Capítulo 7. La marca tenebrosa

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Minerva McGonagall tenía todo planeado a la perfección en su itinerario: La estancia de los demás colegios con motivo de su participación en el torneo duraría prácticamente el ciclo escolar completo. Iniciando por su llegada, el 31 de octubre, y finalizando con el último juego, que se llevaría a cabo el 24 de junio, cerrando así el Torneo de los Tres Magos.

Los días pasaron y Dianna tenía ya sólo una semana restante para practicar. Aún no había conseguido algo que usar para aquella noche, y Luna no había dejado de presionarla por un sólo momento.

Con la misma expresión de un cruel director de teatro, Luna Lovegood caminaba de un lado a otro, dando órdenes, con una notable mueca de insatisfacción en la cara.
-Una vez más, Dianna. Tiene que salir perfecto.- Afirmó mientras se dejaba caer en un pequeño banquillo. -Además, necesito saber qué usarás para esa noche.- Le miró preocupada. -He estado practicando el delineado todos estos días con Ginny Weasley, ¡y ya tiene los ojos irritados!- Dijo llevándose las manos al rostro.

Detrás de ella, los chicos del coro intercambiaban miradas preocupadas, como si coincidieran en que Lovegood había perdido aún más la cordura.

Dianna, quien había estado todo este tiempo escuchando en silencio las críticas constructivas de su amiga, con las manos puestas en la cintura; tomó un sorbo de agua, se alzó el cabello en una coleta; y, suspirando, y comenzó una vez más:

-Carry my soul into the night
May the stars light my way
I glory in the sight
As darkness takes the day.-

Comenzó.

-¡Vamos, Vlach!- Le animaba Luna.

-Ferte in noctem animam meam
Illustrent stellae viam meam
Aspectu illo glorior
Dum capit nox diem.-

-¡Más alto!- Exclamaba la rubia.

-Cantate vitae canticum
Sine dolore actae
Dicite eis quos amabam
Me nunquam obliturum.-

Cantó suavemente.

-Lived without regret
Tell the ones
The ones I loved
I never will forget
Never will forget.-

Finalizando, y en un suspiro agotado, le dirigió una sonrisa a su amiga, quien lucía finalmente conmovida.

Detrás de ella, entre las sombras, vislumbró la silueta del profesor Snape, cuyo rostro impasible mostraba sólo un dejo de convicción.

Saliendo de la oscuridad, las miradas de la sala se dirigieron totalmente hacia él; quien, en silencio, comenzó a aplaudir lentamente.
Los jóvenes se miraron confusos entre sí, y comenzaron a aplaudir, inseguros.

-Parece que está listo.- Afirmó el profesor, ayudandole a Vlach a bajar del escenario para reunirse con los demás.
-Pese a las expectativas, parece que tendremos su número preparado para la fecha. De cualquier manera, les sugeriría no dejar de practicar hasta el día del evento. No queremos ningún tipo de... inconvenientes.- Dijo dirigiendo una mirada seria a Dianna.
-Pueden irse.- Concluyó.

La sala de menesteres se abrió para permitir la salida, y los jóvenes se dispersaron por los pasillos.

-Bien, al menos Snape quedó satisfecho.- Apuntó Luna estirándose y bostezando. -¿Vamos al dormitorio? Estoy cansada.- Dijo empezando a caminar hacia la torre de Ravenclaw.

Pero Vlach le tomó del brazo, regresándola a su lado.
-¿Todavía recuerdas el nombre de aquella poción?- Preguntó mientras se aseguraba de que el profesor se hubiese ido.

La rubia se frotó los ojos. -Era... Chloritus algo.- Dijo confundida.

-Azidus.- Completó Dianna.
-Vamos a la biblioteca.- Le murmuró.

-¿Qué?- Se quejó. -¡Pero si hemos estado todo el día practicando! Vamos, podemos ir mañana.- Dijo llevando los brazos al frente.

-Te recuerdo que tú solo estuviste debajo del escenario comiendo caramelos y diciéndome que lo repitiera.- Espetó Vlach. -Además, de descansar nada. Todavía tenemos muchas cosas que preparar y poco tiempo por delante. Aún no tengo el maldito vestido.- Recordó llevándose el cabello hacia atrás, exasperada.

-Dirigirte es cansado, ¿hubieras seguido tantas horas si no hubiera estado ahí para animarte?- Exclamó su amiga rubia con visible pesar.

Vlach suspiró. -Es sólo una visita rápida a la enciclopedia de pociones.-.
Y jaló a su amiga del brazo camino a la biblioteca.

-Ni siquiera sabemos si esté en la enciclopedia común, conociendo a Snape seguramente es algo mucho más avanzado.- Respondió apesumbradamente tras su amiga.

Para sorpresa de las jóvenes, no se trataba de una poción, sino de una sustancia del mundo muggle.

-Chloridus Azidus o ácido clorhídrico es un potente corrosivo usado para disolver diversos materiales...- Aquella información sólo le dejaba más confundida. -¿Qué hacía Snape usando una sustancia muggle? Y más importante: ¿para qué?-.

Entonces recordó la quemadura.
-¿Le has visto los brazos a Snape últimamente?- Preguntó.

-Los brazos del profesor...- Murmuró Lovegood. -¿Por qué, se ha estado ejercitando?- Cuestionó levantando una ceja.

-No, tonta. Me refiero a sus antebrazos. Me pareció ver una quemadura en el interior de su antebrazo.- Musitó pensativa.

-En el antebrazo... ¿Estás segura de que era una quemadura?- Preguntó dudosa.- Debe ser su marca tenebrosa.- Dijo la rubia mientras hojeaba un libro.

Aquello descolocó a Vlach. -¿Marca tenebrosa?- Repitió perpleja. -¿A qué te refieres?- Preguntó confundida.

-De mortífago, por supuesto. A pesar de que supuestamente ya no sirve a quien tú sabes desde que éste fue derrotado, la marca persiste.- Apuntó Lovegood, quien estaba para este punto bastante intrigada por el libro. -¿Sabes qué es una licuadora?- Preguntó acercándoselo a la cara "Acontecimientos importantes del mundo Muggle".

-Luna, vengo del otro lado del mundo, no tengo idea de qué hablas.- Dijo quitándole el libro.

La joven rubia suspiró. -No puedo creer que no lo sepas... Pues, cuando quien tú sabes formó su ejército...- Comenzó.
-Bueno, Snape se unió y se convirtió en mortífago, supuestamente como espía de Dumbledore. Sin embargo, sus seguidores tenían la marca tenebrosa en el antebrazo izquierdo como un distintivo, con el cual invocaban al señor tenebroso.- Dijo mirando fijamente a su amiga.

Vlach, quien había comenzado a sentirse un poco incómoda con toda esa situación, se estremeció al pensar en todo lo que eso implicaba. -Sabía de quien tú sabes, pero jamás había escuchado hablar de la marca tenebrosa. ¿Cómo sabes todo esto?- Preguntó impresionada.

-Papá me lo dijo.- Le contestó sonriente.- La marca no puede ser eliminada por ningún hechizo conocido hasta ahora, quizá por eso el profesor Snape estaba buscando alternativas del mundo muggle.- Expresó encogiéndose de hombros con ligereza. -¿Podemos ir ya a la cama?- Preguntó arrebatándole el libro de historia muggle a Dianna y guardándolo en su morral.
Ambas caminaron de regreso al dormitorio.

-Snape estaba tratando de borrar su marca...- Pensó Vlach mientras acariciaba a Marina antes de dormir.

Fix me (Severus Snape).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora