Severus observaba el perfil de aquel joven sentado de piernas cruzadas a su lado. Se trataba de un joven alto y atlético, algo delgado quizá, de extremidades largas y ojos hundidos. Su nariz recta sobresalía armoniosamente de su rostro, interrumpida únicamente por una discreta prominencia en el tabique nasal, seguramente producto de los golpes recibidos en el campo de juego.
De pronto todo aquello le parecía nada más que justo. Era sólo algunos años más joven que él, y, aunque haciéndose aún su propio lugar entre los intelectuales del mundo mágico, era quizá tan hábil como él mismo.
Observó en su mirada la vitalidad que él ya no tenía, la esperanza y la alegría se reflejaban en sus cristalinos ojos; y se preguntó quién aprendería más del otro en aquellas reuniones.
El joven hablaba y hablaba ininterrumpidamente, haciendo ademanes con las manos, riendo de vez en cuando, planteándose preguntas sobre la existencia misma y la mente.
El joven no era un bruto, ni un imbécil en lo absoluto.Severus vio sus pensamientos interrumpidos cuando los labios del joven emitieron súbitamente una inusual petición.
-Me gustaría que eventualmente intentara meterse en mi mente.- Sentenció el joven mirándole fijamente.
Snape arqueó las cejas en silencio. -Bueno, señor Kolev... Me parece una interesante propuesta.- Dijo acomodándose en su asiento. -Lo ha intentado con anterioridad?- Preguntó a Ivan.
-Por supuesto.- Se irguió orgulloso. -Sin embargo, nadie ha logrado sobrepasar las barreras de mi mente. Pero he de recalcar antes que en mi país no hay ningún mago tan eminente en ese campo como usted.- Se apresuró a decir.
El profesor se puso de pie, sonriendo ligeramente ante la descabellada propuesta del joven búlgaro.
-Sé que tiene planes más tarde, le dejaré ir temprano por esta ocasión.- Dijo posando su mano sobre el hombro del joven.
-Sobre su propuesta...- Añadió mientras se dirigía a su oficina.- Le sugiero que prepare su mente durante las próximas semanas.- Sentenció, dejando a Ivan solo en el salón.—
Ivan Kolev miró a la distancia a las jóvenes, quienes se encontraban en el comedor realizando muñequitos con papel maché, los cuales hechizaban para que caminasen sobre la mesa.
Luna reía sin poder articular palabra. -Qué se supone que es eso?- Preguntó señalando a la creación de Dianna, que caminaba bastante chueco debido a la diferencia entre el largo de sus patas.
Dianna rió. -Es Simon, no lo ves? Esa es su cola!- Apuntaba a un pequeño palillo que sobresalía del cuerpo del muñeco.Ambas compañeras reían incapaces de tomar aliento. -Perdón por no ser tan hábil como tú, sabes que las manos no son lo mío.- Trató de defenderse Dianna, mientras veía anonadada a la mariposa que había creado Luna emprender vuelo.
-Ivan!- Exclamó Lovegood con emoción al ver al joven aproximarse. -Ven, siéntate con nosotras.- Se recorrió haciéndole un lugar en la mesa.
Dianna le sonreía muda desde su lugar.-Toma.- Dijo acercándole un montoncito de papel maché, pegamento y palillos.
-Veo que han estado ocupadas estudiando arduamente.- Rió Ivan.
Luna se escondió apenada detrás del hombro de su amiga.
-Bueno, tú prometiste tenerme haciendo el encantamiento metamorphose para antes de que se ponga el sol.- Vlach se encogió de hombros sonriente.- Ahora mi calificación está en tus manos.-.
El joven levantó las cejas divertido y echó la cabeza para atrás, riendo. -Muy ingenioso de tu parte, Vlach.- Suspiró. -Yo sólo te guiaré, pero el encantamiento tendrá que salir de tu puño y varita al final del día.- Pronunció mientras abría sus manos para dejar salir una pequeña ave hecha de papel. -Vamos?- Preguntó sonriendo a las jóvenes, quienes le miraban boquiabiertas.
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Fix me (Severus Snape).
FanfictionDescendiente de un largo linaje de magos proveniente de las familias gitanas en España, Dianna Vlach creció en México con sus padres: Orión Vlach, un político, y Susanna DuPont, una aclamada actriz y artista. Años después de que su madre muriera pr...