Capítulo 18. El baile de navidad.

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-Más apretado.- Exclamó Luna, quien apenas podía ya respirar.
Dianna la miró consternada. -Estás segura? No vas a poder siquiera sentarte.- Dijo mirando a su amiga a través del espejo.
-Es un baile, el plan es no sentarme.- Dijo la rubia recargándose contra el espejo, tratando de tomar aire.
Vlach se encogió de hombros y prosiguió a jalar aún más los listones del corset en su vestido.

-Oh Luna. No lo puedo creer.- Dijo Dianna mirándole claramente conmovida. -Estás radiante.- Finalizó.
Lovegood iba delicadamente vestida en gasa de seda y shiffon color hueso. La pieza tenía delicadas flores bordadas dignas de una pieza de arte renacentista. La joven era una aparición que evocaba a las figuras en los cuadros de Edgar Degas, más que a la realidad.

Dianna había ayudado a recoger su larga melena rubia en un moño alto algo caótico, con trenzas abrazadas por anillos en plata y piezas de joyería que caían como las gotas de un sauce llorón

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Dianna había ayudado a recoger su larga melena rubia en un moño alto algo caótico, con trenzas abrazadas por anillos en plata y piezas de joyería que caían como las gotas de un sauce llorón.
Los ojos de Luna estaban tenuemente iluminados por una sombra color durazno, cuyo brillo hacía lucir sus ojos azules como gemas incrustadas en oro rosa.
-Pareces una muñeca.- Dianna acarició el rostro de su amiga con delicadeza.
Luna se ruborizó sonriente. -Tú no estás lista aún. Necesitas que me quede a ayudarte?- Preguntó mientras se colocaba las zapatillas.
-Sabes que no. Saldré más tarde.-Dijo mirando el reloj.- Aún tengo tiempo, el primer grupo todavía no sale al escenario. Ve y arrasa con Malfoy.- Dijo la joven tomando a su amiga por los hombros.
Lovegood miró al piso. -Si es que realmente se aparece. De cualquier forma sabes que estoy dispuesta a botarlo si me lo pides, vale?- Luna la miró a los ojos.
-No te preocupes por mi. Disfruta la fiesta, te veo en un rato.- Vlach abrazó a su amiga.
Lovegood salió de la habitación no sin antes mandarle un beso a su compañera. -Buena suerte!- La puerta se cerró a sus espaldas.

Dianna se sentó sobre la cama y miró a Marina, quien se encontraba en la cama acicalándose, sonrió al ver el listón rojo que su amiga le había puesto como collar para la ocasión. -Estás a punto de reventar.- Dijo acariciándole la barriga.
Dianna sacó del cajón bajo su cama una caja cubierta en terciopelo negro. La abrió delicadamente y miró el contenido. Suspiró sin poder contener la sonrisa que se formaba en su rostro.

Luna Lovegood se encontró aliviada al ver al joven rubio de pie al final de las escaleras. Finalmente no había cumplido sus amenazas de pasar la noche en la enfermería.
Lo analizó antes de que pudiera notar su presencia, feliz de que hubiera respetado el acuerdo en cuanto a la vestimenta.
Draco Malfoy usaba un smocking negro en lino, con una camisa de seda color hueso, la cual había decidido usar sin el característico moño, llevándola más bien un par de botones abierta. Sobre sus hombros llevaba una capa de gala, que prácticamente llegaba hasta el piso.

El joven adivinó la llegada de Lovegood al escuchar los tacones descender a través de las escaleras de piedra.
Draco se llevó la mano sobre los ojos y rió.
-Qué es tan gracioso?- Preguntó Luna aproximándose a él con el ceño fruncido.
Malfoy ofreció su mano para ayudarla a bajar los últimos escalones. -Nada, es sólo que estoy acostumbrado a verte con el uniforme manchado de pintura, pasto o alguna poción desconocida.- Dijo sin poder ocultar su sonrisa.
La rubia ruborizó. -Bueno, los demás estamos acostumbrados a verte siendo atacado por hipogrifos.- Dijo sonriente.
Draco echó la cabeza para atrás mientras reía, impresionado por el valor de la pequeña a su lado. Ofreció su brazo. -Vamos?-.

Fix me (Severus Snape).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora