Capítulo 2. Poción sombra

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Dianna divisó a su amiga rubia a través del cristal de la ventana, quien corrió a su encuentro emocionada.
-¡Luna!-. Exclamó Dianna Vlach, abrazando a la joven pálida, a quien el contacto físico no parecía agradarle demasiado, sin embargo, hacía una excepción con Dianna.
Después de todo, había crecido junto a ella en Hogwarts.

Después de dejar a su amiga rubia casi sin aliento, Vlach le soltó y se dio un momento para apreciarle la cara.
-¡Oh Luna, han pasado sólo un par de meses y prácticamente ya no te reconozco! -Expresó quitándole un mechón blanco de la cara a su amiga, quien se alejó un poco riendo.
-Basta Vlach, sólo porque eres mayor me tratas como a un bebé. Aunque debo admitir que tú tampoco tienes la cara de moco que tenías el ciclo pasado.- Dijo divertida mientras tomaba lugar en el vagón junto a Marina.

-¿Quién es esa gata preciosa?-. Le preguntaba Luna con voz mimosa al felino mientras éste se acostaba panza arriba haciendo sus coqueterías.

En cuanto el tren avanzó, las chicas cerraron la puerta corrediza, no sin antes asomarse previamente para ver que no quedara nadie en el pasillo que pudiese inmiscuirse.
Luna y Dianna vieron a Draco rondando en el pasillo, se miraron entre sí, y ambas le sacaron la lengua antes de cerrar la puerta.

-Lunáticas.- murmuró Draco antes de meterse a su cabina.

Dianna cerró la persiana de las ventanas para aislar aún más la luz del exterior. -Ahora si, ¿qué es lo que tienes?-.
Luna le miró bajando la cabeza. -Realmente no estoy segura de qué es, júzgalo por ti misma.-.
Ambas se sentaron en el piso mientras Lovegood sacaba de su mochila un frasco hexagonal de vidrio, que contenía una sustancia oscura, la cual, inexplicablemente, irradiaba una luz propia.

Vlach la examinó detenidamente antes de abrirla.
-Dianna, ¡ten cuidado!- Exclamó la rubia mientras se ponía roja de los nervios.
La joven la olió y entrecerró los ojos.
-¿Entonces encontraste esto en el baúl de tu madre?-.
Luna ya se estaba mordiendo las uñas.
-¿Si...?- Contestó la rubia con cierta inseguridad, escondiendo el rostro detrás de su mochila.

-Esto es poción sombra, Luna. Extremadamente peligroso en manos inexpertas...- Dijo con seriedad.- Sin embargo, no veo esas manos en esta habitación, ¿estás de acuerdo?- Dijo mientras una sonrisa juguetona se formaba en su cara.

Lovegood casi se desmaya al escuchar a su amiga. -¿Qué pretendes?- chilló
-¡Nos van a atrapar, o peor, te vas a quedar atascada con las sombras!-.

Vlach se acercó a ella. -Vamos. Tú me conoces. ¿Por qué habrías de traerlo si no es para que lo probemos?- Miró a su amiga con ojos serios.

Luna guardó silencio pensativa. Creía que eso iba más allá de lo que jamás habían intentado.

Al ver la duda de su amiga, Vlach posó sus manos sobre los hombros de la rubia. -Luna, confía en mi, no soy una estudiante de primero, podré manejar esto. Tú cuida a Marina, y si alguien viene, finge demencia.- Dijo poniéndose de pie con seguridad y bebiendo un pequeño trago de la sustancia.

-¿Sabes al menos cuánto tiempo duran los efectos?- Le preguntó con nerviosismo.

Vlach miró a su amiga en silencio.
-¡Pues claro!- Exclamó finalmente. -Una media hora, creo. Tal vez menos.- Dijo frunciendo el ceño. -No te preocupes, comienza más bien a trazar el círculo con tiza en el suelo para que pueda regresar cuando se agote el tiempo, llevo el cronómetro conmigo.-.

Ahora sólo era cuestión de esperar. Dianna empezó a ver cómo las puntas de sus dedos empezaban a teñirse de negro traslúcido, avanzando hasta sus codos. Pronto Luna sólo pudo ver el rostro sonriente de su amiga antes de que desapareciera por completo y la viera unirse a las sombras proyectadas en el piso.

Fix me (Severus Snape).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora