va a perder todo.- Luna corría por todo el castillo tratando de vislumbrar a su amiga entre el caos de estudiantes.
-Luna, hasta que te encontramos, vamos a ver los resultados, vienes?- Ginny Weasley se acercó del brazo con Hermione Granger.
Luna dudó mirando aún a su alrededor.
-Dónde está Vlach?- Pregunó Granger dándose cuenta de la situación que aquejaba a la rubia.
-Seguramente ya está con los demás.- Añadió Ginny tomando a la rubia del brazo. -Vamos, llegaremos tarde.Vlach deslizó los dedos limpiando el polvo de las repisas en la sala de trofeos. Vio en ellas a magos de generaciones decenas de años atrás. Reconoció los apellidos de algunos de sus compañeros: Longbottom, Weasley, Malfoy, reconoció ahí a un joven Xenofilius Lovegood con su cabello tan blanco como el de Luna, sonrió.
Dianna tuvo que mirar dos veces porque le pareció ver a Harry en una fotografía de más de una década atrás. Leyó la inscripción: James Potter. El parecido era inquietante. Había más de una foto suya, al parecer su padre había sido una mini estrella en el colegio.
Paseó su mirada entre las fotografías, y entonces lo vio. Sintió el corazón estrujarse como la primera vez.
Junto a James Potter se encontraba una joven pelirroja. Miró con detenimiento.
La fotografía estaba firmada por Lily Evans. -La madre de Harry.- murmuró Dianna.Pero todo se volvía cada vez más confuso, no entendía qué tenía que ver todo aquello con el profesor Snape.
"Hogwarts, Generación 1971."
Vlach paseó la mirada entre los rostros conocidos hasta llegar a uno en particular: entre los Slytherin se encontraba un joven pálido y delgado, cuyo cabello negro llegaba hasta el mentón. Sus ojos oscuros miraban a la cámara con melancolía. Observó detenidamente cada detalle de su rostro y sonrió. Era idéntico a su versión adulta.
Así que los Potter y Snape habían sido de la misma generación. Dianna unió las piezas. Lo que había presenciado era la muerte de Lily Potter. El bebé en la habitación era Harry. Pero eso no respondía la pregunta. Por qué Severus Snape se encontraba ahí esa noche? Por qué era tan importante para él?Dianna caminó de regreso sobre sus pasos hasta llegar a su habitación. De pronto no estaba tan interesada en conocer a los participantes del torneo. Se recostó en su cama y pensó. -El profesor Snape tenía familia? Se había casado? Había tenido hijos? No sabía demasiado sobre él o su vida privada. Al final no pasaba de los 35 años.- Eran preguntas a las que quizá jamás encontraría respuesta.
Vlach cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por el cansancio acumulado.
"-Duele?- Preguntó el profesor tocando los puntos sobre la herida.
En realidad si dolía, pero su tacto era... Reconfortante, cálido.
Los ojos de Dianna se encontraban clavados en los ojos del profesor mientras éste observaba la herida con atención. De pronto se encontró analizando los detalles en su rostro. Cada surco, cada línea, cada peca. Vio en sus ojos oscuros al joven en la fotografía.
La imagen se vio interrumpida violentamente por el llanto y un destello verde."
Diana despertó abruptamente con el cabello mojado por el sudor y la respiración agitada. Miró a su alrededor. La gata se encontraba durmiendo apaciblemente junto a ella. De pronto la puerta de la habitación se abrió.
-Te estuve buscando, las cosas abajo están fuera de control, el nombre de Harry apareció en el Cáliz.- Luna se introdujo en la habitación.
-Cielos Dianna, estás bien?- La rubia se aproximó a su amiga, quien la miró como si no la reconociera.
-Qué?- Preguntó Dianna, quien no había escuchado una sola palabra.
-Dumbledore está furioso, creen que Harry hizo trampa, pero Dios, qué tienes? Estás hirviendo.- Su amiga colocó le colocó la mano sobre la frente.
-Snape estuvo ahí.- Dianna comenzó a balbucear mientras las lágrimas caían sin que pudiera evitarlo.- No sé qué me está pasando.- Exclamó preocupada llevándose el cabello para atrás con ambas manos.
-De qué hablas?- Preguntó Luna cada vez más consternada por el comportamiento de Vlach.
-La noche en la que el señor tenebroso fue a buscar a los padres de Harry. Lo vi con mis propios ojos, creo que vi un recuerdo de Snape el día en el que usamos la poción de sueños, y ahora me acecha. -La joven miró suplicante a Luna.- No me deja en paz. Por favor ayúdame.- Se dejó caer en los brazos de su amiga.
Luna guardó silencio mientras acariciaba el cabello de su amiga. -Todo va a estar bien.- susurró pensativa.
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Fix me (Severus Snape).
FanfictionFix me se sitúa durante los eventos ocurridos en El Cáliz de Fuego. Descendiente de un largo linaje de magos proveniente de las familias gitanas en España, Dianna Vlach creció en México con sus padres: Orión Vlach, un político, y Susanna DuPont, una...